Capítulo 6

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Buenos días, tardes o noches!! Os traigo el siguiente capítulo al fin. No me enrollo más y espero que lo disfrutéis! Ya me contaréis qué os ha parecido.

Un saludooo!

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Ni terror en su faz, ni ratas por detrás.

Mirabel no vio la expresión terrorífica en su rostro, al menos no la misma que empleaba su primo en el momento de transformarse en él, ni tampoco vio a un hombre monstruosamente alto.

Ni de lejos se parecía al Bruno que había imaginado, pero tampoco le recordaba al niño dulce y tímido de la fotografía.

No era muy alto, se atrevería incluso a decir que tan solo le pasaba de una cabeza. Llevaba puesto un traje verde oscuro que se ajustaba a su figura delgada y el cabello largo y revuelto recogido en una coleta; la perilla bien cuidada y arreglada le favorecía las facciones. A pesar de las ojeras que mostraban lo largo que había resultado el viaje, sus ojos resplandecían por sus característicos iris, marrones con briznas verdes. 

No podía negar que Bruno Madrigal era un hombre atractivo.

Sin embargo, su semblante estoico y altivo le daba un aire imponente. Mirabel se sentía un poco intimidada por su presencia, quizá porque ante ella se encontraba uno de los Madrigal más poderosos de la familia o quizá porque, a pesar de ser su tío, tenía enfrente a un completo extraño. Un desconocido al que no había visto por más de diez años y del que apenas tenía recuerdos.

— Tío Bruno…

Bruno le hizo amago de que no hiciera ningún ruido y Mirabel recordó que Dolores y Mariano se encontraban cerca. Ambos se alejaron del lugar de puntillas y tratando de hacer el menor ruido posible. Luego tendría que hablar seriamente con su prima con respecto a lo que estaba sucediendo. Isabela no es que fuera santo de su devoción, pero para bien o para mal era su hermana, y Dolores se había metido en su compromiso.

Al percatarse de que se encontraba caminando a solas con su tío, Mirabel comenzó a ponerse nerviosa. Miró a los alrededores con la única excusa de pensar en qué hacer o decir a continuación. No le había visto en años, en teoría tendría mil cosas que preguntarle. Sí, en teoría, porque a la hora de la verdad su mente se encontraba totalmente en blanco.

— Has crecido mucho, la última vez que te vi no eras más que una niña.

La voz de tío Bruno se escuchó firme, como si a él también le incomodase la situación de alguna manera. Bueno, al menos el sentimiento era mutuo.

— En diez años se crece bastante… ¿ Y qué tal la vida urbana? ¿ Es tan ruidosa y acelerada como dicen?

— Más o menos, lo bueno de vivir en la ciudad es que siempre hay algo nuevo que ver, aunque se echa en falta la tranquilidad y armonía de Encanto.

A medida que iban hablando, el ambiente entre ambos se iba calmando y finalmente pudieron mantener una conversación más fluida. Mirabel le informaba a su tío sobre las últimas noticias de Encanto y éste le hablaba sobre las maravillas de vivir en la ciudad, pero lo que más le interesó a su sobrina fue la charla sobre el Teatro Principal y las obras de teatro que habían catapultado a Bruno a la fama.

La pasión con la que Bruno hablaba de sus obras dejó a Mirabel fascinada, en especial cuando en un momento dado su máscara de frialdad y seriedad desapareció para dar paso a un semblante más agradable. 

— Disculpa mi entusiasmo, llevo un rato hablando solo yo. Debes estar cansada de escucharme.

— Para nada, el teatro me gusta. Cuando éramos niñas, Dolores, Isabela y yo solíamos montarnos una historia e interpretarla. Pero al que más le gusta actuar es a Camilo.

En Tus BrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora