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Adiós amor, adiós rencor, solo venganza y nada mas..

Astrid

Paso mi labial rojo por mis labios, me miro en el espejo y sonrió satisfecha con el resultado, mi cabello negro esta completamente lacio, mientras mi vestido negro resalta bastante mis curvas, mis pechos resaltan a la perfección, mis piernas son un infarto por las tacones de aguja que me hacen estar a la altura de Samael.

- No nací para ser dulce y compasiva, nací para hacer que el mundo se estremeciera y se rompiera con el chasquido de mis dedos.

Bajo hacia la sala principal donde están todos los lideres de clanes con sus familias, no hay nadie que no me mira en este instante bajando las escaleras, amo ser admirada desde lejos porque no tendrán el jodido privilegio de tocarme o tenerme.

Veo a Samael con su traje  completamente negro, me mira con esa sonrisa arrogante que me encanta de el, cuando llego al ultimo escalón, empiezo a pasar hasta llegar a lado de Samael, estamos enfrente de la mesa de registro donde el padrino de Samael nos sonríe.

Hoy se crea una historia, una unión donde el diablo y una diosa se juntaran para toda su vida - nos mira y yo miro a Samael serio, 

- La maldad pura se junta para hacer un caos con todo aquel que se atraviese.

- Samael, deseas deposar a Astrid, como tu amante, cómplice y esposa para matar y vivir por ella hasta que tu alma la olvide?

- Acepto - dice Samael con una sonrisa, me mira con una sonrisa y me dan ganas de besarlo.

Astrid, deseas deposar a Samael, como tu amante, cómplice y esposo para matar y vivir por el hasta que tu alma lo olvide? -

- Acepto - 

Su padrino le entrega un cuchillo, Samael sin dudarlo se corta la palma y la sangre salpica la parte donde debe manchar, me entrega el punzocortante y corto ligeramente ya que la sangre sale y coloco mi marca.

- Que la unión de sangre no lo separe ni la muerte misma. -

Samael tomo de la mesa una caja donde están nuestros anillo.

- Te entrego mi corazón y mi lealtad por toda mi vida. - desliza el anillo y sonrió al ver el gran rubí con diamantes alrededor.

Tomo su anillo y veo como sonríe mostrándome esa jodida sonrisa, el anillo es de oro negro con incrustaciones de Rubis. 

- Terminando con el compromiso, el esposo puede besar a su mujer.

Samael me toma de la cintura, me acerca hacia el, alzo un poco los ojos buscando sus iris los cuales se dilatan al verme.

- Ahora por fin eres mía. - me susurra.

- Siempre he sido tuya Malik - tomo su cuello y beso sus labios con intensidad, siento su lengua entrar con dominio a mi boca, suelto un gemido suave para que el solo lo oiga, me sonríe a través del beso y me muerde para finalizar el beso, podríamos besarnos mas pero le debemos dar el respeto a lo clanes.

- Larga vida a los nuevos lideres. - gritan todos y yo sonrío, Samael me abraza acercándome  su cuerpo.

- Debemos irnos. - le susurro y el asiente.

- Nuestra luna de miel debe esperar. - me susurra provocando que sonría.

— No necesito una luna de miel si puedo tenerte cuando yo quiera.  — le guiño un ojo y tomo su mano.

— Gracias por venir, sigan disfrutando. — habla Samael y todos asienten.

Caminamos hacia la puerta principal y vemos a Ax abriendo la puerta para entrar y irnos hacia la Corporación Lennox.

ASTRID ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora