The King's Phoenix - MarLu (Traducción)

Chapter Four

The right hand of the king,
and one of his wings

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Después de un incidente bastante... extraño en Loguetown, Zoro había sentido algo raro en su capitán. Seguro que todavía comía como si no hubiera un mañana y tonteaba con Usopp, pero Zoro es más observador cuando se trata de su capitán. A Luffy le gusta permanecer en su forma donde tiene las orejas de perro y la cola fuera, y su cola siempre gira incluso cuando duerme, sus orejas nunca caen tampoco.

Entonces, ¿Por qué ahora? Por mucho que quisiera preguntarle a su capitán, hay algo en él que sigue insistiendo en no hacerlo y observarlo más. No está seguro de por qué, dónde y cuándo comenzó a ser tan observador con el hombre, pero de ninguna manera se sintió atraído por él.

Bueno, tal vez un poco, pero ¿quién no? Lo ve solo como un capitán que no necesita ninguna protección pero al mismo tiempo, la necesita. Por un motivo completamente diferente. Luffy es fuerte. Un monstruo comparado con él, de hecho. Podría romper a alguien con una sola mirada, romper a alguien con una sola frase. Omega prime o no, usuario de Fruta del Diablo o no, ese hombre es increíblemente fuerte. Pero aparte de eso...

Es peor que un niño.

Luffy es muy confiado. Él confía en casi todos, ¡Te da un trato especial si le das algo de comida, incluso! Ni siquiera lo hagas empezar con su maldita lógica. Zoro no es tan inteligente —más inteligente que el cocinero de mierda, por supuesto— pero Luffy... es un absoluto idiota. ¿O es inocencia?

Ambas.

¿Ese tipo siquiera sabe lo que significa el apareamiento? Había sido ajeno a las miradas cada maldita vez que atracaban en una isla, y Zoro no estaba nada complacido. Sus dedos, manos, todo su brazo, había estado picando por desenvainar su espada y cortarles la garganta por siquiera atreverse a mirar a su capitán de esa manera. Ni siquiera le importaba que la bruja siguiera llamándolo sobreprotector porque sí, su alfa prime interior siente algo por este último de una manera en que los hermanos mirarían a sus hermanos pequeños.

¿Quién siquiera se atrevería a robar a Luffy lejos de su alma gemela? Con solo ver el fénix en su pecho, incluso Zoro admitiría que está un poco, solo un poco, amenazado por él a pesar de estar bellamente tallado en el cuerpo del omega prime. Zoro ha oído algo sobre un pirata que tenía el fénix en su título, pero aparte de eso, no tiene otra pista. No es como si él estuviera interesado en eso tampoco.

Y así, de vuelta a cómo Luffy había estado actuando últimamente, lo vio sentado en la cabeza de Merry, orejas de perro y cola fuera. Si su rostro nunca antes mostró malestar, ahora lo hace. Es pasada la medianoche, normalmente Luffy estaría durmiendo ya sea justo donde está o en la habitación del omega.

Los preciosos ojos de ónix de Luffy reflejaban la belleza de la luna llena. Salvaje, oscuro como la noche, el pelo se mecía con el viento. ¿Cómo puede uno ser tan hermoso? Luffy puede usar un trapo y seguirá siendo el hombre más hermoso que jamás hayas visto. ¿Se habían tomado los dioses su tiempo para crearlo? Uno no puede estar tan seguro.

—¿Zoro? —el hombre lo miró, con una voz tan tranquilizadora como la que los demás llamaban madre— ¿Qué estás haciendo aquí? Tú deberías estar durmiendo.

—Estoy de guardia, estúpido. Debería ser yo quien te pregunte eso —respondió, caminando hacia el hombre. La respuesta de este último fue simplemente una dulce risita, haciendo que sus propios labios se arquearan un poco.

—No sé. No puedo dormir —lo escuchó murmurar por lo bajo. Aunque podía escuchar la leve tristeza de su voz, su rostro permaneció en el asombro. Sus ojos nunca dejan la luna como si estuviera obligado a mirarla para siempre.