Il Diavolo Rosso

Quattro

P. O. V. Leonio

Instituto Raimon

Después de un par de días antes del partido contra la Royal Academy el Instituto entero se enteró de la noticia. Yo me esperaba que los alumnos apoyasen a sus compañeros del club de fútbol en el gran desafío que se les planteaba, pero todo lo contrario, directamente ya daban la batalla perdida y pensaban que serían apalizados de calle, que no tendrían oportunidad a marcar ni un misero gol.

Ese tipo de reacción me sorprendió bastante. Nunca habia visto un abandono tan evidente a unos compañeros. Era como si no les importase como acabasen. Eso me enfureció y, por lo tanto, olvidándome un poco de mi tapadera, producto del enfado, estuve observando como marchaba el club en este oleaje furioso repentino en el que se encontraban tras dejar aguas más calmadas atrás.

Los días fueron pasando hasta que, el día del partido, hacia un sol espléndido por la mañana, como si no se acordase de lo que iba a ocurrir hoy. Mark durante este tiempo ha podido reunir a tres jugadores más para el equipo, pero siguen sin ser suficientes para poder jugar el partido, y dudo mucho que supongan una amenaza para ese monstruo al que se van a enfrentar.

En los días que habia entre el partido y el anuncio del mismo me encargue de efectuar una recolección de datos exhaustiva para conocer hasta el último gramo de información del modo de juego del mejor equipo de Japón; básicamente, la Royal Academy es un equipo que arrolla con todo lo que tenga delante de él. Sus jugadas son poderosas, agresivas, capaces de destrozar las formaciones rivales y lesionar jugadores casi sin problema si se ponen a ello.

Su formación me parece fascinante. Un cinco, tres, dos. La defensa es un pilar en su táctica, al menos en papel, pero el defensa que se encuentra en el centro es capaz de sumarse al ataque en cualquier momento, como retroceder.

Pero donde reside el poder de la Royal es en su capitán, Jude Sharp. Apodado el "genio de la estrategia" es el verdadero pilar y soporte del equipo. Sus tácticas y estrategias han destrozado a equipos enteros, moviendo a sus compañeros como piezas de ajedrez en un juego que siempre domina a su placer.

En todos los partidos que he visto han hecho gala de un juego agresivo que arrollaba con el equipo rival en cero coma junto a una aplastante superioridad en cuanto a goles, dejando un gran valle entre ambos equipos, que hacía incapaz al rival de remontar el partido ya perdido.

Enseguida lancé una mirada rápida al campo de juego. Era un campo de arena, seguramente no habría suficiente presupuesto para cambiarlo y poner césped, aunque los daños contra el suelo son igual de doloras en ambos tipos de suelo.

Leonio: (Tienen que tener mucha suerte para marcar tan siquiera un gol, por lo tanto, puede ser que jueguen un poco con ellos antes de masacrarlos a trallazos y dejarlos fuera de juego). Pensé con el ceño fruncido mientras ideaba en mi mente alguna estrategia para poder acercarse a la portería e intentar marcar un gol, pero seguramente mis planes serian rápidamente interceptados y desmontados.

De repente comencé a notar como un temblor se iba apoderando del campo y de las aéreas cercanas al campo de fútbol; al mismo tiempo el cielo se iba cubriendo de nubes y una niebla cubría la entrada, como si el cielo nos estuviera anunciando de la llegada de un peligro a tener en cuenta. Esa forma de generar una entrada provocó que una ceja se levantase y aguantase una carcajada por la tontería; lo único que quieren provocar con eso es que el miedo se apodere de los jugadores rivales. Cosa que consiguieron con la mayoría del equipo, a excepción de Mark, estaba seguro, y dejaron una gran sorpresa en nuestro equipo.

Seguidamente de ese espectáculo la puerta se abrió, dejando salir todavía más humo, y seguido de la estela blanca que dejaba a su paso, surgió dos grupos de estudiantes de la Royal Academy, ataviados como si fueran militares con un traje y una gorra que parecía de militar, formando a los flancos del camino de los jugadores con los brazos haciendo movimientos extraños para mí y con un balón en uno de sus pies.