Capítulo 42

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POV de Jungwon.

Tapé la cámara del móvil de uno de mis amigos, quien me estaba grabando para su nuevo video de Youtube aunque claramente, yo no quería formar parte de eso. Sabía perfectamente que en un futuro me avergonzaría de eso y arrepentiría de hacer el ridículo, así que creí que esa era la única opción.

Podría parecer amargado y en mi opinión sí lo era, pero mis cercanos solamente decían que actuaba demasiado maduro para mi edad. No creía que fuese cierto lo último, sin embargo no me quejé.

Nadie tenía la suerte como la que yo tenía. Era un nuevo estudiante de esta escuela pero muchos ya me conocían anteriormente y no fue muy difícil integrarme al nuevo grupo, aunque muy en el fondo no me sentía muy cómodo del todo: todas las miradas estaban fijas en mí. No entendía muy bien si era porque tenía algo en el rostro o por simplemente ser el "nuevo" del curso.

— Alumnos, siéntense. — Entró una maestra al salón. — Tenemos a un nuevo compañero, vamos a conocerlo. —

Me dedicó una mirada alzándome la ceja, como si estuviese ordenándome para que me parase de mi asiento y vaya hacia al frente de toda la clase para presentarme. No tuve más otra opción que hacerle caso si es que no quería que me registrase como un estudiante maleducado desde el primer día.

— Hola. Soy Yang Jungwon. Espero seamos buenos amigos. — Saludé disimulando mis nervios.
— Dinos algo más sobre ti, Jungwon. — Continuó diciendo la mujer mayor.
— Em... No sé. — Dudé.
— ¿Pasatiempos, sueños...? —
— Ah, sí. Hago taekwondo y me gustaría dedicarme a eso. —
— Qué bueno, Jungwon. Todos aplaudan. —

Su tono de voz se notaba sin energía, pero valoraba el esfuerzo de hacerme sentir bienvenido así que solamente sonreí mientras recibía los aplausos de todos mis nuevos compañeros.

— Puedes sentart... —

El ruido de unas zapatos correteando por el pasillo interrumpieron la palabra de la docente, y como acto siguiente, apareció una chica de cabello negro abriendo la puerta del salón con algo de agresividad, a la vez que trataba de regular su respiración agitada.

— Vaya, vaya... Woo Danhee tarde otra vez y además incumpliendo las normas de vestimenta desde el primer día. — Regañó la superior.
— Buenos días. Disculpe, señora Han. — Lamentó mientras hacía una reverencia.
— Luego hablamos, siéntate. —

Solamente respondió con un "sí" formalmente y empezó a buscar con su mirada algún asiento decente que se encuentre vacío, pero obviamente que no existiría algo así si es que llegaba tarde: bufó al notar que el único lugar que quedaba era uno de la columna del frente, estando a pocos centímetros del escritorio donde se sentaban los profesores. Básicamente, el peor de todos. No tenía otra opción, se vio obligada en sentarse allí sin poder reprochar o quejarse al respecto.

Aquella fue la vez en la que tuve la oportunidad de mirarla con detalle, o más bien, analizarla.

En lugar de usar el moño del uniforme, estaba usando una corbata negra. Y en vez de vestirse con el saco gris, vestía una campera holgada también negra. No estaba usando las medias que correspondían, las cuáles debían llegar hasta abajo del tobillo, sino que usaba unas mucho más largas. Parecía ser alguien con un estilo único, y debía admitir que nunca creía que el uniforme se vería tan bien.

Esa fue mi primera impresión sobre ella: de carácter fuerte y rebelde. No me disgustó, de hecho, admiraba mucho su forma de ser aunque no haya cruzado alguna palabra con ella. Lucía ser todo lo contrario a mí, por lo que extrañamente comencé a sentir más curiosidad sobre ella.

...

Terminó la primer clase y de inmediato Jay hyung se acercó hasta mi escritorio, llamándome de una manera graciosa mientras me abrazaba como si fuese un niño.

— Jungwooon, al fin estamos en la misma escuela. —
— ¿Premio o castigo? — Bromeé.

El mayor rió junto a mí para luego pellizcarme las mejillas ligeramente, como si eso fuese suficiente para regañarme.

— Hyung, ¿quién es ella? — Señalé con la mirada a la chica que había llegado tarde.
— ¿Woo Danhee? Esa chica es súper graciosa. ¡Woo Danhee! —

Me alteré al oír cómo llamaba la atención de la chica tan repentinamente, acallándolo para que no creara escándalo. Pero ya era muy tarde, giró su cabeza hacia nosotros para luego levantar su dedo del medio y luego continuar conversando con sus amigas.

— ¿Ves? Es graciosa. —
— Se ve que no le agradas. — Observé.
— No le agrada ningún chico, solo su novio. —

Al oír la última palabra, mis cejas se arquearon. Por alguna razón, no parecía ser de esas chicas que tienen pareja, más bien creí que sería alguien mucho más independiente.

— ¿Tiene novio? — Cuestioné con sorpresa.
— ¿Por qué? ¿Te parece linda? — Alzó sus cejas divertidamente.
— No es eso, hyung. —
— ¿Entonces? —
— Solo me dio curiosidad. —
— Bueno, sí tiene novio aunque nunca lo he visto. Dicen que es hermoso, pero no opino porque no me gustan los hombres. —

Lo miré de reojo, tratando de analizar lo último dicho por el rubio a la vez que hacía mi mayor esfuerzo para no carcajear al verlo negar algo innecesario. Notó esa expresión en mí y rápidamente se marchó, sin poder golpearme como lo hacía con sus otros amigos cada vez que lo molestaban.

Volví a centrarme en la pelinegra, quien se encontraba mirando su móvil fijamente, como si estuviera esperando algún mensaje de una persona en especial. Su expresión de seriedad cambió en un instante al oír el tono de notificación, revisando el nuevo mensaje con una sonrisa.

Durante las casi dos horas en las que la he observado, nunca la había visto sonreír de esa manera tan inocente y pura. Se veía tan alegre que pude deducir fácilmente que la razón de su sonrisa era su novio.

Inevitablemente también mis comisuras se alzaron, y por alguna razón me alegraba verla así de feliz.

Una tercera oportunidad | ENHYPEN's JUNGWONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora