Ante la expectativa de no hacer nada en casa del profesor, Flora decidió volver a aquel parque en el que conoció a Emmy. Sus palabras resonaban en su cabeza: «Si me buscas, seguramente esté aquí. Parece que quieres una amiga.»
No le parecieron las palabras adecuadas, pero tenía razón. Desde que estaba en Londres solo se relacionaba con el profesor y Luke, siempre y cuando no estuvieran de aventuras que la excluyeran, que eran todas, y Rose, que no le daba conversación.
Cómo le dijo Emmy, ella estaba ahí. Pensó que quizás con ese vestido blanco y largo era un fantasma de su imaginación y realment no existía. Pero, si así era, tampoco perdía nada. No conocía a nadie que la pudiera tachar de loca.
—¡Hola! Has vuelto.
—Sí...
—Sinceramente, creí que no vendrías. No pareces una chica que venga por estos sitios.
—Pero si este parque es de los más elegantes de Londres. Siempre viene gente a pasar el rato con otra gente.
—Por eso. Un parque donde vienen parejas, ancianos y alta burguesía.
No sé si le ofendió aquellas palabras, pero, ¿cuál de todas?
—Tú tampoco pareces una persona de esas —se defendió.
—Por eso vengo —sonrió—. Para ser la excepción que confirma la regla. Venga, siéntate a mi lado. He traído almuerzo. ¿Quieres?
—¿Quieres envenenarme?
Emmy soltó una carcajada.
—Eres muy graciosa. Sería extraño que quisiera envenar a la única persona que hay aquí. No tendría ninguna coartada —sonrió—. Venga, prueba estos sándwiches.
Flora dudó, pero finalmente agarró uno de los sándwiches que le ofrecía. Cuando lo probó se le iluminaron los ojos: era lo mejor que había probado en años.
—¡Está delicioso!
—Eso es porque es mi receta de los jueves al sol.
—¿Los jueves al sol? —preguntó curiosa.
—Me acabo de inventar el nombre —le sacó la lengua.
—A mi es que se me da mal cocinar... el prof... —creyó que era mejor no decir con quién vivia— mis compañeros de piso no me dicen que soy una pésima cocinera, pero los escucho cuchichear.
—Podrías probar a decirles que cocinen ellos —dijo dándole un bocado a su sándwich—. La clave está en la calma. Si piensas cocinar con prisas y para agradar alguien saldrá mal.
—¿Tú crees?
—Cocinar es un arte más. Hay recetas que necesitan más cariño que otras, más tiempo, más atención. La cocina es como las relaciones sociales. No puedes descuidarlas. Prueba a cocinar sin prisa.
—Lo intentaré —dijo—. ¿Por qué me dijiste que te encontraría aquí?
—Porque es cierto —sonrió—. Es la segunda vez que vienes a este parque y me has encontrado.
—Pero... ¿Vives... Aquí? —preguntó con miedo a ofender.
Emmy rio.
—No, no vivo aquí, pero sí que sería bonito tener un jardín así. ¿No crees?
—¿No trabajas?
—No creía que fueras tan impertinente —sonrió.
—¡L-Lo lamento!
—No te preocupes, se podría decir que estoy de vacaciones. Bueno... De permiso, quizás —explicó mirando a la fuente sin sonreír—. Flora, la salud mental es muy importante.
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Conversaciones en un parque
FanficFlora sale sola a pasear y termina conociendo a una mujer peculiar que le da conversación sin conocerla de nada. HISTORIA ORIGINAL. TOTALMENTE PROHIBIDA SU COPIA. ©Todos los derechos reservados