Capitulo 6

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RAD SE había ido cuando me desperté por la mañana, pero había una nota debajo del teléfono explicándolo. Tenía que ir al rancho, pero volvería esa noche para la cena de ensayo. Hasta entonces, yo debía echarle de menos y no enojarme por lo de mi cuello. La última parte de la nota no tuvo sentido hasta que me vi en el espejo del baño.

 

—Oh, mierda —gruñí, inclinándome hacia delante para examinar las profundas marcas en la clavícula y a ambos lados de mi cuello. Tenía una justo en la base de la garganta, pero era pequeña, casi no se notaba. Entre el ojo morado y los chupetones, parecía que alguien me había dado una paliza.

 

Después de ducharme y cambiarme, me puse una camisa y solo dejé desabrochado el botón de arriba. Parecía que iba a una reunión de negocios en vez de a la planta de abajo a por el desayuno.

 

—¿Qué haces con camisa? —preguntó Charlotte cuando me senté a su lado.

 

—Me estoy quedando sin ropa limpia —mentí, sonriéndole.

 

—¿No trajiste suficiente ropa? —preguntó incrédula—. ¿Tú?

 

—Sí —dije con brusquedad—. No calculé bien.

 

Sus ojos, de un brillante y bonito azul, como los de su hermano, se estrecharon a medias. Si por cualquier motivo yo flaqueaba, me pillaría. Me conocía demasiado bien para poder ocultarle nada.

 

—¿Qué?

 

—No sé, hay algo raro... diferente.

 


 

 

—Date prisa y come —le ordené—. Tenemos que ir a buscar tu vestido y comprobar los programas de la boda, y...

 

—Los programas están aquí. Nick y Clarissa fueron a recogerlos.

 

—¿Dónde están?

 

Ella se levantó y me trajo una caja enorme y, en cuanto quitó la tapa, vi un problema. Resultó ser solo uno de muchos, siendo el menos grave que mi nombre no era Stephanie.

 

—¿Quién examinó esto? —le pregunté suavemente, despacio, desplazando la mirada del programa a su cara—. No fuiste tú, ¿no?

 

—No —contestó ella cautelosamente—. ¿Por qué?

 

Lo giré para que ella pudiera ver que faltaba todavía un mes para su boda. Me sorprendió que todos los cristales de la habitación resistieran al chillido en vez de hacerse añicos al instante.

 

—¿Qué pasa? —gritó Ben mientras venía corriendo de la cocina con Nick detrás de él. Parecía que iba a matar a alguien.

 

Pero era imposible entender a Charlotte entre los sollozos y los gritos. La boda la estaba volviendo loca.

En el momento perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora