𝐀𝐏𝐎𝐂𝐀𝐋𝐘𝐏𝐒𝐄 ||𝐞𝐧𝐢𝐝

amigos de nuevo

Suspire una vez ya decidida y toque la puerta.

Luego de esperar unos segundos salió michonne a abrir la puerta.

—mads—sonrió — hola, un gusta verte a aquí, hace mucho que no vienes.

—lo se, Mm ¿esta carl?

—sí ¿quieres pasar?

—no ¿lo puedes llamar para que venga?

—¿segura que no quieres pasar?

—sí.

—no se que fue lo que ocurrió entre ustedes pero lo que si se es que deben tener una larga conversación así que es mejor pasar.

—esta bien.

Michonne se hizo a un lado dejándome entrar a su casa.

Mire al rededor.

Hace mucho que no vengo aquí.

—sube, carl esta en su cuarto.

—okey, gracias.

Subí las escaleras hasta la habitación de carl.

Toque la puerta pero el no salió corriendo abrirme.

Volví a tocar pero tampoco me abrió.

Ya me aburri.

Abrí la puerta y vi a carl acostado boca abajo durmiendo.

Sin querer me golpe con la punta de la cama en la pierna.

—¡mierda!— me queje.

Carl se despertó sobresaltado y me miro sorprendido.

Carl se sentó en la cama.

—hola— salude nerviosa.

—maddison—carl se pasó la mano por el cabello despeinado.

—¿como estas?

—bien ¿y tu?

—bien —hubo un maldito silencio incomodo — carl, vine a arreglar las cosas.

—esta bien, tu no deberías venir, yo debí ir porque yo confundi mis sentimientos y no lo debi haber echo.

—yo no debí haber echo nada para confundirte.

—no,no, no fue tu culpa, tu no hiciste nada.

—te extraño carl— dije intentando no llorar— te extraño mucho.

Nunca me eh alejado de carl.

Es mi mejor amigo y lo amo.

Nos conocemos desde pequeños.

Carl bajo la mirada— también te extraño mads— dijo.

—¿podemos ser amigos otra vez?

—¿alguna vez dejamos de serlo?

—no lo se— dije secando rápidamente la lágrima que se me cayo.

—aún somos amigos.

—eso me alegra.

—ven— carl dio unas palamaditas en la cama para que me siente al lado de el.

Me acerque a el y me senté.

Carl paso sus brazos por mis hombros abrazandome.

Apoye mi cabeza en su pecho.

—lo siento por haber golpeado a maite.

—no importa, ya paso.

—es que no se porque la golpe— dije secando otra lagrima— no eh estado bien esta semanas y ella me nombro a enid.