Parte de tu Mundo Pirata. • HuaLian | Mermaid AU •

ঔৣ Marea 2

Xie Lian ha estado pensando en el extraño evento toda la noche y todavía estaban atrapados. El delfín parecía tristemente desinflado.

Xie Lian solo esperaba que un héroe viniera a rescatarlo. Golpeándose a sí mismo, luego se convenció:

—No seas estúpido, como si alguien fuera a venir a salvar tu piedad así de la na-

—¿Necesitas ayuda?

Esta voz.

Xie Lian se dio la vuelta, frente a él se presentó un joven encantador, amable, tenía la ropa mojada, ¿tal vez era un pescador?

Rostro juvenil y piel pálida (¿alguna vez estuvo expuesto al sol? ¿Lo estuvo realmente?) con mejillas ligeramente carmesí, pestañas largas y rectas, cabello sedoso, negro como la tinta, recogido en alto y apretado hacia un lado en un cola de caballo. Llevaba un collar de plata y ropa roja, blanca y negra. Las mangas de su camisa y sus pantalones estaban arremangados como si se hubiera preparado previamente para meterse en el agua y ayudar a la hermosa sirena.

También llevaba un par de sandalias de paja, pero luego se las quitó para ayudar a la sirena y al delfín.

Se zambulló en el agua sin dudarlo.

Xie Lian se congeló ante sus acciones abruptas.

Con voz suave, su salvador reafirmó:

—Por favor, no tengas miedo, no te haré daño, lo juro. Por favor, confía en mí, ¿de acuerdo?

Xie Lian solo asintió, con los ojos muy abiertos escaneando con curiosidad al joven que los liberaba de la red.

—Jeje, ¿me creerías si te dijera que soy bastante bueno para desvelar redes? Lo hice una vez antes para salvar a un amigo mío —la mirada del humano era cálida y nostálgica—. Ese mismo amigo me había impedido morir ahogado cuando yo era sólo un niño pequeño.

¿Por qué esta historia le sonaba familiar? Sospechaba Xie Lian.

—Es... espero que encuentres a tu amigo  —Xie Lian dudó al principio de hablar con el humano, pero su personalidad amistosa lo convenció.

—Oh, jaja, gracias. Pero creo que ya lo he hecho. —el humano respondió felizmente.

—Eh.

—¡Ahí va! Ve rápido y seguro. —el humano declaró contento.

Xie Lian y el delfín finalmente fueron libres.

El delfín estaba extasiado e hizo algunas volteretas de agradecimiento a cambio. Lamió al joven humano antes de irse, lo que le valió una sonrisa.

—G-gracias. —Xie Lian se puso nervioso ante el encantador humano.

—¡De nada, Gege! ¿Puedo llamarte Gege? —los ojos del humano brillaron y Xie Lian notó esa chispa impresa en ellos.

—¡No hay problema! —Xie Lian respondió tímidamente, quería ocultar su rostro de tomate, hundirlo tan profundo que ni siquiera las tortugas pudieran verlo o burlarse de él.

»Bueno, tengo que irme ahora. —Xie Lian se dio la vuelta y, con suerte, nunca más se encontró con el encantador humano, pero antes de que pudiera entrar al agua, una voz lo detuvo:

 —¡ESPERA!

Xie Lian cambió de nuevo para mirar al joven. El humano se veía tímido, asustado, ¿se estaba sonrojando? Estaba evitando su mirada mientras miraba sus propios pies hundidos en el agua.

—Umm... Yo, bueno. Me gustaría saber si quizás a ti, ya sabes te gustaría um... pasar el rato, ¿alguna vez? ¿Tal vez mañana? ¡SI QUIERES! —el humano que inicialmente estaba evitando su mirada luego tomó el coraje de hacer que sus ojos se encontraran con los de Xie Lian—. ¡P-pero solo si quieres! No tienes que hacerlo, está bien para mí si eliges rechazar-

 —¿Cuál es tu nombre, humano? —Xie Lian lo interrumpió a mitad de la oración mientras inspeccionaba mejor al joven.

—San Lang. Puedes llamarme San Lang. —el joven volvió a bajar la cabeza.

—¿San Lang? Me gusta, es lindo. Oh, bueno, San Lang, nos vemos mañana antes del atardecer.

¿¿ESO ERA UN SÍ?? Los ojos del humano rápidamente reflejaron emoción, lucía una mirada increíble, aún no podía creer su buena suerte. 

—¡SÍ! —levantó victoriosamente los brazos. Si esto fuera un sueño, se aseguraría de no despertar nunca.

Xie Lian asintió alegremente, una risita casi sale de su garganta. Si Xie Lian estaba jugando con fuego, no le importaba, todos sus instintos y pequeñas voces en su cabeza que le decían que se mantuviera alejado de este humano salieron por sus oídos mientras contemplaba felizmente la alegre sonrisa del humano.

Por algún motivo sentía que ese muchacho no mostraba su sonrisa muy amenudo.

Decidió atesorarla.