"Vámonos a Marte donde nadie vaya a buscarte, ni a ti, ni a mí."
Las flores permanecían en aquel jarrón, los chocolates en el congelador, Draken simplemente veía como estas se secaban y como poco a poco cada pétalo caía sobre el buró de madera en el que estaban. ¿Por qué Hanma le había dado flores?
Si era sincero, a él ni le gustaban, pero algo en su interior lo había impulsado a no desecharlas en la basura. No sabía si era por los colores, por el hecho de que eran plantas o... No, no podía ser porque Hanma se las había dado.
Su teléfono sonó, señal de una notificación. El teléfono era desconocido, pero por la foto supo quién era, claro a eso se sumaba el característico: Hey, con el que Hanma siempre le saludaba.
¿Lo había invitado a salir?, no, más bien, le había ordenado que fueran a un arcade. Jamás había imaginado que Shuji se tomaría tan en serio aquellas palabras que habían salido de sus labios.
Pero por alguna extraña razón, no se arrepentía de haberlas dicho.
Así que, sin más preámbulos, se dispuso a tomar una ducha y a cambiarse. Claramente no se arregló, simplemente tomo una se sus sudaderas negras y unos jeans acompañados de sus botas estilo militar, su cabello recogido en una ahora pequeña coleta. Tomo las llaves de su motocicleta y se dirigió a la dirección que marcaba el mensaje.
Hanma ya se encontraba ahí, fumando un cigarrillo y viendo a la nada, evitando que cada niño que pasara inhalara aquel humo que invadía sus pulmones.
–Hey –Hanma sonrió apagando dicho cigarro en la pared que estaba tras de él– la última vez no lo dije, pero se ve bien tu cabello.
–Gracias, ¿por qué la repentina salida?
–¿No te lo dije? –Hanma poso su mano en la cintura ajena atrayéndolo a su cuerpo– yo hablaba en serio. Haré que cada centímetro de tu cuerpo olvidé a Sano Manjiro.
–No digas pendejadas.
–No lo son, es enserio.
Dicho aquello el hombre intento besarle, sin embargo, Draken no dudo un segundo en quitarse esta vez. Interpuso su mano entre ambos haciendo que Hanma sonriera, el contrario tomo su muñeca dejando al descubierto sus labios.
–De acuerdo, no lo haré si no quieres –tomo su mano y lo jalo con suavidad haciendo que se movieran– ¿ya has comido?
–Solo desayune.
No sabía por qué, pero a pesar de que se regañaba a si mismo diciendo que no quería pasar más tiempo del necesario con aquel chico, había algo en su interior que no podía negarse a nada de lo que el contrario dijese, era como un impulso interno que odiaba, y él como un idiota no hacia más que obedecer dicho impulso e iba tras Hanma como un perrito faldero.
–Bien, entonces comamos algo.
Ingresaron al lugar, no era tan ruidoso a pesar de que era sábado por la tarde. Las personas eran escasas, y a diferencia de lo que pensaba los estudiantes eran aún menos, limitándose a un pequeño grupo de tres personas. Las luces eran bajas siendo mayormente iluminado por las luces de las maquinitas; fueron a una sección repleta de mesas y tomaron asiento uno frente al otro viendo los menús que se encontraban ordenados sobre la mesa, al igual que el resto del lugar, esa sección estaba casi sola, siendo no más que un par de parejas.
–¿Qué pedirás?, ahora que lo pienso no sé mucho sobre tus gustos –Hanma apoyo la barbilla en la palma de su mano, viendo con ojos atentos y una suave sonrisa al ahora azabache.
–Pude darme cuenta de ello –levanto el rostro del menú dejándolo a un lado– no me gustan las flores, y tampoco el chocolate amargo –al ver los ojos de Shuji soltó un suspiro y estiro la mano acomodando un mechón de los cabellos ajenos– pero, aun así, agradezco el detalle.
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Forget him.
Fanfic[A veces puedes amar a alguien con todas tus fuerzas, pero eso no asegura que la otra persona te corresponderá, a veces lo mejor es olvidar, es dejar atrás todo aquello y olvidar poco a poco tus sentimientos.]