16.

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Los días y semanas pasaban, y nuestra relación con Alex era cada vez mejor, aunque ninguno de los dos había dado el paso de hacerla oficial, quizás no lo necesitábamos. Sentí mi celular, en el trabajo me habían dado el día libre, pero a Alex no así que decidí ir  a comprar lo que hacía falta en el departamento.  Al revisar el mensaje sonreí, decía “Esta noche quiero que vayas a ese mirador que te lleve hace una semana, ¿recuerdas? Debo decirte algo muy importante. Te espero a las 9, te amo”. Le respondí “Aún faltan 4 horas, ya no puedo esperar. También te amo”. Comencé  a guardar las bolsas de supermercado en el maletero, al cerrarlo vi a alguien acercarse, al verlo aún más cerca note que era Kellin. Se veía mucho mejor que la última vez que lo vi.

-Hey, Kellin. –Lo salude yendo hacia él- ¿Cómo estás?

-He estado bien, ¿y tú? –Parecía que el Kellin se antes había vuelto-

-Me alegra mucho, he estado bien, excelente la verdad –Dije sonriendo.

-Lo siento por esto. –Lo mire extrañado y momentos después se había lanzado a mi presionando un trozo de tela contra mi rostro, el olor lo desconocía.

_______ 

¿Cuándo me había dormido? Miraba alrededor sin entender mucho, me dolía la cabeza, ¿me abre desmayado? No podía ver nada, una ventana dejaba entrar un poco de luz de la luna y recordé….¡¡ALEX!! Lo deje plantando, dios, querrá matarme. Intente levantarme, pero caí al suelo, mis muñecas estaban amarrados, había  una cinta en mi boca y mis tobillos yacían atados también. Intente hacer ruidos con mis piernas golpeándolas en el piso. Quería llorar, no lograba recordar casi nada, ¿estaba antes en mi auto? ¿O en el trabajo? ¿Esto era una broma? Rogaba que fuera solo una broma o una pesadilla. Escuche un chillido detrás de mí y una luz entro, al voltear vi una figura humana en una puerta. Una luz se predio en la habitación y mi miedo se volvió en confusión. Kellin estaba en esa puerta, al mirar alrededor había una mesa al lado de la silla  en la que estaba al parecer antes, las paredes tenían cartones de huevos pegadas, habían mapas, fotografías mías y de Alex, el restaurante, el auto que ambos usábamos, fotos de hace varios años de cuando aún estaba con Kellin, incluso el departamento.

-¿Qué haces ahí, pequeño? –Sentí sus manos alrededor de mi sentándome, intente patearlo pero se movió. Intente gritar pero con la cinta no podía-. Tranquilo, tranquilo. –Dijo y poco después arranco con fuerza la cinta de mi boca-.

-¿QUÉ MIERDA ES ESTO? –Mi respiración se aceleró, intente desatarme y me dio una bofetada tan fuerte que ardía-.

-Sh, sh. Nadie te oirá. No tengas miedo, soy yo. –Hablaba tan tranquilamente-. Volveremos a estar juntos, mi amor, no te preocupes, esto será por unos días, nada más. -¿Qué tiene en la cabeza?

-¿¡De qué estás hablando!? ¡¡ESTAS LOCO!! ¡DEJAME IR! –Comencé a llorar, desconocía a quien tenía frente a mí-.

-Mira, llamaras al tal Alex y le dirás que decidiste volver conmigo, ¿está bien?

-¡Claro que no! No lo haré. –Me negué-.

-Tendrás que hacerlo, sí valoras su vida, tendrás que hacerlo.

-¿A qué te refieres? –Kellin sonrió levantándose yendo hacia la mesa, abrió una caja sacando un arma de ella-.

-Sí no quieres que una bala lo atraviese a él o a ti, tendrás que hacer caso.  –Saco unas balas de la misma caja cargándola por completo-.

-Por favor, Kellin. Reacciona, esto está mal, no manches tus manos de esta forma. -Intente hacerlo entrar en razón, pero él solo rio negando. Saco algo de su bolsillo y se sentó a mi lado. Tenía mi celular y estaba buscando entre los contactos-.

-Dios, este idiota insiste mucho, tienes 15 llamadas perdidas. –Dijo riendo-¿Lo harás? –Me miro como sí tuviera otra opción, no quería, al fin estaba saliendo todo bien. Solo asentí. Kellin sonrió y marco, puse el celular en mi oreja y comencé  a escuchar los tonos, dos y contesto.

-¡VIC! Al fin, ¿qué ocurrió? Te espere casi dos horas, ¿por qué no llegaste?

-Alex… Debo decirte algo…-Intente mantener mi voz calmada, pero tenía a un enfermo a mi lado-

-¿Qué cosa?

-Es que, decidí, volver con Kellin. Pensé un poco sobre todo y decidí darle una nueva oportunidad. –Hubo un silencio largo en la línea-.

-¿Es una broma, verdad? –Escuche su voz romperse-. Ah, sí, que buena broma, Vic. Casi caigo. Pero aun no es el día de los inocentes.

-Alex, es en serio. Ahora estoy con Kellin, lo siento.

-…Dijiste que me querías, que me amabas… Me dijiste “te amo” hace apenas unas horas, ¿Cómo ibas a cambiar tan rápido?

-Lo siento, en serio. –La llamada se cortó, tenía ganas de golpear a Kellin y escapar, pero podría  volver y hacerle algo a Alex.

-Así me gusta. Ahora, vamos a dormir. –Me desato y me hizo levantarme. Me llevo hacia la habitación que antes ambos compartíamos. Sobre ella había una bandeja con comida, pero hambre era lo que menos tenía ahora. Me acosté al lado apuesto de la cama lo más alejado de él.

-¿No vas a comer nada? –Negué con la cabeza-. Sé que esto es algo, extremo. -¿No querrás decir enfermo?-. Pero así debe ser, debemos estar juntos, cometí un error y quiero que todo sea como antes.

-Pero yo no quiero eso. Yo no quiero estar contigo. –El apretó sus manos y las relajo-.

-Lastima. –Sonrió y se sentó a comer. Solo me acosté con las piernas contra mi pecho intentando pensar en algo qué hacer. 

Quiero Mi Vida De VueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora