Siempre me ha costado tanto expresar mis emociones, sobre todo con él.
Aquel hombre que es mi padre, aquella persona la cual no luchó lo suficiente por mi.
En donde mi madre tuvo que ejercer su rol e incluso quedarse sin alimentos para dármelos a mi.
Algo que diferenciaba a mis padres, era que mi madre siempre fue una mujer de discutir, le cuesta comprender a los demás sin estar interrumpiendo o pensando de forma negativa.
En cambio, mi padre, siempre fue más pacífico, nunca lo veías discutir, siempre quería llevar las cosas por un lado más tranquilo, sin necesidad de interrumpirse o elevar la voz.
Siempre buscaba soluciones en momentos negativos, y sobre todo jamás permitía que la negatividad lo envuelva.
En eso me parecía a él.
Quizás por eso me gustaba charlar tanto.
No era una sorpresa saber que mis padres se llevaban 29 años de casados y es por eso que todo se desgastó y a la edad de doce años ellos se divorciaron.
Pero para mi yo de aquel tiempo no le había afectado, puesto que agradecía aquella separación en la cual se había transformado en tanta toxicidad.
A fin de cuenta nunca había necesitado una figura paterna a mi lado y que él se fuera no iba a marcar gran diferencia.
Había aprendido de él a ser autosuficiente, a luchar por lo que quisiera y sobre todo a jamás rendirme ante una pelea.
–"Si tienes a una persona delante de ti, queriendo lastimarte, no importa cuantos golpes tengas, incluso si tienes algunos huesos quebrados. Levántate y concéntrate por ser tú quien gane, porque mientras más dura y fuerte seas, menos daño van a provocarte "
Y cuanta razón tenía.
De pequeña me enseñaba a boxear, puesto que él de joven fue un gran boxeador y por motivos personales nunca pudo viajar al exterior.
Me encantaban nuestra charlas porque siempre aprendía algo nuevo.
Pero una vez, una tarde repleta de sol, en su casa, más aún correctamente mientras comía uva y él me hablaba.
Todo se paralizó por un momento y me pregunté.
¿Cómo podría superar que no esté a mi lado?
¿Qué haría sin sus consejos o sus charlas motivacionales?
¿Qué sería de mi? Aún cuando desde muy pequeña me había acostumbrado a perder a las personas que más quería.
Entre tantas cosas una frase marco la gran diferencia.
Mis padres desde hace años sabían mi orientación, mi amor por las mujeres.
Mi madre lo entendía y aceptaba (aunque hubo un tiempo en el cual no nos hablábamos, pero eso lo dejaré para otro día)
Y él no era de hablar mucho, era más reservado y no solía decirme nada, es por eso que yo no me atrevía tampoco a explicarle lo que sucedía.
Luego de muchos años me miro a los ojos y me dijo.
–"Yo siempre te voy a acompañar, no me importa si tienes una amiga o amigo en tu vida, yo respeto tus decisiones y jamás te voy a dejar sola"
¿Cómo les explico lo que sentí en ese momento? Mi corazón saltó de alegría al comprender su aceptación, al saber que jamás estaría sola porque él estaría a mi lado.
Que lastima que jamás fuiste lo suficiente valiente para luchar por tu hija y ser un buen padre.
Pero te agradezco por enseñarme tanto con tu experiencia, papá.
ESTÁS LEYENDO
Memorias de cristal
De TodoEn un mundo repleto de dolor y tan escaso de felicidad. Mis peores recuerdos se encuentran enterrados en lo más profundo de mi memoria... Pero tan solo los más mágicos están a mi alrededor, sosteniendo mi mano para no dejarme ir.