Axozer terminó por aceptar la propuesta de Karchez, que mas daba si los dos entregaban pito, mientras ambos se entregarán el corazón mutuamente todo iba a estar bien, ¿cierto?
¿Cierto?
Entonces ¿por qué cuando veía a Juan y Karchez se sentía celoso...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nia miró a Ocho llegar abrazando a Axozer, preocupada se acercó a ambos.
—Chicos, ¿qué sucedió? ¿dónde está Juan?
El pelinegro apretó más al bicolor contra él. —Axo se empezó a sentir mal así que lo voy a llevar a su casa. Y sobre Juan no está aquí.
—Los acompaño entonces.
Ocho detuvo a la pelirosa. —No hace falta, preocúpate sobre lo demás de la misión, yo no voy a tardar mucho.
Nia asintió aún preocupada, confiaba en lo que el contrario le decía, pero algo le decía que había pasado algo malo. Decidió no indigar más y caminó hasta el centro del pueblo 3.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de traspasar el portal y pasar la aduana emprendieron camino hacia la casa del bicolor.
Todo el camino estuvieron en silencio, Ocho se dedicó a abrazar a su menor intentado reconfortarlo aunque sea un poco. Por momentos escuchaba los sollozos que el otro intentaba retener, le dolía demasiado escucharlo en ese estado y ver como se estaba derrumbando.
Estaba seguro que Juan le había puesto un hechizo de amor a Karchez, de otra forma se hubiera separado de inmediato, o eso suponía.
Se metió tanto en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya habían llegado al hogar del bicolor.
—Gracias por acompañarme— agradeció, no se sentía bien y necesitaba entrar a su casa de inmediato.
—No es nada, no agradezcas era lo menos que podía hacer.
Sin nada más que decir por parte de ambos, Axozer entró a su casa y Ocho caminó hacia la aduana.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.