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Ｓｌｕｍｂｅｒ ｐａｒｔｙ
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Devastada con un enorme dolor en pecho.
La sensación de haber peleado con su novio la tenía deprimida.
No era feliz con él pero tenía cierto apego emocional. Era evidente lo que había hecho pero no quería aceptarlo. Lo vió con una mujer en su propia casa teniendo un encuentro que solo le provocó asco y enojo.
Encerrada en las cuatro paredes. Observando el piso con la mirada perdida. El corazón palpitando lentamente. Sintiéndose asqueada por lo que le hizo ese imbécil.
Quería romperle la cara, hacerlo sufrir. Se hizo la víctima diciendo que era culpa de ella por no atenderlo, tremendo imbécil.
Su teléfono sonó con el tono personalizado que le tenía a su mejor amiga de piel rosa. Contestó dudosa, no quería hablar con nadie pero ella sería una gran ayuda.
—¡T/N! ¿¡Estás bien!? —estaba preocupada— Gracias al cielo que contestaste.
No habló, tenía la voz quebrada y las lágrimas saliendo nuevamente de sus ojos.
—No hables si no quieres, ya sé lo que pasó. Ese imbécil vino al lugar donde trabajo y empezó a hablar una gran cantidad de mierda. Según él es tu culpa pero acabo de verlo entrar con una chica al baño. Maldito asqueroso.
Sentía rabia, le hervía la sangre del enojo y la frustración. La ira en su interior se hacía más grande.
—Cielo, no te preocupes por ese idiota. Qué te parece si cuando termine mi turno vamos al ¡centro comercial! o no lo sé al ¡cine! y... y... Podemos hacer... ¡¡hacer una pijamada!! Bueno, si quieres. No voy a presionarte.
