Jack Dempsey

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El mundo está rodeado de miles de personas que creen que todo lo saben, personas que se sienten con el derecho de opinar sobre tu vida, incluso hay algunos que se atreven a juzgarte por creer que te conocen lo suficiente como para crearse una opinión de ti basada en "verdades".
Jack Dempsey era el típico chico tímido que odiaba tener que convivir con el resto del mundo por miedo al que dirán, sufría depresión desde los 15 años por un accidente de auto que tuvo con su abuela, ella murió, lo último que Jack vio antes de desmayarse fue a su abuela desangrándose en el asiento de al lado, todo el tiempo se a culpado, algunas personas de su familia también lo culparon, ¿Por qué? por el simple hecho de que el chico era quien manejaba.
Jack solo tenía dos amigos, Lisa y Thomas, apesar de que el último era considerado el bravucón más grande de la escuela, ambos tenían algo especial, los unía una misma cosa, un mismo secreto.

Mayo 19, 2017
Las manos le pesaban, no podria mantener abiertos los ojos durante más tiempo, en cualquier momento podría desmayarse pero no le importaba en lo mas mínimo, sentía como la sangre recorría la parte derecha de su cara, el golpe que había resivido lo noqueó por completo. Tenía frio, algunos vidrios se habían enterrado en algunas parte de su cuerpo, dolía muchísimo pero el chico no podía salir de ahí, no entendía que había pasado o quién los había golpeado de tal manera que logro que su auto saliera de la carreta y terminará chocandose contra un árbol. Volteaba a su derecha de vez en cuando, su abuela yacía inconsiente en el asiento de al lado, estaba perdiendo mucha sangre, Jack sabía que no resistirían más tiempo, simplemente se dejó llevar y cerro los ojos, lo último que vio fue la imagen de su abuela con el rostro desgarrado por la cantidad de vidrios enterrados en el.
Las luces eran blancas al igual que las sábanas y todo lo que se encontraba en aquella habitación, una máquina a su lado se encargaba de monitorear que siguiera vivo, vivir era lo que menos quería el. Una chica pelinegra y un moreno alto estaban parados frente a el, emocionados por la feliz noticia de que su amigo había vivido, el rubio no lucía igual, parecía estar triste por sobrevivir.
-Mi abuela murio- era lo único que llevaba diciendo desde que sus amigos entraron en esa habitación, no era capaz de pronunciar alguna otra palabra, solo podía recordarse todo el tiempo lo que había pasado, su abuela murió, el se sentía culpable por eso, lo único que a Jack le encargaron aquel día antes de salir de casa era que tuviera cuidado en la carretera y el sentía que no lo tuvo, ahora por eso su abuela estaba muerta, nunca más la vería, ya no habría quien lo aconsejará cuando se sintiera solo en esa gran casa, no tendría con quién jugar ajedrez o comer tostadas de mermelada por las mañanas. Sabia perfectamente algo, nunca más volvería a ver a su abuela y eso era algo que no podía asimilar.
-Amigo, tranquilo- Thomas no sabía que más decir, no podía ver durante más tiempo al chico en la camilla sufrir y repetir lo mismo tantas veces -Ella está en un mejor lugar - Sin duda alguna Thomas podía ser todo, menos un gran consejero.
-No necesito que me digas la misma frase cliché que se le dice a todo el mundo cuando pierden a alguien- los chicos se sorprendieron al escuchar hablar a su amigo.
-Lo se, solo pensé que podía ayudar.
-Ayudarias más, ambos ayudarían más- aclaro -Si solo se quedarán callados- espeto el rubio, todos decían lo mismo cada que entraban a verlo, alguno que otro no podía evitar verlo con rabia e incluso le gritaban lo infeliz que sería el resto de su vida.
-Solo quiero un abrazo- dijo por último Jack, sus amigos no duraron ni un segundo y se acercaron rápidamente a el, eso era lo único que el eh ido necesitaba, no más reproches, no más miradas de odio, no más personas compadeciendose de el, solo quería una simple muestra de cariño.

El funeral había sido peor de lo que Jack imaginaba, si creyó que las únicas miradas de odio que recibiría serían en el hospital estaba completamente equivocado, la gran mayoría de su familia lo culpo por la muerte de su abuela, todo se excusaron con un: era tu única obligación y te descuidaste. La realidad era que el no tenía la culpa de nada pero esas personas no eran capaces de aceptarlo, la culpa la tuvo algún idiota borracho que chocó contra el auto. Thomas estuvo con Jack todo el tiempo, Lisa pasaba tiempo con sus amigo más no era lo suficiente, aún así el entendía que ella fuera tan distante en este momento, sabía perfectamente que la chica también tenia problemas y no la obligaría a estar con el cuando seguramente ella estaba en peores condiciones.
Las semanas pasaban, cada dia era más difícil para el rubio, la imagen de su abuela muerta no podía salir de su mente, la culpa, la tristeza, pensaba en todo menos en salir adelante. Sus padres notaban que el la estaba pasando muy mal pero no parecia que quisieran hacer algo por ayudar a su hijo, en realidad nadie parecía querer ayudarlo, solo el, solo el moreno de ojos negro quería sacarlo de la depresión y solo el podría hacerlo. Thomas ayudo a Zack durante meses, el fue quien lo convenció de asisitir al psicólogo, el estuvo ahí cuando todos abandonaron a Zach, cuando hasta Lisa dejo de lado al chico.
La conexión entre ambos era fuerte, tan fuerte que llevo a los chicos a confesar sus más ocultos secretos. ¿Por qué? porque con el tiempo lo que sentían fue creciendo, con el tiempo la tensión entre ambos era más grande, Jack siempre supo lo que era, Thomas lo dudaba porque se negaba a aceptar que el fuera de esa forma, era un chico, el bravucón de la escuela, el egocéntrico que se creía superior a todos, menos a el, Thomas nunca pudo sentirse superior a Jack, porque nunca debes sentirte superior a la persona de la que estas enamorada.

-¿Tus padres saben?- era martes por la noche, Thomas llevaba a Jack a su casa después de la cita con la psicóloga.
-¿De que asisto con una psicóloga?- pregunto el chico confuso.
-No, hablo de lo otro- el moreno no quería ser tan directo, aún le costaba hablar de ese tema con su amigo.
-Exolicate- pidió el otro.
-De que eres gay- la pregunta hizo que el chico recordara la noche anterior cuando tuvieron la plática sobre su orientación sexual, creía que el primer paso para saber si Thomas sentía lo mismo era confesarle la verdad, logro que el chico dijera que también era gay más no que revelará si el también se sentía traído por el rubio.
-Oh, eso- a Jack le sorprendio la forma tan bruca de pronunciar la palabra, entendía que para Thomas no fuera fácil aceptar su orientación sexual, el chico estaba tan acostumbrado a creerse un machito que seguramente la sola idea de saber que alguien más conocía su secreto estaba hiriendo su ego de macho -No lo saben, mis padres son homofóbicos- explico al otro esto le tomo por sorpresa, el siempre creyó que los padres de Jack eran perfectos y que apoyaban a su hijo en todo, al parecer solo eran apariencias.
-Entiendo- chasqueo la lengua y tamborileo sus dedos sobre el volante, estaba inquieto, estar cerca de Jack lo ponía nervioso.
-¿Los tuyos?- hizo la misma pregunta.
-Tampoco lo saben, en realidad nadie más que tú sabe que soy un maricon.
Y ahke ataba de nuevo esa palabra, la maldita palabra que tanto le molestaba a Jack escuchar nombrar de su amigo, sin duda el rubio no entendía en qué momento comenzó a sentir algo por el idiota de su amigo. El chico era tan cerrado de la mente que lo irritaba, por un lado lo entendía, el padre de Thomas era la perfecta imagen de lo que un hombre no debe ser, un maldito machista de mierda, a demás de que era retirado del ejército lo que lo convertía en el doble de idiota. Le moreno no era igual a su padre, aunque al mundo le costará admitirlo, Thomas era diferente y solo Jack conocía esa parte de el.
-Perdon, se que no es la forma correcta de decirlo- estaba arrepentido, el quería hacer las cosas bien pero años de ser educado por su padre no serían tan fácil de olvidar.
-Lo se, solo que- el rubio pauso, si decía algo más seguramente iniciará una discusión con el otro, lo que el menos quería era volver a discutir con Thomas -Olvidalo.
-Esta bien- asintió el otro. Ambos querían decirlo, los dos deseaban con todas sus fuerzas declararse, hablar con la verdad pero también ambos sabían que tomaría tiempo. Lo triste es que no todo es justo, el tiempo se pasa volando, el destino es cruel, no siempre puedes tener lo que quieres, mucho menos tener a la persona que quieres.

Febrero 17, 2021
-Ya te escuché no tienes que seguir diciéndolo- ambos chicos estaban agotados de seguir escondiéndose.
-Tenemos que hablar- el rubio insistía.
-Ya hablamos lo suficiente- espeto el moreno.
-Nunca es suficiente- uno se acercó al otro, el otro retrocedió, la cercanía le seguía molestándo.
-Nunca te dije la verdad- hablo soltando un pequeño sollozo.
-Lo se.

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⏰ Última actualización: Jan 30 ⏰

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