Junto a ti.

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Día 3 Primeras veces.

Esa noche ambos habían asistido al festival el cual Historia había empezado en memoria de que: hace unos años se hizo la paz con todas las demás naciones. Mikasa había aceptado ir solo porque Historia le había pedido que fuera, que quería que ella conozca a su hija, luego Armin le hizo prometer que iría para poder saludarse y pasar un tiempo con su amigo de la infancia. Armin vivía en la costa con Annie, cerca de mi o cerca del papá de Annie. Y luego estaba Jean, que hace unos días le dijo que no iría pero que al final de ánimo para llevar a su mamá. Sin embargo su mamá le cancelo de último minuto.


Por lo que ambos decidieron acompañarse una vez que Armin se fue, conoció a la pequeña niña de Historia. Se habían quedado jugando las actividades de por ahí demostrando una y mil veces que Mikasa era mejor que él en todo. Excepto cuando llegaron a una carpa en la que la competencia era dibujar o pintar en la que obviamente ganó Jean y no sólo a Mikasa, les ganó a todos los demás.
Habían dado una cena, en la que Mikasa decidió quedarse ya que en donde se estaban hospedando la comida no le gustaba a Mikasa y mañana partirían a Shinganshina.
Después de eso pusieron música y fueron unos cuantos a bailar. Sin embargo, ni Jean o Mikasa tuvieron el valor de sacar al otro, tal vez porque en ese entonces ambos estaban sobrios.

Mikasa le había pedido a Jean que se quede en su habitación, solo para poder seguir hablando o bueno, de hecho riendo absolutamente de cualquier cosa, no importaba de que estén hablando ellos se estaban riendo por el alcohol en su sistema. Hasta que un vecino a la redonda empezó a poner música romántica, a todo volumen, al principio les pareció gracioso que alguien a medianoche este tocando música tan fuerte. Una balada. Lo que hizo que Jean esta vez tuviera valor, tuviera más valor que en el festival.

—Yo nunca he bailado Jean —tomo su mano y a regañadientes se levantó de la silla.
—¿Y crees que yo si? —preguntó con una sonrisa.

Tiro levemente de su brazo haciendo que ella de una vuelta sobre sus pies para terminar con ambas manos sobre su pecho una risa en el aire. Aquella risa llena de vida y alegría. Jean la sujetó firmemente de la cintura.  La música sonaba a lo lejos de ambos.

—Confía en mi —susurro Mikasa a su oído.

Ambos estaban ebrios, el miedo no existía, los nervios tampoco, solo la adrenalina y la valentía. Mikasa deslizó su mano izquierda por su brazo hasta tomar la mano de su cintura con elegancia, la levanto con la suya hasta la altura de sus rostros, extendiéndola a un costado. La mirada de Mikasa era coqueta y al mismo tiempo fría sobre los ojos de Jean. El juraba que estaba viviendo un sueño, pero no era un sueño. Era la ebriedad.

Una vez en esa posición, ambos comenzaron a moverse, adelante y atrás, izquierda y derecha intentado encontrar ritmo entre ambos y la música. Mikasa sonrió de lado mientras se mordía el labio inferior, arqueo una ceja para extender sus manos arriba de su cabeza, Jean ni siquiera lo dudo. Soltó la cintura de Mikasa y la hizo dar otro giro sobre sus pies en cuando termino de dar el giro, Mikasa se alejó un poco de él, pero esta vez para que ella pudiera hacer dar un giro a Jean, lo que ambos rieron a carcajadas cuando el brazo de Mikasa no alcanzo para la altura de Jean. El castaño en vez de perder el tiempo se acomodó en paralelo a ella extendiendo la mano hacia adelante, ella con una sonrisa y su pelo negro ya alborotado tomo la mano frente a ella y como si supieran que hacer; los dos dieron tres pasos atrás coordinando hasta los pies que usaban, derecho, izquierdo y derecho. Se detuvieron un momento para asentir con la cabeza. Dieron un giro ambos hacia la derecha soltando sus manos. Cuando se encontraron de nuevo Jean la tomo de la cintura jalando la misma a él, Mikasa extendió los brazos y rodeo el cuello de Jean.

One Shots Jeankasa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora