capítulo siete.

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Ambos regresaron caminando a la casa de la abuela de Felix después de pasar unos cuantos minutos más en aquel lugar secreto. Entraron en silencio y subieron rápidamente al cuarto.

Aunque se encontraban cansados, la noche aún era joven y aún no acababa. Chan empujó a Felix contra la pared y ahí lo acorraló y lo besó. Felix completamente cohibido, se atrevió a enrollar una de sus piernas en su cadera para acercarse más a él. Chan la tomó en su mano sosteniendo el muslo con fuerza.

Pero de repente volvió a la realidad.

—Suficiente. – dice Felix separándose abruptamente cuando sintió la mano del contrario intentando desabrochar el botón de su pantalón.

—Sólo un poco, por favor.

—No podemos, nos van a escuchar.

Sus papás, su hermana y su abuela se encontraban tan sólo unos pasos de distancia, tampoco podía ser tan descarado.

Baja su pierna de la cadera y puede visualizar el creciente bulto en sus pantalones, también está así, sin embargo el recordar que al día siguiente ellos se comportarían solamente como amigos, que Sana estaría pegada a Chan en todo momento, y que tendría que llevarlos al lugar donde hace unos momento estaba con él besándose, lo carcomía por dentro.

—Te necesito. – susurró en su oído provocándole escalofríos.

Después sólo se dejó llevar por el momento, Chan quitó sus lentes y los dejó en un mueble que se encontraba a un lado de ellos, antes de hacer otra cosa, puso seguro a la puerta y luego volvió a atacar sus labios, comenzaron a caminar con pasos torpes hasta una de las camas, Felix terminó recostado en aquella cama con Chan encima de él dejando besos húmedos en su cuello.

Desabrochó el pantalón contrario y metió su mano acariciando el duro falo por encima de la ropa interior, el otro hizo lo mismo, sólo que él sí bajó la ropa interior y comenzó con leves caricias en su miembro, pasando su dedo pulgar por el glande y recolectando un poco del líquido pre seminal para después bajar por toda la extensión. Felix esta vez sí se atrevió a bajar la ropa interior de Chan, los gemidos se ahogaban en sus besos intentando hacer el menor ruido posible. Sus manos iban cada vez más rápidas, otorgando una oleada de placer en todo el cuerpo.

—Felix, amor, estoy a punto de...

Lo calló uniendo sus labios, aún confundido por el apodo cariñoso que había usado en él, nunca habían usados palabras como "amor", "cariño", "bebé", etc. Según Chan, eran cosas muy clichés y empalagosas, y a Felix nunca le gustaron esas cosas.

Sin embargo, tuvo la creciente necesidad de llamarle así, probablemente habría sido por la excitación del momento.

El orgasmo se acercaba para ambos, el ritmo iba aumentando más, Chan acercó una almohada y la mordió amortiguando su gemido cuando por fin pudo liberarse, al contrario Felix, mordió el hombro del contrario fuertemente soltando leves gemidos, algo que excitó y logró prolongar su orgasmo.

—Eso estuvo...

—Increíble. – completó la frase.

—Estoy agotado.

—¿Quieres limpiarte?

—Sí. – Chan estaba a punto de levantarse para dirigirse junto a él al baño —. Pero no contigo, me bañaré y después lo harás tú.

Hizo un puchero, Felix rio y después lo quitó de encima suyo. Sabía que si se bañaban juntos terminarían despertando a todos en la casa, era lo que menos quería. Chan era un tipo un tanto caliente, por no decir que parecía que estaba excitado todo el tiempo.

stupid boy › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora