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Me dejó pensando...
Que debía hacer?
Ahora más que nunca debía tomar una decisión.

Ver de nuevo aquella escena no podía dejar de sentir la culpa latente en mí, ver a mí madre en ese estado todavía me afectaba, pero ya no podía hacer nada.

Ese día, a tan solo una hora después del funeral, sentía la tristeza pasear entre nosotros, el dolor claro en todos los rostros, y aunque yo ya no lloraba o no podría hacerlo, todavía sentía el alma rota.

Todos se fueron a sus casas, mí hermano y mí madre aún se habían quedado un rato más a hacerme compañía. Todos los ramos, tantas flores decoraban la lápida.

* Javier Jones.
25/06/2000
10/12/2018
"Detrás de cada nube, siempre está brillando el sol*

Traté de recordar todo lo bueno que me había pasado, todos los recuerdos más bonitos guardados en cada parte de mí, traté de sonreír aún así.

Cuando ellos se fueron, solo quedé yo, mí alma vagando por el solitario cementerio.

Entonces logré ver entre las lápidas cómo un hombre alto, con cabello castaño rebelde, una ligera barba, con unos envidiables ojos azules y vestido con un traje blanco caminaba determinado directamente hacia mí con las manos atrás, me buscó con los ojos preparado para hablar.

Debía ser un ángel? Del cielo o del infierno? Lo dude bastante.
Es decir, yo no era un chico que había hecho cosas tan malas pero como todo humano, tuve mis errores y pecados.

—Ya te decidiste?— preguntó con serenidad.

—En qué exactamente?— me atreví a preguntar.

—Tendrás la opción de quedarte o irte por completo de este mundo—.

—A dónde me iría? Y si me quedo para pasaría?—. La duda e intriga se hacía presente en mí.

— Soy tu acompañante Javier, vine preguntarte qué vas a decidir en este dia—. Hizo una breve pausa pero luego aclaró.
—Si vienes conmigo te llevaré al reino de Dios, estarás mejor y en un lugar seguro, también quizás te encuentres con personas que quieres volver a ver, sin embargo solo podrás venir a este mundo una vez al año el día que quieras. Por otro lado si quieres quedarte, verás a tu madre y a tu hermano seguidamente pero la culpa de no tener una casa para tu alma y no sentir lo que un cuerpo sí, te hará sentirte dolido y no tendrás la oportunidad de volver arriba hasta el próximo año en que vendré a hacerte la misma propuesta—.

Estaba entre la delgada línea de hacer esto pero muy seguro de querer tener lo otro.
Yo quería ver a mí familia seguidamente pero no quería cargar está culpa que cargaba todo el tiempo. Por otra parte yo quería saber que se sentía ir a ese dichoso mundo del que todos hablaban cuando una persona moría y conocer una persona que me gustaría ver de nuevo pero eso implicaba que no vería a mí familia más veces que yo quisiera.

Lo dudé bastante. Pero la necesidad de estar cerca de mí madre y hacerle saber que yo aún me encontraba me hacía arriesgarme a quedarme en este mundo.

—Entonces...?— preguntó el hombre.

—Me quedaré—. Decidí —Ven por mí en otra oportunidad, yo... Aún necesito estar para mí familia, por el momento será asi— dije finalmente.

—Esta bien, no te jugaré, después de todo es tu decisión, volveré y veré pronto, hasta luego—. Se despidió y se fue con una sonrisa cálida perdiéndose entre las lápidas.

Había hecho lo correcto? Debía quedarme o irme?
Sin embargo lo único que podía hacer era arriesgarme.

Volviendo actualmente, estaba sentado a lado de mí mamá, mirando una foto mía en un retrato que estaba colgado en la pared de la sala, yo posaba sonriente a la cámara, ese día era mí cumpleaños y yo estaba tan alegre.

Quería estar pasando el tiempo que no pasé con ella mientras estaba en el apartamento. No dejaba de andar triste y ausente de alegría o cada sonrisa en su rostro, lo mismo mí hermano.

La veía llorar en su cama cada vez que decía que se hiba a dormir, cuando en realidad no tenía sueño, no tenía apetito y solo tocaba la comida con el tenedor. Su rostro con ligeras arrugas y con el cabello un tanto canoso se mostraba siempre cansado.

Habían prendido una vela en mí memoria en la pequeña mesita de la sala, solíamos hacer eso cuando alguien fallecía, decíamos que esa persona estaba presente aún, tenía mucho significado.

La llama de la vela estaba tan tranquila, tan serena y mí madre la miraba atenta. De repente traté de tocar la pequeña llamita, ya no podría quemarme así que eso no me preocupó, y en cuanto puse mí mano, esta empezó a moverse alegre como si bailara, se convirtió más larga y dejó de ser llamita. De inmediato el rostro de mamá cambió, pasó a mirar la vela con curiosidad, inclinó su cabeza y en sus ojos se vió un brillo como no había visto nunca en aquellas pupilas color miel, sus labios se entreabieron un poco y luego sonrió sin desplegar los labios.

Sonreí también después de tanto.

—Ismael ...— llamó a mí hermano— Está aquí. El está aquí—. Comentó con una pequeña sonrisa y en sus ojos unas pequeñas lágrimas caían y quizás de la emoción.

—Si madre, aquí estoy—. Le aseguré con una sonrisa y con algunas lágrimas en mis ojos que de nuevo no sabía si eran reales.

Lo que si sabía, es que ya había conseguido lo que quería, dejarle esa tranquilidad por la que tanto me culpaba yo de no poder darle.

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Ay ay ayyy.... En fin.

Cómo andamo pequeñas almas??

Yo ando actualizando a altas horas de la noche pero bueno... Tienen que saber que mí cabeza a esta hora funciona bien 🤙.

Quería agradecerles por leerme, por tomarse el tiempo de darme una oportunidad, cada día somos más!! No saben cómo me alegra eso.

Cada voto, cada comentario y notificación de que guardaron mí historia en su biblioteca me llena de alegría posta.

Espero les allá gustado este capítulo, dejenmelo saber❤️.

Pronto se viene más de lo que de seguro están esperando pero tranquilos ... Todo a su tiempo.

En fin... Los quiero mucho, abrazos virtuales y como siempre... No olviden votar!💘

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⏰ Última actualización: Feb 24, 2022 ⏰

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