𝐂 𝐈 𝐓 𝐃 | ❝ La noche es testigo de cuántas veces te nombré y te pienso en silencio, y en voz baja nos sinceramos un te quiero ❞
𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 una chica con problemas de audición encuentra un hogar en un chico. En donde un chico encuentra paz en l...
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—Mamá no se va a enterar, ¿verdad?
—¿Enterar? ¿De qué estás hablando niña?
—Pues, de la cosa que...¿huh? —balbuceó frunciendo su ceño—. Estoy confundida.
Kristoff soltó una risa acariciando los hombros de su hija y dejando un beso en su frente junto a un abrazo de lado.
—estaba jugando contigo, princesa.
—A veces no sé si seguir tomando en serio a papá.
—Ya, ya...y no, claro que no se va a dar cuenta —tranquilizó él, fingiendo despreocupación antes de abrir la puerta y susurrar—. Esperemos que no.
Tras la puerta, Ellen junto a su esposo y Marcus esperaban pacientes.
—¡Hola, Kristoff! ¡Abril! —saludó Ellen estrechando su mano libre con la del padre y abrazando a la menor.
— "Gusto verlos nuevamente" —habló y señaló al mismo tiempo mientras se hacía a un lado dándoles espacio para pasar—. "Pasen, pasen."
Abril espero a que la pareja y su padre estuviesen lo suficientemente lejos para saludar a Marcus de la manera que llevaba deseando hacerlo. Al ellos ya haber desaparecido de su vista, volteó y atrajó al castaño a un beso.
—¿Cuánto llevas deseando hacer eso? —murmuró él entre besos, mostrando una sonrisa pícara.
Abril soltó un bufido. No tenía tiempo o paciencia suficiente para aguantar burlas de su parte en ese momento.
—No tienes idea —soltó rápidamente antes de atraerlo nuevamente con rapidez.
Era un beso descuidado y un poco fuera de compás pero eso era lo menos importante para ellos en esos instantes. Les interesaba más pasarse las manos por sus cabellos, brazos hombros y cinturas antes que un beso organizado.
—Mierda, no sabes lo que agradezco de que este sea el último día manteniendo esto —apunta entre ellos—, en secreto porque no creo poder aguantar más.
Abril soltó una risa, incrédula ante su actitud, y lo atrajo juntando sus frentes y depositando un suave beso en el botón de su nariz, cerrando sus ojos mientras disfrutaba de la cercanía entre ellos.
Sin interrupciones, justo como le gustaba.
—Ahora que lo mencionas —se separa lamiendo sus labios y acariciando su cuello—. ¿Cómo te sientes?
—¿Me preguntas a mi? —preguntó Marcus con una leve pizca de sorpresa envuelta en su tono. Abril asintió confundida y él suelta una pequeña risa—. Solecito, si de mí dependiera todo esto desde el día uno lo hubiese gritado a los cuatro vientos.
