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Sovieshu había ordenado que al menos un guardia o sirviente acompañara a la oji azul por si necesitaba ayuda debido a su pierna lastimada, pero ___ ya estaba harta de estar encerrada y, con un poco de esfuerzo logró escaparse hasta el jardín del palacio.

La gran cantidad de árboles y flores le encantaba, en verdad ya necesitaba un poco de aire fresco y poder disfrutar de la vista sentada entre los arbustos un poco oculta le encantaba, aunque se arriesgara a un regaño por parte del emperador.

—¿He...?

Vio como a su alrededor unas plumas doradas comenzaron a caer a su alrededor, para luego encontrarse a un ave de ojos morados parada en una rama junto a ella.

》¿Tú dueño no te dijo que no debes acercarte a los extraños? 《

Dijo acariciando su plumaje en cuanto el ave se posó sobre su rodilla izquierda, al ser la que tenía algo elevada por tener el pie bueno.

—Pio.

Su vista se posó en su patita notando que en este tenía una nota, así que decidió tomarla para leerla.

"Soy un invitado del extranjero que pronto llegará a la ceremonia de año nuevo. Escribo esto estas palabras estando ebrio"

Inevitablemente una risa se le escapó al leer tan extraño mensaje.

—Ya no me sorprende la confianza que tienes en los extraños, teniendo un dueño tan poco elocuente.

Le causó aun más gracia el ver la expresión de indignación que puso el ave ante sus palabras, en verdad era una criatura curiosa.

—¡Pio!

Nuevamente comenzó a mover su patita, pero esta vez también señaló con su pico la nota.

—¿Quieres que responda esto? – El ave comenzó a asentir con furor – Necesitaré un lápiz y papel...

》Emperatriz, es un placer verla《

Dijo al ver como la rubia aparecía junto a dos de sus damas de compañía, las mismas que estuvieron el día que encerraron a Rashta.

—También es un placer verla – dijo con una voz calmada – ¿Esa ave es suya?

Volvió a reír ante la expresión de asombro que ahora tenía el ave mirando a ambas rubias.

—No, pero trajo una nota – Le entregó la notita a la emperatriz, notando como ella también soltaba una risita al leer el contenido – Un dueño bastante extraño, ¿no es así?

—Así parece.

Ambas rubias comenzaron a reír por el dueño y las expresiones del ave.

》¿Va a responder? Si quiere le puedo prestar lápiz y papel 《

Dijo recordando el pedido de su esposo de acercarse un poco a la rubia para ver si ambas podían entablar una relación amistosa.

—Se lo agradecería, aunque no creo que logre recordar lo que escribió en su nota.

Ambas damas de la emperatriz le entregaron un papelito y un lápiz para poder escribir a gusto bajo la atenta mirada de las tres mujeres.

"Si su ave logra regresar a salvo sería un alivio y una prueba de que es más inteligente que su dueño tan poco elocuente y ebrio"

》Listo, si tu dueño te maltrata puedes venirte a vivir conmigo, te alimentaría como a un rey《

Dijo mientras le daba caricias en su cabeza y alas luego de amarrarle la nota a la papita.

—Hasta luego, bello pájaro.

Se despidió dejando que se fuera volando.

—Era un ave encantadora, si llega a volver ¿me lo podría decir?

—Por supuesto, solo espero que esta vez su dueño no escriba bajo la influencia del alcohol – mencionó risueña mirando a la esposa de su amigo, quien también sonreía.

—Lady ___, ¿le gustaría acompañarme a tomar el té?

—Sería un honor, pero dígame solo ___ por favor.

Con ayuda de las damas de compañía de la emperatriz se levantó del suelo para acompañarlas a la habitación de la Trovi entre pláticas sobre el ave y un poco de lo sucedido en la biblioteca hace unos días.

—No esperaba verlas juntas.

Dentro de la habitación de la oji dorada estaba el emperador de brazos cruzados en medio de la habitación.

—¿Qué lo trae por aquí?

—Esperaba poder cenar hoy con usted – dijo señalando los pasteles que había sobre una mesita junto a dos tazas de té.

—Yo la puedo acompañar otro día, emperatriz – habló ___ viendo la duda en los ojos de la Trovi quien se encontraba en un debate interno – Después de todo yo no estoy ocupada con papeleos como su esposo.

》Disfruten de vuestra comida《

—Lamento las molestias Lad-... ___ – se corrigió de inmediato la monarca – Espero poder tener su compañía mañana, si no es mucha la molestia.

—Sería un honor para mí.

Luego de un rápido intercambio de miradas, Sovieshu hizo que las damas de compañía de la emperatriz la acompañaran hasta su habitación para poder cenar a solas con su esposa, aunque eso no lo había dicho.

—Por favor, come todo lo que quieras – dijo una vez se quedaron a solas – Mande a que prepararan tus pasteles favoritos.

—No pensé que también mandaras a hacer los que comíamos de niños – mencionó al ver algunos postres de su infancia – Hacía años que no los probaba.

—Bueno, solo lo mejor para mi esposa.

Sovieshu se sintió más que feliz al escucharla reír de una forma sincera, a él en verdad le gustaba su risa, pues era una hermosa melodía para sus oídos.

—Navier... ¿te gustaría ir de día de campo mañana? Podríamos ir solo los dos – propuso.

—¿No tienes asuntos que atender?

—Sí, pero quiero pasar al menos un almuerzo afuera contigo – dijo sonriendo – Podríamos ir a caballo~

Su sonrisa se agrandó en cuanto recibió una propuesta afirmativa por parte de su esposa gracias a su última propuesta, sabía que mencionar un paseo a caballo y posibles carreras entre ambos sería suficiente para hacerla aceptar.
















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Recuerden decir a quienes desean  que estén en el Harem de nuestra rayis.

¿Les gustaría que narre la cita de Navier y Sovieshu o voy directamente donde aparezca ___ ? ya que no le he dado tanto protagonismo en ella o sí les gusta que me concentre en la relación de los emperadores por ahora.

𝕰𝖒𝖕𝖊𝖗𝖆𝖙𝖗𝖎𝖟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora