Capitulo cinco

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– Jean, te juro que si vuelves a pisarme o a hacer algún ruido, te asesinare con mis propias manos. –

– Imbécil, ¿Te crees muy listo? ¿Te das cuenta en dónde carajos nos metiste? –

La noche se estaba volviendo casa vez más oscura. Pronto serían las diez, y aquel restaurante tan fino, se estaba llenando de comensales entusiastas por probar variadas delicias. Los encargados comenzaban a encender mas luces para adornar el jardín, delantero y trasero. La música sonaba tan suave, que era poco perceptible, pero ambientaba a la perfección la cena de aquella pareja, que estaban disfrutando mutuamente de su compañía, junto a una charla casual y risas. Por mas que viera a t/n bastante alegre, a Eren le enervaba la cercanía de Erwin hacia ella; y por mas que lo negara, le hubiera gustado estar en su lugar. Y en un instante de impotencia, había decidido seguirla en su cita; tenia un mal presentimiento que lo perseguía. Guardaba el miedo, o mas bien, la esperanza, de que algo saliera mal esa noche. Pero, aunque hubiera querido que ella no fuera al lado del rubio que tanto le gustaba, y aunque hubiera deseado demasiado que su velada se arruinara, lo que menos quería era que ella acabara lastimada. No conocía bien al tal Smith, mas allá de lo que t/n le habría contado sobre el. Por ello es que se le cruzo por la cabeza, ver en vivo y en directo como se comportaba. Y era todo un caballero, algo que al azabache le enfurecía.

Erwin, por su parte, disfrutaba de cada roce de sus manos. El tacto con ella le parecía mágico, de otro mundo. Y la paz que le transmitía lo hacia sentir mejor que nunca. 

– Aun no comprendo bien tu plan. Jean, quien había estado de rodillas junto a su amigo detrás de unos arbustos, en aquel gran jardín, empujo un poco al azabache para que se corriera. – ¿Quieres ir y arruinarle la fiesta a los tortolos?

– ¿Ves que eres un idiota? Eren le dio un codazo– Primero, baja la voz si no quieres que nos atrapen. susurro– segundo, solo estoy aquí para ver que nada salga mal. Si ese imbécil con pinta de mafioso le rompe el corazón, t/n necesitara un hombro en el cual llorar, y yo necesitare un amigo que me ayude a matarlo y esconder su cuerpo. 

– Mira, le toco la mano, se esta propasando. 

– ¡¿Que?! el mas bajo se puso de pie de forma agresiva. A lo que Jean lo sujeto del brazo a hizo que se sentara en el piso de golpe. 

– Maldita sea, si que eres sobreprotector. Están en una cita, ¿Qué esperabas que sucediera, genio?  Su amigo hizo un gesto de disgusto y continuaron viendo lo que estaba sucediendo con la pareja sentada a unos cuantos metros de ellos. 

En aquella mesa, las sonrisas y miradas enternecedoras no faltaban. A pesar de que t/n se sintiera fuera de lugar, debido a que no estaba acostumbrada a los restaurantes tan costosos, se pensaba a si misma como alguien muy suertuda de estar sentada con Erwin en aquel lugar. Y tuvo la oportunidad que tanto quería, de conocerlo un poco mejor. Saber de el, sus pasatiempos, gustos, disgustos; y para el rubio era igual. Por fin estaban teniendo un momento de privacidad e intimidad, donde podían hablar sobre si mismos. Y donde el podía admirarla, e intentar leer su comportamiento, movimientos y expresiones, para quizá, conocerla un poco mas. 

– No sabia que tu y el chico de la tienda eran amigos. dijo ella, para luego meter un bocado de la ensalada que había pedido como aperitivo. 

– Ah, si, Levi y yo nos conocemos desde hace tiempo. El era amigo de Hange Zoe, otra amiga mía que la conocí en la universidad. dirigiendo su mano derecha hacia su resplandeciente cabello, lo peino hacia atrás, con algo de nerviosismo y timidez– Al principio no nos llevamos bien, ambos somos muy obstinados... y el un tanto odiosos. ella rio suavemente. – Pero es una muy buena persona. Cuando pudimos conocernos mejor, nos llevamos bien, y yo le tengo bastante aprecio. el había decidido pedirse una copa de vino, por lo que bebió de ella tras acabar su oración. 

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2022 ⏰

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Números | Erwin SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora