Capítulo 9

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El lunes siguiente, Gulf se encontraba en casa solo mientras todos los demás estaban en el trabajo. Gulf amaba trabajar desde casa y no tener que vestirse e ir a la oficina día tras día. A menudo estaba sentado en su computadora, jugando con los sitios web que había diseñado llevando solo un par de pantalones. Hoy también se había puesto una de las camisas de Mew. Gulf sabía lo mucho que le gustaba a Mew verlo con cualquiera de sus ropas. Gulf no iba a discutir, de esta manera, podía oler a Mew durante todo el día a pesar de que no estuviera presente.

Gulf había informado a sus clientes antes de irse que se tomaría dos semanas de descanso, pero que si tenían cualquier problema urgente, todos tenían su número. Sus dedos estaban deseando volver a trabajar y diseñar, exprimirse el jugo. Realmente amaba su trabajo, y no podía imaginarse haciendo otra cosa. Una de las mejores cosas era que podía hacer su trabajo desde cualquier lugar, siempre que tuviera una conexión a internet de alta velocidad, por lo que su traslado a Buri Ram  no afectaría a su trabajo.

Gulf sabía que era bueno en lo que hacía y los clientes seguirían contratándolo, siempre y cuando continuara cumpliendo. Gulf estaba abriendo poco a poco sus e-mails cuando sonó el timbre. Guardando la respuesta para no perder ninguna información, se levantó y fue a la entrada. Abrió la puerta, pero antes de que pudiera volverse la puerta fue empujada contra la pared. Gulf se golpeó la espalda y la cabeza contra el suelo con un golpe rotundo. Antes de que Gulf pudiera incluso abrir los ojos para descubrir qué coño estaba pasando, sintió un agudo pinchazo en su brazo izquierdo antes de que el calor empezara a irradiar hacia abajo y desde sus dedos hasta su espalda, atravesando su cuerpo. Los ojos de Gulf se abrieron de golpe por la sensación familiar, y el pánico se apoderó de su cuerpo cuando vio a Long sobre él con un brillo maligno en sus ojos. Sus labios se curvaron en lo que sólo podía ser descrito como un gruñido.

—Hola, nene. ¿Me has echado de menos? Te dije que nos encontraríamos cuando estuviera listo para más.

Long se agachó sobre él. Llegó detrás de él y cerró la puerta, asegurándose de dejarla bien cerrada para que no los molestaran. Gulf se estremeció ante la idea y trató de ir hacia atrás para escapar de ese loco, pero su cuerpo había dejado de funcionar. mie**a. Cualquiera que fuera el infierno de droga trabajaba rápido. Hizo lo único que podía pensar y gritó en la cabeza a su compañero.

— ¡MEW!

Mew estaba limpiando su puesto de trabajo después de que los clientes se hubieran ido. Sus tintas estaban guardadas con precisión y las herramientas limpias y desinfectadas con alcohol. Mew estaba a punto de ver a su próximo cliente cuando su cabeza fue golpeada con tal sensación de miedo y desesperanza que casi lo tiró de rodillas. Se aferró al marco de la puerta para no caerse, Mew fue golpeado de nuevo, esta vez con una imagen de un gran hombre, su cara contorsionada por una mueca. Estaba inclinado hacia Gulf con lo que parecía ser una jeringa vacía en su mano.

Mew casi gritó cuando la voz de su compañero gritó su nombre en su mente. No podía pensar, sacó las llaves y el teléfono mientras corría por la sala de espera, ni siquiera se detuvo cuando Zol le gritó. Empujó la puerta y marcó a Zee mientras corría hacia su moto. Estaba justo montando cuando Zee contestó a su llamada.

—Ve a casa ahora, Gulf está en problemas.

—Estoy en camino.- contestó Zee.

Mew puso fin a su llamada y empujó su teléfono en el bolsillo. Arrancó la moto y se dirigió a casa lo más rápido que pudo.—Espera, bebé. Estamos llegando.- no sabía si Gulf le podía oír.

Trató de buscar la conexión que tenía con su compañero, pero apenas podía sentirlo. Mew apretó los dientes y aceleró aún más. La necesidad de llegar con su compañero era tan fuerte y su lobo estaba tan cerca de la superficie, que Mew no sabía si podría detener el cambio. Así las cosas, podía ver el cabello brotando de sus brazos y las uñas alargándose. Si le hacía algo a Gulf, lo mataría. Mew pudo ver el coche de policía tras él cuando llegaron al camino de entrada. Al llegar fuera de la casa, Mew saltó de su moto y salió corriendo. Oyó el ruido de ésta al caer al suelo y el sonido sordo del motor al ralentí detrás de él, pero no le importó. Todo lo que le importaba era llegar a su compañero. Mew podía oír a Zee corriendo tras él, cuando llegó a la puerta principal. Consciente de la puerta cerrada no perdió tiempo en coger sus llaves, en su lugar dio un paso atrás y pateó la puerta con todas sus fuerzas. La madera se rompió y la puerta se abrió.

2*  Compañero DeterminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora