«Pure trató de escapar nuevamente, pero fue detenido por Champion. El héroe fue interrumpido esta mañana debido a la alarma que inundó la torre de La Unión. Al notar el intento de escape de Thomas Santana, mejor conocido como Pure, los miembros de La Unión se apresuraron a ir a la prisión, Grand Prince, a evitar el escape del villano», informó el hombre del noticiero. Levanté la cabeza y miré la radio del coche. Con este ya habían sido quince intentos de escape en un año.
Suspiré.
—Desearía ser un héroe —dije. Las palabras salieron de mi boca casi como si fuera una rutina. ¡Qué sorpresa! Decir esas palabras sí era una rutina.
«En otras noticias: este 10 de octubre empezarán las pruebas de aceptación a nuevos héroes en La Unión. Los mayores de 15 años pueden participar...», la voz que emitía la radio se escuchó difusa al concentrarme en los hermosos rascacielos que adornaban Middle City.
—Puedes ir —dijo mi abuelo, interrumpiendo mis pensamientos. Sorprendido volteé mi mirada hacia Wayne, mi abuelo. Una expresión de regocijo se impregnó en mi cara.
—¿Te refieres a... —pregunté a medias.
Mi abuelo me interrumpió por segunda vez.
—Me refiero a que puedes ir a hacer las pruebas de La Unión. Sé que soy duro contigo, pero la verdad es que ya estás creciendo y puedes tomar tus propias decisiones —respondió, sin apartar la mirada del camino. La felicidad inundó mi ser. No lo podía creer. ¡Podría ser un héroe! ¡Un superhéroe! Siempre quise ser uno pero pensé que mi abuelo nunca me dejaría—. Pero me tienes que hacer una promesa.
Mi cara de felicidad no pasó desapercibida y cómo era de esperarse, mi abuelo puso un pero.
—¿Qué sería?
—Si fallas la prueba no volverás a insistir en ser un héroe, no usarás tus poderes cuando los despiertes, te graduarás de la escuela, conseguirás un trabajo normal y tendrás una vida normal —respondió—. Aún así mañana empezarás la escuela. Tienes que seguir con tu educación sin importar nada.
—Entiendo, abuelo —acepté. No tenía nada que perder, perdería más si no lo intentaba.
—No sé porqué lo quieres hacer si ni siquiera has despertado tus poderes... Si es que tienes. El año pasado fuiste sin mi permiso, ¿recuerdas lo que pasó? Todos se burlaron de ti al ir sin ser portador de ningún poder —dijo mi abuelo, con una sonrisa en la cara.
—Se burlaron porque no entienden —le dije, enojado.
—¿Qué no entienden? —preguntó, mientras apartaba un segundo la mirada para verme.
—No se necesita tener poderes para ser un héroe, menos vestir un lindo traje o ser millonario —respondí, mientras tomaba unos segundos para continuar, pero mi abuelo me interrumpió con otra pregunta.—Entonces, según tú. ¿Qué se necesita para ser un héroe? —preguntó mi abuelo con un tono burlón.
—Realizar una hazaña, solo eso te vuelve un héroe —la respuesta hizo que mi abuelo se echara a reír a carcajadas, para luego dejar de prestarme atención y volver su mirada al caminó—. Aparte, pude haber aprobado si no me lo hubieras impedido.
—Sí, claro. Nunca hubieras aprobado sin poderes. Y si lo hubieras hecho, sería una muerte segura para ti. Pero ya, dejemos este tema que me da dolor de cabeza —dijo con una voz cansada. No sabía si le molesta discutir conmigo o simplemente yo le molestaba. Nunca lo llegué a entender, era un viejo muy misterioso y raro.
—Lo que digas.
Estaba enojado con mi abuelo. Sentía que yo podría marcar la diferencia. El primer superhéroe sin poderes, como un Batman pero sin dinero. Bueno, mejor como un Hawkeye sin arco y sin saber pelear.
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El límite de un héroe
Ficção CientíficaMikey Santana, un adolescente de 16 años que vive junto a su abuelo, tiene el sueño de ser un superhéroe pero una trágica noche tiene el poder de iniciar un sin fin de tragedias, ya nada será igual para Mikey. Asesinos, velocistas, monstruos, inmort...