Celos y besos

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Desde que Mikey había comenzado a salir con Hinata Tachibana, Ken Ryuguji había decidido mantener una prudente distancia de él, después de todo no era una persona masoquista, es decir, sus sentimientos por aquel rubio bajito seguían a flor de piel y a pesar de que le hacía feliz verlo de aquella manera con aquella joven tan linda como lo era Hinata, no podría evitar sentirse triste al no ser él el que recibiera aquellas caricias, besos y sonrisas llenas de amor.

Así que tomando la decisión de ya no auto torturarse comenzó a alejarse de aquel chico que lograba que un huracán de mariposas surcará su estómago, fue entonces que su relación con Mitsuya Takashi se estrechará aún más de lo que ya era. Sus días libres, sus descansos y momentos de aburrimiento eran totalmente de aquel joven de cabellos lilas.

Tanto así que en cierto punto de su amistad la gente comenzó a preguntarle si realmente no tenían sentimientos más allá el uno con el otro.

Claramente ambos negaron aquellos rumores, pues Takashi estaba enamorado de Yuzuha y realmente no se veían más que como un apoyo el uno por el otro.

Así que siendo su día libre Draken emprendió camino al taller de Mitsuya a hacer lo que siempre hacía: estorbar y ver al chico coser. Porque si, realmente no hacían mucho, Ryuguji le ayudaría a sostener algo, compraría el almuerzo para ambos y simplemente se sentaría a observarle.

–¡Llegué! –anuncio con un grito invadiendo el área del trabajo del más bajo, como ya lo veía venir, Mitsuya se encontraba dibujando– la verdad de camino acá no encontré nada de lo que tuviera ganas, así que cuando tengas hambre me avisas que quieres.

–Hace tiempo no venías –respondió el de cabellos lilas mientras levantaba por pocos segundos la mirada de su escritorio– no importa, de hecho, hice soba para mis hermanas, quedó algo. Si acaso solo haces el té.

–Si... Pasaron, cosas.

–¿Así le dices a Hanma?, ¿cosa? –el tono burlón usado por Mitsuya hizo que Draken frunciera el ceño. Sí, tenía razón, pero eso no le daba derecho a burlarse– oye, no tengo problema con que veas a tu novio, pero no me abandones.

–No es mi novio, estas siendo infantil –contraataco el ahora azabache mientras sus ojos seguían atentamente cada línea que era trazada por el ajeno.

–¿Estoy siendo infantil? –Takashi alzó la mirada viendo a los ojos, al contrario– ¿te gusta?

–¿Disculpa?

–Hanma, ¿Te gusta? –Ryuguji desvió la mirada haciendo que una sonrisa se formará en los labios del joven de cabellos lilas– sinceramente, ¿te gusta?

–No responderé eso. Ahora termina lo que estás haciendo.

Una carcajada escapo de los labios del chico, pero termino por obedecer. Draken se dedico simplemente a observar, ese día Mitsuya no tenía mucho por coser así que principalmente se dedico a hacer algunos diseños, aunque le advirtió a Ryuguji que no faltará el próximo sábado pues necesitaría tomarle medidas para hacer precisamente los diseños que estaba dibujando.

Hecho aquello ambos chicos decidieron salir a comer, pues a fin de cuentas ninguno de los dos quería soba, así que optaron por ir por hamburguesas. Llegaron al local y Draken pidió la comida para ambos mientras Mitsuya buscaba asiento, conocía perfectamente a Takashi como para poder pedir la comida sin equivocarse.

–Entonces, ¿aceptarías salir con Shuji, o no?

–No lo sé, ¿de acuerdo? –tomo una servilleta comenzando a jugar con esta de manera distraída– la verdad es que... Si me llama la atención, y, puede que me guste un poco. Pero decir que sería su novio es algo muy fuerte.

Forget  him.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora