TODO ESTABA TOTALMENTE DESTRUIDO NO QUEDABA NADA los cuerpos se podían apreciar pero encima de ellos muchas cenizas.
Ya no quedaba nada
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Ya había amanecido y ellos estaban sentados.
El pelinegro de nombre Cheong-san aún seguía perdido en los recuerdos.
Mientras otros trataban de ayudar a sus amigos heridos o simplemente no hacían nada más que observar.
Cheong-san se levantó queriendo regresar al lugar en dónde la vió por última vez.
Con los demás siguiéndolo.
Subía las escaleras lentamente, caminó por ahí pensando en que tal vez podría encontrarla.
- jiyu!! ¡Por qué lo hicistes! - sollozó
Onjo fue tras el y lo abrazó por los hombros.
- tranquilo por favor - pidió
Nam-ra quien antes se encontraba buscando con la esperanza de encontrar algo se acercó a ellos - vámonos, ya no huelo nada ya no hay nadie aquí hay que despedirnos de jiyu... y ya - dijo al grupo de amigos quienes contenían las ganas de llorar fuertemente, los abrazó.
Se fueron de allí y siguieron con la caminata.
Nam onjo quien pudo apreciar un objeto de su padre fue hacia el y lo abrazó con todas sus fuerzas.
temía por una perdida más no lo soportaría.
Llegaron a las calles y nam-ra sintió rápidamente la presencia de zombies cerca.
Tuvieron que luchar contra ellos.
Perdiendo a un amigo más, Woo-jin quien se arriesgó salvando a su hermana.
Eran momentos tan difíciles cada perdida era tan dolorosa.
Esto era una completa mierda.
Dae-su lloraba abrazado a Cheong-san.
- Woo-jin!! -
Ha- ri hermana del muchacho quería morir en ese mismo instante la detuvieron a hacerlo no podía no de esa manera.
Siguieron pero la joven de cabello azabache se detuvo, necesitaba saciar su hambre y no podía hacerlo con ellos ahí.
Onjo y Su-hyeok fueron tras ella.
Cheong-san al darse cuenta de que la muchacha no estaba a su lado se asustó temiendo perderla también.