¿CÓMO DESCUARTIZAR A MIS ENEMIGOS?

Paso 6: SEPÚLTALO EN CASA

Los amantes

Ella estaba preparada,
su plan había funcionado,
se mudó a la arbolada y
amó, como nunca había amado.

El calculador estaba calculando
su acto diabólico de engaño.
Los espíritus huyeron de su ira,
los cuchillos lucían afilados,
la muerte se aproximaba lentamente
y su plan dió por iniciado...

Y ella murió de amor.

Me siento como un pedazo de carne fresca cubierta de mierda en las garras de un escarabajo. Y es que, la semana pasada, me enteré que el incendio no fue un evento magistral como parecía serlo. "Daños materiales, algunos heridos y un muerto" en letras grandes se podía percibir mi ineptitud sobre las portadas de los diarios. Y como prueba de mi fracaso, el desgraciado cadáver falleció por un paro cardíaco y no porque "un tonto con antorcha en mano" se ensañó con su cuerpo.
¡Sabían que había huido del seol!
La ciudad había evacuado, antes de que mi alma en pena aparezca en ella.
¡Fue una conspiración en masa!

Ese día también pude comprobar la buena suerte de mi padre. Lo encontré en el bar donde trabajo, en un acto casi sexual con una dama con cabellera rubia. Bebía de sus labios con hambre y pasión, se deleitaba al frotar su piel, la asfixiaba con sus abrazos... Pensé que había cambiado con el nacimiento y muerte de Daniele pero "gallina que come huevo, aunque le quemen el pico"
Pero ¿Justo en esta ciudad. La nueva y esclavizante ciudad que escogí para vivir?

***

¡El galán de novelas turcas recién aparece!
Guardo los vinos en la despensa y observo por milímetro los rasgos de los revoltosos amantes . La mujer no es la gran cosa, en cambio, mi padre ostenta vigor y gallardía a pesar de su edad.
Tragos, bailes, más estupideces y el acto lujurioso se postergó para su nido de amor.

¡Cuánto demoran!
Por fin oigo sus risas. Están tan borrachos que no se darían cuenta si un elefante celeste pasara volando, pero aún así, los sigo a pasos calmados para no activar sospechas ajenas.
No tan lejos de la cantina, ingresan a una mansión, que parece ser de la vieja por el frontispicio femenino. Aquella ostentosa vivienda es una prueba razonable por la que mi padre está con una mujer mayor poco agraciada.

Mientras las luces se apagan consecutivamente, me acerco para distinguir mejor los espacios de la vivienda a través del jardín pero enseguida una voz interrumpe mi inspección.

—¿Qué haces aquí?

—¡Nada, me asustaste!

—Estabas tan concentrado que ni te diste cuenta de mi presencia. ¿A quién perseguías?

—A mi padre.

—Ya veo... Y ¿No viste el elefante celeste que pasó volando?

—¿Ahora también escuchas mis pensamientos? —Me molesta su atrevimiento.

—Es mi poder para contigo.

—¿Me debo de sentir afortunado?

—Sí. —Bromea inflando el pecho.

—Vamos "señor arrogante de buche grande" antes de que alguien nos vea.

***