Descubriré Tu Secreto (Bakugou x T/N "Yunami Yarekyo")

Capitulo III

Comenzó a forcejar la puerta a la fuerza sin tener éxito. Fue a su balcón desde donde divisó el balcón vecino. Saltó de un balcón a otro, aferrándose con fuerza del borde con agilidad, juntado toda su voluntad para no caerse.

-¡Yunami!...¡Maldición, Contesta!- llamó al encontrarse frente a la ventana de la femenina. No lograba ver el interior, ya que las cortinas estaban cerradas y la tela era oscura. Por el pánico y desesperación, rompió el cristal, haciendo que miles de fragmentos volasen por el aire. Entró a toda prisa a la habitación, encontrando a la chica inconsciente sobre la cama- ¡Yunami!- volvió a llamar sin tener respuesta.

Se acercó a la chica y la tomó en brazos. Esta pareció reaccionar un poco, ya que soltó un quejido cuando la mano del cenizo se posicionó detrás de su cuello. Bakugou levantó el rostro pálido de la femenina cuando sintió como algo liquido corría por su mano. Al ver que aquella reacción que tubo Yunami segundos antes al emitir aquel quejido, se debía a una gran herida en su nuca que llegaba a parte del cuello.

La sangre manchaba las sábanas donde se encontraban y Katsuki no perdió tiempo. Buscó rápidamente la llave de la habitación para luego cargar en sus brazos a la chica y llevarla lo antes posible a la enfermería.

°1 hora mas tarde. Ya en la enfermería°

Bakugou se había quedado al lado de la chica durante todo el tiempo. Observaba cada expresión, sonido o movimiento que hacía la femenina a su lado. Inconscientemente había tomado su mano y no la soltó por el resto del día, ya que Yarekyo no despertó por las siguientes 8 horas.

°Luego de 8 horas°

La luz le molestaba en los ojos y el olor a medicina la mareaba. Su último recuerdo fue caer inconsciente y herida a causa del enmascarado que vino por la información recientemente buscada. Se ergio con un poco de dificultad y notó que se encontraba en la enfermería. Sus heridas estaban vendadas y sus malestares musculares habían reducido su intensidad, aunque aún le dolían las piernas y parte de su brazo diestro. Notó un peso extra en su mano izquierda y al voltear vio el chico que dormía arrodillado en el suelo con parte de su torso sobre la cama. Su mano estaba aferrada a la suya y parecía no querer soltarla.

-¿Estuvo esperándome aquí todo el tiempo?- se preguntó al ver la hora en el reloj que había en una de las blancas paredes- ¿Las 11:26 de la noche?- se comentó a si misma sorprendida.

Ante el movimiento, Bakugou despertó un tanto adormilado. Pero al ver a la femenina despierta su cansancio pasó a segundo plano.

-¡Yunami! ¡Maldición, ¿que mierda te pasó allí dentro?!- gritó tomando por los hombros a la chica de cabello tricolor.

-¡Para empezar no me agarres de esa manera!¡Joder!- dijo esta sacándose de encima los brazos contrarios. Luego de analizar las palabras dichas por el cenizo preguntó dudosa-¿Tu..tu me encontraste?

-Si. Estabas muy herida e inconsciente. ¿Que mierda fue lo que pasó?

Ninguna respuesta. Yunami lo único que hizo fue bajar la mirada. La sala se inundó del silencio. Bakugou no quería hablar por temor a alguna reacción de la chica, por que en cierta forma, algo de temor le tenía después de ver su fuerza en los pasillos. Pero sabía que la chica frente a él no era capaz de hacerle daño. Pero de algo estaba seguro, aquella chica frente a él, que miraba la nada con ojos cargados de tristeza, enojo, duda y dolor, no estaba bien y algo muy malo le estaba pasando.

-Creo que esto es tuyo, idiota -comentó derrepente extendiendo hacia la femenina la pulsera de metal, intentando cambiar de tema viendo que eso no le caía del todo bien a la femenina. Un estruendo se hizo presente a causa del rápido movimiento de mano de la chica, quien tiró el objeto con fuerza hacia una pared donde rebotó, quedando tirando en el suelo- Pero...¡¿Que mierda te...?!- el rubio calló sus palabras al instante notando las lagrimas que comenzaban a brotar de los ojos de la chica- Oi...¿Estas bien?- dijo acercándose a esta. La chica llevó sus rodillas hasta su pecho escondiendo su rostro en ellas.