† Capítulo Dos †

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Me desperté observando la ventana abierta y el sonido de los autos. El Sol me pego en la cara y me senté en el sofá rápidamente. Me había quedado dormida al terminar de cenar. Fijé mi vista a el otro extremo del sofá y ahí estaba Leah acostada con el vestido de gala puesto y toda despeinada. Rei al verla ahí y entonces despertó.

Me miro con ojos risueños, se retiro el cabello enredado del rostro y rió.

-¡Hola, querida!.- dijo como la loca que es. Me reí y me siguió, lo mas probable es que le haya ido bien en la cita, o se emborrachó con el wiski formal. La segunda era mas creíble tratándose de ella.

-Omh... ¿Hola? ¿Por que tan feliz , eh?.- Dije, levantandome del sofá y ayudándole a llegar a su recámara.

-¡Oh! ¡Paul es taaaan bello! Me llevó a un restaurante en la playa ¡En la playa! Luego fuimos a correr al mar y me pidió un beso ¡¿No es un amor?! ¡Ah!.- Habló con voz de enamorada, ojala no salga lastimada porque ambos son muy tiernos juntos, bueno, me alegro por ella tanto que no escuche todo lo que me dijo.

-¡Eso es genial, Ly! (ese era su apodo de parte de mi) Espero que no lo lleves a "tu lugar favorito"- exclamé divertida. Cuando éramos mas chicas me llevó a un parque sucio y lleno de rocas. Mas bien era un pantano fuera de la ciudad. Sólo porque ahí vivía su estupido pájaro. Ese día casi vomito porque, accidentalmente me tiro a un sitio lleno de lodo y ambas terminamos color marrón. Estaba segura de que se acordaría.

-¡Hey! Hasta conmigo eres cruel.- dijo haciendo pucheros, me reí de lo infantil que llegaba a ser aveces.

Sonó el teléfono.

-¿Hola?.- dijo esa voz conocida, inmediatamente me dirigí a Leah.

-Es tu príncipe azul.- le dije sarcástica y llego a mi saltando como un conejo con una espina en la pata.

-¿Hola? ¡Oh dios mio! Si...- Me retire de ahí dejando conversar a los tórtolos. Me pregunto si algún día estaré como ellos... em... no lo creo. Eso no va conmigo.

Me fui a la habitación y me tire en la cama, maldito sillón incomodo. Opte por revisar el celular y lo tome de la mesita de noche. Pronto apareció el sobre virtual y lo abrí

De: Joe (el jefe)

¡Hey Faith! Más vale que te prepares para presentarte con tu compañero de trabajo ;) debes presentarte mañana a las 3:00pm. Ojala no decidas faltar mañana (más te vale no hacerlo)

Suspire cuando leí el mensaje, la verdad era estresante leer ese tipo de mensajes. Joe y todos los que trabajan conmigo lo saben, pero Joe lo hace para hacerme enojar.

Me senté en la cama y recordé que hoy debía ir a las instalaciones de la academia, por supuesto que me imaginaba lo caras que eran. Mas vale ir o Joe me matará.

Saque alguna ropa sencilla pero elegante, fui a la ducha y gire la llave de metal, me metí en el agua, sintiendo lo caliente que estaba. Cerré los ojos y tuve un vago recuerdo que me atormenta desde hace 7 años.

Miro a cada lado de la calle. No hay nadie que pueda ayudarme, todo esta en silencio como cada noche. El cabello me impide oír porque lo tengo pegado a la cara, mis ojos están casi cegados a causa de las gotas de agua que corren por mis pestañas.

Luego, escucho una risa. Una risa que proviene de alguien saliendo de algún restaurante caro, ya que, el olor a pan refinado y vino caro me llega a la nariz. Mis pupilas se dirigen a un hombre, parado en la entrada del restaurante, solo pude ver un sombrero blanco, una camisa azul y un chaleco blanquecino.

Mi corazón se detuvo al mirarlo, yo seguía caminando con mi ropa embarrada en el cuerpo. Sus ojos castaños se dirigieron hacia mi. En ese momento, una luz me cegó. Ya no oía nada. Y estaba sola.

Abrí los ojos, con cierto temor de encontrar aquella imagen del hombre misterioso. No quería recordarlo de nuevo así que salí de la bañera y me vestí con unos jeans negros, blusa de vestir roja y unas zapatillas.

Era la hora de conocer a la persona con la que trabajaría.

"Red Destiny"- Michael JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora