You Are The Only One ||Newt||

2. Gally

—¿Cómo no lo sabes? —solté un pequeño suspiro, no era algo que pudiera decirle a él.

—Newt, déjalo —no quería decirle todo, no podía arriesgarme a perderlo tan rápido, además tal vez podía empezar de nuevo con él, conocernos, convivir...

—Sé que nos conocemos de hace unas horas, pero siento como si te conociera de todo la vida —es que porque ya nos conocíamos Newt, me dolía no poder decirle todo.

Era horrible.

—Newt... —me lo estaba poniendo demasiado difícil.

—No en serio, se ve que eres de confianza y si alguna vez quieres hablar aquí estaré —asentí con una pequeña sonrisa.

—Newt gracias, pero estoy bien —él asintió poco convencido.

—Tampoco voy a presionarte, hoy ha sido un día agotador para ti. Bueno, cambiando de tema, ¿quieres? —me extendió un vaso con un líquido amarillo, demasiado sospechoso a decir verdad.

No estaba muy segura de que fuera una buena idea beber esa cosa sin saber su procedencia.

—¿Qué es eso? ¿Pis? —Newt comenzó a reírse y yo le miré demasiado confundida— ¿De qué te ríes?

—No es pis, es la receta secreta de Gally —demasiado sospechoso.

—¿Y estás seguro de que no le puso pis? —él volvió a reír.

—No, te lo prometo —lo cogí y él seguía riéndose por lo que dije anteriormente, lo acerqué a mi boca y bebí un poco, aunque lo escupí de lo horrible que estaba, ¿qué mierda era eso?

—Qué asco —volvió a reírse el desgraciado.

—Tampoco está tan mal —le miré seria— bueno si está malo, pero te hace querer beber más.

—Pues yo no pienso beberlo más —le devolví el vaso y volví a mirar hacia los muros— Newt, ¿puedo preguntarte algo?

—Claro lo que sea.

—¿Qué hay detrás de esos muros? —sentí como se tensaba. Sabía perfectamente lo que había, pero quería saber lo que él me diría, aunque estaba segura de que no me hablaría mucho.

—Maddie...

—Por favor Newt —sabía que no me diría mucho, pero por intentarlo no perdía nada.

—Lo único que te diré es que pase lo que pase no entres allí —iba a contestarle cuando se oyó un ruido fuerte, seguramente de un lacerador. Esas cosas me dejaron demasiadas pesadillas, eran unas cosas asquerosas.

—¿Qué fue eso? —momento de actuar, miré a Newt preocupada y un poco asustada.

—Eso fue un lacerador —asentí.

—Que guay entonces —lo solté con un poco de sarcasmo mientras volteaba los ojos.

—Oh, ¿y ese sarcasmo? ¿No serás Minho? —lo había extrañado a él también, me preguntaba donde estaba, porque en todo el día no lo había visto, aunque estaba segura de que andaba en el Laberinto, ya que él era un corredor.

—¿Y ese quién es? —debía aparentar ser una curiosa aun sabiendo todo.

No me gustaba esto, pero no podía hacer nada para remediarlo.

—Es el líder de los corredores.

—¿Corredores? —le pregunté confundida y él me regaló una pequeña sonrisa.

—Ellos son los que entran al laberinto y buscan una salida —asentí.

—Pero me dijiste que nadie podía entrar, ¿y ellos por qué si pueden? —él suspiró.