Pygmalion [Lumity] [Amillow]

Drogas y nosotras

Tiene la vista fija en la pared. Los gemidos se escuchan en la habitación, siente los suspiros escapar de su garganta mientras apoya las manos en el respaldo de la cama.

-No pares. -suelta con la voz ahogada-. Ah... si, ahí mismo.

Amity siente la lengua de Willow adentrarse en el fondo de ella y es ahí mismo en que llega el orgasmo como si fuese una flor a punto de florecer.

-Ah... -apenas puede hablar-. Eres tan increíble.

Una sonrisa de complacencia se apodera de su rostro, Willow la mira con sus ojos de hiel y Amity simplemente la acaricia con la yema de los dedos mientras siente las gotas de sudor bajar a través de su garganta.

-Te odio. -dice Willow.

Amity ríe sin sutileza alguna, quiere decirle a Willow que siempre ha sido mala para mentir, pero en su lugar acerca su rostro al de ella y la besa con suavidad y rápidamente Willow le regresa el beso con rudeza y puede sentir sus labios ásperos contra los suyos propios. Las manos de Willow se adentran en su entrepierna y Amity vuelve a soltar un gemido ante la primera caricia.

Pasan las horas y al final Willow se va con un vació en el pecho y marcas rojas en el cuello.

Amity la observa partir desde la ventana de su habitación en el segundo piso, el humo escapa de sus labios antes de dar la siguiente calada al cigarrillo. Las lagrimas caen de sus ojos y se siente patética y asqueada consigo misma. De todas las personas en el mundo, Willow era la única a la que nunca ha querido lastimar.

Canta una canción inventada en ese mismo momento y sin ritmo alguno, solamente quiere llenar el silencio con cualquier cosa ahora que se ha quedado sola. Los fantasmas del tejado la acosan y le reprochan su crueldad y su simple deseo de satisfacción propia.

Por más que quiere reprochar no puede, porque al final todo es verdad.

Su teléfono suena y ella contesta sin siquiera fijarse en quién llama-. ¿Hola?

"Amity."

La voz de Luz suena ronca a través del móvil.

-Estoy sola.

Luz cuelga y Amity sabe que ahora esta en camino.

Los fantasmas del tejado se ríen en su cara. Cualquier persona es buena para llenar el vació mientras no se quede sola. Amity exhala nuevamente el humo del cigarrillo, escucha las aspas del ventilador girar lentamente y se deja caer en su cama con los brazos extendidos. Cuenta mentalmente hasta diez.

Uno.

Observa el techo con sus falsas estrellas.

Dos.

Su mano se levanta y se acerca a la mesita de noche.

Tres.

Ignora la casi vacía caja de cigarrillos antes de abrir el primer cajón.

Cuatro.

Saca la pequeña bolsa con las pastillas moradas que recientemente ha conseguido.

Cinco.

Toma solamente una antes de guardar el resto.

Seis.

Observa la pastilla entre las yemas de sus dedos antes de meterla en su boca.

Siete.

Traga.

Ocho.

Escucha la puerta abrirse y observa a Luz parada en el marco de la puerta con una ceja levantada.

Nueve.

Le sonríe a Luz mientras siente la pastilla hacer efecto y de repente se siente en el cielo y todo lo que puede enfocar ahora es como Luz se quita la chaqueta antes de quitarse la camiseta.

Diez.

La primera caricia se siente como la gloria y la lengua de Luz simplemente la hace olvidar lo mucho que se odia por lastimar a Willow.