Mi corazón palpitaba al ritmo de el reloj, la lluvia se escuchaba sin cesar. Mis pies descalzos pisaban el suelo frío y mojado. Sentía el agua golpeando mi cabello y un sonido raro.
Por un momento pare en seco y contemple la calle vacía "¿A donde iré ahora?" Me dije. Esta no era una situación buena. Maldije por lo bajo a mi padre que, por estar borracho en casa con quien sabe cuantas mujeres yo estuviera pasando hambre y frío.
Miraba a los lados, gente adinerada en casinos, divirtiéndose y comiendo sin cesar. Como desearía estar en su lugar un segundo. Tenia la ropa pegada a mi cuerpo muy delgado y huesudo. Mi cabello corto se me pegaba a las mejillas.
Yo sólo me quede quieta y, por un momento estuve en medio de la calle. Un autobús ilumino mi rostro mojado.
"Esto es el fin" me dije y me convencí ¿Para que iba a vivir? Me arme de valor y me coloque enfrente.Todo iba a terminar, pero una fuerza hizo que me hiciera a un lado.
No era el fin, era el comienzo.