Latidos rápidos ☕️

22 10 2
                                    

VIOLETTE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

VIOLETTE

Llegue a mi casa para cambiarme.

Si era cierto que había rechazado varias salidas que había propuesto Elliot, pero no era porque no me gustara estar alado de él al contrario me sentía cómoda y eso era precisamente el problema.

Bueno... mi corazón había empezado a latir muy rápido cuando él había cruzado palabras conmigo por primera vez en la cafetería. Debía de confesar que disimuladamente, miraba esos ojos verdes los cuales me hacían perderme profundamente en su color, mi corazón sabía que si me perdía en ellos una vez más sería mi perdición.

Ambos tan diferentes.

¿Por qué se fijaría en mí si somos tan diferentes?

Sabía que no podía distraerme, tenía que seguir enfocada en el trabajo, pero era tan difícil. Cuando rechazaba sus propuestas agachaba la mirada como si quisiera ocultar su rostro.

En la mañana mi mente hizo que recordara esos agachamientos de cabeza por parte suya, me recordé a mí misma sentada en mi cama abrazando mis rodillas como si me protegieran de ser alejada, no tenía amigos con los cuales compartir, no salía de casa a excepción de ir al trabajo y ni siquiera tenía a alguien a quien levantar cada mañana con una gran sonrisa mientras esa persona me susurraba al oído diciéndome lo hermosa que estaba.

No tenía una vida.

ELLIOT

Había conducido hasta la casa de Violette.

Me baje del auto, peine un poco mi cabello y toque la puerta principal de su casa.  Lo primero que vi al ser abierta dicha puerta fue a una linda chica que traía un hermoso y corto vestido color blanco.

—Hola—se acomodó su cabello

—Hola—la saludé—estas... hermosa—noté como agacho su cabeza para mirar a sus manos las cuales estaban entrelazadas jugueteando nerviosamente. Le extendí mi mano para que la tomara y por el momento solo obtuve un alzamiento de cabeza—¿Señorita Violette le gustaría tomar mi mano para llevarla a comer a un restaurante que sé que le va a encantar? 

—Señor Elliot, me encantaría tomar su mano—sonrió entrelazando su mano con la mía. Empezamos a dirigirnos al auto parqueado frente a su casa.  Le abrí la puerta del asiento del copiloto y a paso rápido fui al asiento del conductor, abrí la puerta y entre al auto, el olor a vainilla que caracterizaba mi auto llego a mis fosas nasales

—La verdad es que no pensé que en realidad ibas a venir—encendí el auto y le di un vistazo rápido a Violette 

—Bueno salir un rato de casa no hace daño.

Silencio. Hubo silencio por parte de ambos, ese silencio no era para nada incómodo se sentía bien, como cada conversación junto a ella.

¡Ey! ¿Quieres un café? ✔️ | Historia cortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora