Compañero de habitacion

La sociedad de los poetas muertos

Al día siguiente me desperté por primera vez desde que había llegado aquí, solo. Todo fue mas facil, sabia que tenia que hacer. Con el problema de la corbata Niel me dio unos consejos de como hacerlo y resolví mejor guía que mi padre. Las clases siguieron iguales, tareas, proyectos de largo plazo, lecturas sobre épocas pasadas, siguieron haciendo mi mejor esfuerzo para que me salieran perfectos los trabajos pero Niel era siempre era el mejor en la clase. No estaba molesto con el, solo enojado por no poder correr tan rápido como siempre han querido mis padres.

Las clases del profesor Keating seguían siendo las mas diferentes, en una nos hizo arrancar las hojas de introducción del libro, diciendo que era excremento. Las hojas relataban como calcular el valor de un poema con un esquema, midiendo la perfección del poema y la importancia. Era algo que yo había pensado, que incluso con los poemas me estaban haciendo usando las matemáticas. Era absurdo.

En sus palabras utiliza que "saborear las palabras y lenguaje". Tenia razón, un poema no se podía calcular, los poemas eran expresiones de artes donde cada quien le daba su propio significado, no se podía calcular eso. Se agacho y nos hizo reunirnos alrededor de el.

―No leemos o escribimos porque sea tierno, escribimos y leemos porque somos miembros de la humanidad y la humanidad rebosa pasión. La medicina, leyes, contabilización e ingeniera son muy nobles para estabilizar la vida, pero la poesía, romance, amor, es por eso que que vivimos― era apasionado, todo lo decía como un discurso. Aunque aun dudaba en lo que decía, si vivíamos por el romance y el amor, porque no había recibido un poco ambos en mi vida, eso no era justo con la lógica de Keating.

La clase termino, así eran las clases, nos hacia dudar de las cosas escritas en nuestro libro y sentir las letras de los poemas, nos dejaba dudas, nos hacia pensar por nosotros mismos y no con los libros o lo aprendido en clases anteriores.

―¿Cómo crees que fue Keating en la escuela?, cuando estudiaba― me pregunto Niel que se había acercado a mi sin verlo, mientras nos diríamos a nuestras habitaciones a dejar nuestras cosas, después de eso íbamos al comedor y nos dejaban unos momentos libres para descansar, pero esos momentos eran muy cortos.

―No lo se, talvez era igual a nosotros― respondí con lo que el mismo Keating había dicho en la primera clase que nos había dado.

―Talvez... ¡ya se!― dejo sus cosas casi tirándolas en el escritorio, para después salir del cuarto. Se fue sin decir a donde iba, solo me dejo en la habitación viéndolo irse.

No regreso para cuando nos llamaron a comer, me senté en la misma mesa de antes. Me había sentado ahí desde el primer día, pero siempre porque Niel me lo decía, ahora el no estaba. Tenia miedo que me llegaran a decir algo ya que no estaba Niel, pero no dijeron nada, era como si ya fuera mi lugar el estar ahi. Empezamos a comer cuando Niel llego, se dirigió a nuestra mesa y se sentó en un lugar que estaba vacío. 

 ―Oigan, vi un anuario en la biblioteca― saco un libro de su costado, era grande y con una cubierta roja. Se la paso a Cameron que estaba junto a mi. Dentro estaban fotografías de chicos de nuestra edad junto con sus nombres y unas descripciones. En la pagina en que Niel nos entrego el anuario estaba la imagen de Keating, se veian muy distintos. Como si fuera otra persona, pero si lo viera definidamente estaba el profesor Keating.

―Fue capitán de futbol, ​​editor del anuario, iba a Cambridge, le gustan los muslos y la sociedad de los poetas muertos― Niel que dijo al parecer lo había ido a buscar cuando se fue de la habitación. Cameron se empezó a reír, Pitts que estaba a su lado también vio el anuario.

―"Es posible que logre todo lo que quiera"― recito Cameron del anuario.

―¿Los muslos?, yo creo que fue desenfrenado―dijo Charlie.