CAPITULO II

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Kwan Fernsby




















Me levanto de la cama y me quedo unos segundos observando el cuerpo desnudo de Leila. Tocan la puerta de mi habitación y se tratan de las sirvientas que traen las vasijas de agua para llenar la bañera, tengo que higienizarme y ponerme en marcha con mis deberes.... esperan pacientemente a un costado de la habitación. Bueno, llego el momento de que Leila desaparezca de mi habitación y vuelva a su hogar, necesito un baño con mucha urgencia... me acerco y toco su hombro para despertarla, ella lentamente abre sus ojos y me sonríe dulcemente, que patética.

- Buenos días mi príncipe- me saluda.

- Buenos días, mi querida Leila- la saludo- debes retirarte de mi habitación, es de día y necesito bañarme- señalo a las sirvientas y ella frunce el ceño.

- Pero cariño, puedo ayudarte- se ofrece y sus manos acarician suavemente mi brazo.

- Gracias, pero tengo toda la ayuda que necesito- le contesto con sinceridad- dedícate simplemente a cumplir tu deber Leila- le digo seriamente.

- ¿Qué? ¿Solamente sirvo para que me folles? – pregunta y se levanta bruscamente de la cama.

- Me encanta follarte- simplemente le respondo.

- No me trates como una de tus concubinas Kwan- me dice ofendida- soy totalmente diferente y lo sabes- comienza a vestirse.

- Lo tengo bastante claro cariño- mis brazos rodean su cuerpo- eres absolutamente mucho mejor, mi diosa- logro el efecto que esperaba, me sonríe embobada.

- ¿Cuándo hablaras con tu padre de nuestra relación? – me pregunta- necesitamos hacerlo oficial- siempre insiste con el mismo tema.

- Leila es complicado- comienzo a decirle- nos informo que es el momento de realizar la selección, seguramente ya se lo comunicaron al pueblo- le comento.

- Bueno, entonces llego tu momento de rebelarte- vaya, sigue insistiendo- nosotros nos amamos, eres mi compañero- besa mi mejilla.

- No hay un "nosotros" – le contesto- somos amantes temporales- le recuerdo.

- ¿Sabes? – pregunta y se separa- búscame cuando tengas tus ideas claras, te estaré esperando- se acerca a la puerta.

- Claro duquesa Percy- le respondo irónico- ¿Nos vemos esta noche? – le pregunto, niega con la cabeza y sale de la habitación.

Dioses, que difíciles son las mujeres.... odio que romanticen todo, ellas mismas se lastiman. Me desnudo mientras preparan mi baño y cuando se encuentra listo, me acerco para hundirme en la tina, las manos de las sirvientas lavan mi cuerpo con suavidad y no puedo evitar soltar pequeños suspiros, que placentero. Después de mi baño, me coloco la camisa y el pantalón, arreglo mi cabello rubio... Vaya, efectivamente necesito un corte de cabello, las sirvientas me dejan el desayuno donde agarro solamente una manzana, tocan nuevamente a mi puerta e me interrumpen.

- Pase- digo en voz alta y Moabe, el consejero de mi padre ingresa a la habitación.

- Buenos días Príncipe- me saluda- disculpe que lo moleste, pero es su día para recorrer el reino- me dice y ruedo mis ojos.

Odio las ridículas obligaciones del reino, lamentablemente la salud de mi padre empeoro hace unos días y necesita realizar la famosa selección, en cualquier momento dejara esta vida y nosotros tomaremos su lugar en el reino. Me molesta tener que abandonar mi libertad y mis mujeres, porque lo malo de gobernar es que una simple Daughtersente nos controlara y no quiero ni necesito una maldita mujer que me controle... perfectamente con mis hermanos podríamos gobernar el reino y sin una mujer a nuestro lado, pero mi padre no lo entiende.

LA REINA EN LLAMAS (LIBRO UNO- BILOGÍA EN LLAMAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora