Sueños Reales

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Cuando quedas de verte con tus amigos lo menos que esperas es que termines envuelto en un accidente, que termines inconsciente y al borde de la muerte. Pero eso fue lo que me ocurrió a mi, estuve no se cuánto tiempo inmerso en una silenciosa y triste oscuridad. Para mí fue suficiente tiempo, sentí que había vivido allí desde siempre, lo único que tenía eran mis pensamientos.

-¿Así es como se siente morir? -cuestionaba.

-Que tranquilidad, no fui tan bueno en vida, como para merecer está tremenda paz.

Siempre me preguntaba que venía luego de que nos 'llegara la hora' como comúnmente dicen. Ya que para mí la muerte es como la respuesta a todo, lo que realmente nos dirá que somos y hacia donde vamos, y es por ello que la verdad tiene un muy alto precio.

Reaccione milagrosamente, apenas pasadas unas horas del accidente. Al parecer aún no era mi momento, al abrir lentamente los ojos lo primero que pude divisar entre borroso fue la mano de Victoria sosteniendo las mías. Al darse cuenta que había reaccionado salto de alegría y me abrazo muy fuerte.

-¡Que alivio! -exclamó soltando un llanto de felicidad.

-Me alegra que aún sigas conmigo, no te imaginas lo angustiada que estaba... pensé que habías muerto... Cuando David me llamo quede en shock.

Al levantar su rostro pude notar esos hermosos ojos color café que siempre me han cautivado, como estaban llenos de lágrimas. Su cara entristecida y sus mejillas sonrojadas. Eso me dió mucha tristeza, estaba feliz por ella, pues era evidente que la había pasado mal.

-¿Cómo te sientes?, ¿Cómo ha pasado todo esto? -me preguntaba con su voz agitada.

Al intentar comunicarme con ella choque con una pared, había perdido el habla, intente varias veces y no podía, simplemente no me salía palabra alguna. Ella seguía preguntando, pero al darse cuenta que no podía emitir palabra alguna, salió apresurada de la habitación buscando un doctor o alguna enferma.

Al poco tiempo llego con el doctor que me había tratado, acompañada de ellos y para mí sorpresa, estaba mi hermano y mi madre. El doctor hizo un chequeo de rutina, comprobando que todo estuviera bien.

-Al parece estamos en presencia de un milagro. Me parece increíble que luego de semejante accidente el chico haya reaccionando -señaló.

-Pero no puede hablar, ¿Que hay con eso? -pregunto angustiada Victoria.

-Era de esperar que algo así pasará. Recibió un fuerte golpe en la cabeza, ha perdido mucha sangre, así que es posible que haya perdido no solo el habla sino también algún otro sentido, es posible además que no pueda reconocer a algún familiar o amigo -explico el doctor.

-¿Pero va a poder hablar nuevamente? -pregunto Victoria, esta vez asombrada y preocupada.

-No sabemos con exactitud, las lecciones cerebrales varían muchas veces y su recuperación casi siempre va depender del paciente. Los que si les puedo asegurar es que no podrá caminar nuevamente...

-¡¡¿Que?!!, No puedo ser doctor -en ese momento Victoria soltó en llanto nuevamente.

-Cálmate un poco niña -respondió mi madre a la reacción de Victoria.

Nunca le había agradado la idea de que yo estuviera con ella, pues según ella y toda la familia, no era la mujer para mí. Sus padres se vieron envueltos en asuntos con tráfico de drogas hace algunos años atrás y desde entonces todo el mundo comenzó a juzgar a su familia. Mi madre pensaba que yo estaba con Victoria solo para llevarle la contraria, como siempre lo hacía, y aunque en un principio era así, con el tiempo fui conociendo su entorno y comencé a darme cuenta que no era lo que la gente comentaba, además ella siempre fue leal a mi y me había demostrado más amor que nadie.

Cuando Todo Termine ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora