Forget him.

Olvídate de él.

"Te deseo lo mejor... Y lo mejor, soy yo."

El tiempo había transcurrido de manera rápida, con los años cada uno de ellos había madurado, habían superado poco a poco todas aquellas perdidas que de alguna manera ellos mismos habían provocado, sin embargo, ninguno se culpaba, habían aprendido a perdonar tanto a los otros como a ellos mismos, el enojo, las lágrimas y el resentimiento no traerían de vuelta a todos aquellos que habían muerto en el transcurso. Así que ahora cada uno era un adulto, con un pensamiento y físico más maduro.

Kisaki y Takemichi habían hecho las pases, Mikey había perdonado a aquel chico de lentes, Draken más a la fuerza que por gusto había hecho lo mismo, al igual que Chifuyu.

Así que ahora en sus 20's los chicos habían sentado por fin cabeza cada uno en su propio negocio, Mikey haciéndose cargo del dojo de su abuelo, Draken en su tienda de motocicletas al lado de Hanma e Inupi, Chifuyu en su tienda de mascotas junto con Kazutora justo como Baji habría querido, y Takemichi volviendo a aquel local de cd en el que trabajaba siempre.

Para Hanma Shuji todo iba de maravilla, llevaba una vida tranquila e interesante, disfrutaba de su trabajo y actual vida, pero, había algo que lo mantenía ciertamente inquieto y es que a pesar de que habían pasado los años sus sentimientos por Kisaki Tetta seguían presentes.

La historia de Ken Ryuguji no era muy distinta, siempre había permanecido al lado de Manjiro y aquello había traído consigo el descubrimiento de su sexualidad y sentimientos por el chico. Pero Mikey estaba enamorado de Hinata y él no podía cambiar aquello.

Cuando Mikey y Hinata anunciaron su relación no podía estar más que feliz por su mejor amigo, aquel chico que después de pasar meses yendo al psicólogo por fin había conseguido su propia estabilidad y felicidad hasta el punto de poder mantener una relación sana y estable al lado de otra persona; pero había una segunda parte dentro de él que se había sentido totalmente desplazada, que se había sentido dolida y traicionada, una que sentía como su pecho dolía y un nudo se formaba en su garganta. Así que conteniendo toda lágrima y fingiendo su mejor sonrisa felicito a la pareja de chicos.

Así que Draken y Hanma tenían más en común de lo que creían o pensaban.

El primero en dar el paso al frente fue Hanma, le pidió ayuda a Draken para trabajar en el taller, a Draken no le agradaba mucho la presencia del chico, pero necesitaba ayuda, poco a poco su taller crecía y la ayuda de Inupi ya no era suficiente, así que termino por ceder al chico admitiéndolo en su taller.

–Buenos días –Hanma llegó con los ojos cerrados mientras Draken simplemente alzaba una mano a modo de saludo.

–Hey –Ryuguji continuo con su trabajo, arreglando una llanta de la moto de Mikey– ¿Qué tal todo?

–Puede ser peor –se limitó a decir mientras cambiaba su ropa para poder trabajar sin manchar su ropa– ¿Y tú?

–Bien, creo –Hanma se limitó a asentir comenzando a trabajar en silencio al lado del ahora azabache.

–¿Inupi no vendrá? – pregunto después de algunos minutos trabajando en silencio.

–Fue a ver a Kokonoi.

–Entiendo.

Ambos continuaron en silencio un silencio ligeramente incomodo entre ambos, no solían estar a solas así que comúnmente se formaba esa tensión entre ambos, el silencio casi sepulcral solamente interrumpido por el sonido de las herramientas haciendo eco en el taller. Draken se removió ligeramente incomodo por el dolor que se comenzaba a formar en su espalda por la postura, Hanma suspiro después de algunas horas trabajando ya cansado por la posición en la que se encontraba.