el muchacho de pelo rubio se removió entre las medianas almohadas que lo rodeaban y abrió los ojos lentamente encontrándose a sunghoon con su cara empapada en lágrimas y la nariz roja dándole leves caricias al rubio en el cabello.
–hoon... – el menor se sentó rápidamente al ver su aspecto. –bebé...no llores...
el mayor tomó la cabeza del contrario y la pegó a su pecho, comenzando a inhalar el olor del cabello del contrario, el cual olía delicioso gracias a su champú de frambuesas que usaba.
–¡hey! me enojaré si estás así. –niki recorrió suavemente su espalda con sus manos.
–no te vayas ahí... – su llanto empeoró y solo pudo abrazar aún más fuerte al contrario.
–está bien sung, estaré bien.
–n-no. tengo q-que contar-rte algo. – se separó un poco y puso las manos del contrario en las suyas.
–se acuerdo, deja que te calmes cielo, no hay apuro. –besó las mejillas empapadas del mayor y se puso de pie para buscar un vaso con agua para el pelinegro.
–gracias. – respondió con dificultad el mayor, tomando el vaso de agua cuando se lo entregaron.
rápidamente niki comenzó a darle caricias en su rostro sonriendo, obviamente él también tenía miedo, pero no deseaba ver a sunghoon así.
–¿mejor? –preguntó el menor después de unos minutos de que el otro hubiera terminado de beber todo el líquido que estaba en el recipiente de cristal.
el contrario solo soltó un suspiro y se preparó para hablar, ignorando su pregunta. – no pensaba contarle a alguien, pero creo que deberías saberlo. – se aclaró la garganta. – mi padre es un imbécil, es de esas personas que tienen demasiado dinero, están casados y tienen cincuenta mujeres menores de veinticinco años tras él por su gran fortuna, le encantan las aventuras supongo, bueno, mi madre, por otro lado, era encantadora, y no tenía una situación financiera tan buena, a la corta edad de veintitrés años viajó a seúl de vacaciones, de algún modo, ella y mi padre coincidieron en el bar del hotel y terminaron haciéndome, mi padre nunca se encargó de mí, para él solo era otro mocoso de sus relaciones pasajeras, habían un montón más. casi al cumplir siete años, vino a verme por primera vez y comenzó a insultar a mi madre cuando hablábamos a solas, dije lo que debía decir, pero tuvo consecuencias feas. me abofeteó fuerte ese día, además de irse gritándole insultos a mi madre. dos o tres días después, regresó cuando mamá trabajaba de noche, y básicamente me secuestró, me llevó a un lugar horrible, el sueño me venció, y al despertar, estaba en una habitación completamente blanca que solo estaba habitada por una silla con cables en el centro, ahí me encontraba, estaba conectado a un sistema súper complejo. Entró un hombre extremadamente apuesto con una bata de doctor puesta y me saludó con burla, lee heeseung era su nombre, era en corea del cur, ahí nací. estuve aproximadamente ocho meses allí, todos me hacían cumplidos por lo mucho que había durado, habían señores que daban asco, cada vez que se me acercaban e intentaban toquetearme, lo recuerdo perfectamente. – apretó las sábanas mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. – un día, cuando desperté, mi padre dijo que era todo, que podía irme de ese lugar, y estuve tan feliz niki... tan feliz, me dejaron frente a mi casa y se marcharon, entré súper emocionado, vería a mi madre, había regresado, era perfecto. entré a mi habitación al no ver a nadie en la parte baja y estaba allí, sobre mi cama, tenía un arma en su abdomen, su cara estaba llena de moretones, sus ojos eran completamente blancos, su piel estaba más pálida de lo normal, pero no sólo eso, había sangre por toda la habitación, todo estaba cubierto de sangre, todo, sobre ella, había una nota que decía: " hey sunghoon, más te vale que aprendas a respetar a tu padre, todo esto es tu culpa mocoso, todo. " , apenas sabía leer, pero fue tan... horroroso, tengo esa imagen en mi mente aún, me buscaron de madrugada, entró a la habitación con dos hombres vestidos de negro burlándose, aún estaba llorando mientras la abrazaba, el señor que me hizo rió y me amenazó con quitarme la vida, pero ni siquiera me importó, me habían quitado lo más preciado que tenía, me enseñaron eso, tenía siete años, Niki. ¡siete años! ¿cómo es que son tan inhumanos de enseñarle eso a un niño? luego me mandaron a las casas de acogidas, pero con sus reglas, no podía poner un pie fuera de los límites, pasé años sin salir de una habitación, cuando cumplí trece años dejaron que saliera, pero ya no había remedio, luego de los ensayos clínicos para probar un nuevo medicamento, la muerte de mi madre y estar encerrado por seis años, era difícil socializar, era difícil sobrevivir, la mujer que cuidaba a todos esos niños era maravillosa, irene, me ayudó a estar como estoy, me sacó de la casa sin importar que mi padre fuera alguien muy reconocido mundialmente, incluso me apoyó cuando me declaré homosexual y buscó varios chicos para mi, nos atendía a todos así, era genial. –rompió a llorar y niki hizo que pegara su cabeza a su pecho para que llorara todo lo que quisiera, ver a sunghoon así le partía el alma, y aún más al saber su historia, era horrible.
besó su frente, sintiendo sus mejillas humedecerse al instante también –estoy aquí, cielo...calma.
–¿por cuánto tiempo? wso no es lo que quería decirte, quería decirte como fue cuando estuve allí. – hizo una pausa y tomó aire antes de continuar hablando, joder, sunghoon era más fuerte de lo que niki esperó. –tenía una habitación para mi, era de un tamaño considerable, solo tenía una cama personal con una manta y una almohada, y el baño en conjunto con la habitación, tenían una cámara que dejaba ver todo, a excepción del baño. no todos los días habían ensayos, tres días a la semana si tenía suerte, cabe aclarar que en ese tiempo era para probar un medicamento cualquiera, en tu caso sería una epidemia, así que supongo que sea con más frecuencia, como sea, me mantenían en esa maldita silla en la que me senté el primer día, solo lee heeseung me atendía, él decía que era para no ponerme ansioso al ver a muchas personas. me pasaba al menos diez horas sentado allí, probaban todo lo que fuera posible, tomar un medicamento, esperar tres horas para ver la reacción que hacía mi cuerpo, inyectarme algo raro por todos los lugares posibles. heeseung me miraba de manera... no sé, distinta, pasé mucho tiempo sin saber cómo, pero ya que tengo edad, creo que me tenía ganas, no lo sé, era feo que me miraran como si me desvistieran con los ojos, era... extraño, pero en fin, nunca fue más allá, solo, muchas veces en mi cuarto escuchaba los gritos de las otras personas, o cada tiro por cada persona que enloquecía o no cooperaba, las veces que salía y se llevaban gente ensangrentada de ahí eran incontables, no sé cómo carajos estoy cuerdo, solo se que tuve suerte nini, tuve suerte, y no todos tienen suerte, no sé si tengas suerte...
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🧺 fairyhoonnie ;
escrito: 03/03/2022
publicado: 18/04/2022
editado: 25/12/2023