ᬊ꙰♡❭❱꙰Dolor

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— ¿Crees que nos metamos en problemas por desaparecer de la fiesta? — pregunta Childe un tanto preocupado, pero más sorprendido por la acción de su novio

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— ¿Crees que nos metamos en problemas por desaparecer de la fiesta? — pregunta Childe un tanto preocupado, pero más sorprendido por la acción de su novio.

A su lado, el castaño meditó sus palabras, haciendo un ligero sonido de incertidumbre sin dejar de observar la ciudad por la ventana — Quién sabe — respondió después de un rato — Pero no te preocupes, por mucho que noten de nuestra ausencia en la fiesta, Ningguang solo aprovechará para reprenderme a mí. Como ejecutivo debería estar allí, tu sigues siendo el chico de las copias — Zhongli bromeó, y Childe, sin poder evitarlo, tensó su cuerpo ante aquellas palabras, llamando la atención de la persona a su lado, quien se giró a verlo — ¿Preocupado?

— No por mí — respondió en un gruñido.
No tardó mucho antes de que el muchacho invadiera su regazo, colocando cada una de sus largas piernas a sus costados descaradamente, juntando ambos cuerpos hasta que no hubiera espacio entre ellos.

— Hey, es navidad, no deberías estar tan tenso.

En un intento por tranquilizarlo, Zhongli juntó sus labios con los ajenos, sonriendo al sentir como era correspondido. Por su parte, el mayor aprovechaba la oportunidad para saciar esa necesidad de contacto y que casi no podían tener debido a la jerarquía de sus trabajos, a la falta de tiempo, o hasta su propia timidez. Supo que habían ido muy lejos cuando notó que las palmas de sus manos se encontraban acariciando la poca piel del torso, arrancando un gemido en el menor.

— ¿Planeas hacerlo aquí? — Childe preguntó sugerente.

— Preferiría esperar, hacerlo aquí no parece cómodo. — Zhongli respondió.

Childe hizo un puchero, pero solo se dejó caer sobre su pecho, girando su rostro de nuevo hacia la ventana, disfrutando en silencio de la vista aérea que la altura de la noria les ofrecía de la ciudad aquella noche de navidad. Quizá, pensó el mayor, no había sido tan mala idea sobornar a unos cuantos para tener aquel paisaje frente a él mientras mantenía a su pareja en un cálido abrazo.

Su pareja.

Era en esa clase de momentos en los que Childe se preguntaba la razón por la que el destino lo había llevado a conocer a ese hombre castaño y sombrío que tras conocerlo, solo demostró ser solo un niño perdido en un mundo demasiado cruel para alguien tan sensible, llevándolo a que en su pecho surgieran sentimientos de protección y cariño que rápidamente tomaron la forma de un profundo amor que explotaba en su ser cada que lo veía. Y adoraba ver como era correspondido.

Ninguno de los dos era bueno con las palabras, menos con aquellas que involucraban sentimientos, pero sabían que de vez en cuando algunas no estaban de más.
— ¿Qué sucede? — preguntó el menor al ver a través del reflejo del cristal como el mayor se había quedado dubitativo — No me digas que le tienes miedo a las alturas, y no le dijo eso.

El aludido negó con la cabeza — Nada de eso, solo… — empezó — Te amo, Ajax.

El mayor esperó a que el menor estuviera listo para mirarlo, y cuando lo hizo, despegando el rostro de su pecho, pudo observar cómo el ejecutivo más joven tenía las mejillas rosas y sus ojos brillaban con un sentimiento que identificó como felicidad. Antes de prever lo que el menor planeaba hacer, este saltó para besarlo de forma brusca y necesitada.

— Yo también te amo — respondió sobre sus labios — Te amo tanto que moriría por tí.

— Por favor no lo hagas. — respondió con rapidez, apretando más contra él, el cuerpo del menor.

— Lo lamento, Cariño. Ya lo he hecho. — al escuchar eso, que había salido con cariño de los labios del su pareja, la sangre en sus venas hirvió en ira. Todo en el se había roto, aunque no entendía del todo cómo es que había pasado.

— No me llames Cariño, no hay razón por la que un enemigo me llame de esa forma — exclamó.

Ya no estaba en lo alto de la rueda de la fortuna una navidad viendo la apacible ciudad, ahora estaba en el bar en el que se encontraría con su informante para buscar una forma de sacar sano y salvo a uno de sus hijos de la sede de la mafia, y a su lado se encontraba ese joven, el joven que una vez había estado en sus brazos, su mirada enamorada había sido reemplazada por una mueca de tristeza y horror que le hizo doler el corazón. Zhongli se recompuso de inmediato, divagando en una explicación que Childe no entendía, quedando en silencio y demandando con la mirada una respuesta más clara. El contrario pareció entenderlo.

— Te invité una última vez para decirte adiós.

Quizá fue la profunda tristeza en su voz lo que hizo a Zhongli no dispararle cuando este se insinuó de manera sutil, oh, quizá fue la pena que le daba el contrario lo que hizo que su garganta sintiera un nudo cuando se despidió de él con aquel apodo cariñoso. No pudo verle la cara cuando éste se marchó, pero en cierta forma no creía necesitarlo, pues intuía saber cuál era.

De todas formas, todo eso solo era una mierda, lo único que importaba ahora era sacar a su hijo de esas cosas.

De todas formas, todo eso solo era una mierda, lo único que importaba ahora era sacar a su hijo de esas cosas

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Espero les allá gustado, si así fue los invitado a votar y dejar un comentario diciendome su opinión.

¡Sugar, fuera!

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2022 ⏰

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