En una mañana de Domingo, Harry probablemente se levantaría temprano, tomaría su desayuno y después iría al club de golf, en el que al principio no había destacado mucho por sus malas habilidades, pero se debía reconocer que había ganado práctica.
En vez de eso, Harry abrió los ojos al sentir cómo su cama temblaba a la vez que alguien brincaba en ella y escuchaba los llamados alegres de una niña de alrededor de cuatro años. Harry se sentó de golpe y miró asustado a la mujer que aún se encontraba somnolienta a su lado, así como a la niña de rizos rubios que seguía llamándolos.
—¡Mamá! ¡Papá!—Exclamó la pequeña— ¡Llegó Santa!
—Tranquila, Abby— Dijo Holly— Vas a caerte de la cama.
Harry miraba consternado la escena a su alrededor sin entender qué estaba ocurriendo.
—Vamos, Harry, saca la cámara—Le dijo Holly.
—¿Esto es una pesadilla?—Habló Harry sin escrúpulos.
—¿De qué estás hablando?
—¿Por qué estoy aquí?
—¿Estás bien, papi?— Preguntó la niña.
—¿Papi?— Le cuestionó él incrédulo y con una expresión que cualquier hija desearía no ver en el rostro de su padre.
—Creo que tu papá se pasó un poco con las copas de Noche Buena, cariño—Le dijo Holly— Vamos, bajemos mientras él se da una ducha para que despierte.
Pero antes de que Holly se levantara de la cama, Harry ya había dado un salto fuera de esta y salió de la habitación corriendo, bajó las escaleras mirando la casa a su alrededor sin saber dónde estaba, o más bien, por qué estaba ahí.
Era una pesadilla de la que no podía despertar. Pero se sentía extremadamente real.
Lo único en lo que pudo pensar fue en ir directo a su oficina para determinar si ahí todo estaba como debería de estar. Tomó las llaves de la entrada y vio el logo de Ford en una de ellas, luego hizo una mueca al salir y ver una vieja camioneta estacionada en la entrada.
—¿Dónde está mi Range Rover?
Sacudió su cabeza y encendió la camioneta para después manejar rápidamente hacia la ciudad, porque al parecer se encontraba en uno de los suburbios de Los Ángeles. Y al mismo tiempo se preguntaba qué hacía Holly ahí, si ella vivía en Inglaterra. Pero sobre todo, por qué estaba con ella si se habían separado hace años.
Al llegar al edificio donde se encontraba su oficina saludó al portero, quien le regresó el saludo de mala gana y Harry frunció el rostro.
—¿Qué sucede, Fred?—Preguntó Harry, pero el hombre simplemente lo ignoró.
Fred lo conocía y sabía que era uno de los principales guionistas del lugar, siempre lo trataba bien, al menos por interés.
Harry subió por el elevador hasta su oficina, pero cuando llegó ahí se dio cuenta que sus cosas habían sido reemplazadas por las de otra persona. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y miró alrededor buscando a su secretario.
—Disculpa, ¿has visto a mi asistente Linus?—Preguntó Harry a una joven que se encontraba en la sala de juntas del piso.
La joven se rio y lo miró divertida.
—¿Asistente?—Le preguntó ella— Harry, nosotros no tenemos asistentes.
—¿Nosotros?
—A menos que hayas contratado uno particular... pero avísame cómo le hiciste con nuestro salario.

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Guiones largos (H.S.)
FanfictionLa nueva película de un famoso guionista, cuenta la historia de otro joven guionista fracasado llamado Harry, que encuentra un viejo guión con una historia impresionante, del que decide hacerse pasar por el autor original, sin imaginar que el éxito...