Gire la llave metálica y abrí la puerta lento, ya era noche y probablemente Leah estaría dormida y se enojaría si abro la puerta de golpe.
Encendí las luces del living, Leah no estaba ahí. Ojala este con su noviecito de Paul en algún lugar lejano.
Lo bueno de este día horrible, fue que después de ver el edificio, fuimos todos a cenar a un restaurante elegante y, comí todo lo que pude, lo juro. Otra cosa mala fue, que el maldito de Michael no me quitaba la mirada de encima. Yo, estaba tranquilamente devorando un plato de no se que cosa deliciosa y sentía una mirada, volteaba y era él.
Decidí dejar el tema de lado, alejarme lo más posible de él. Lo nuestro sólo sera profesional.
Me sente (mentira, me tiré) en el sofá, era extrañamente cómodo. Revisé mi celular para ver la hora: 10:38pm. Tal vez Leah estaba en casa. Supe que era verdad, ya que oí su voz.
-Faith, ¿Eres tú?- dijo adormilada entrando en el living, me vio y se tumbó a mi lado.
- ¿Eso Creo?- dije extrañada, tenía helado en la mejilla y en su boca. Oh no, algo malo pasó. - ¿Que te hizo?- pregunté, esperando respuesta. Ella hizo un suspiro y me miró. Oh, claro que era por Paul.
-Beso a Ashley, ¿si?- dijo enfadada y a la vez triste, junté mis cejas, extrañada porque no hubiera pensado jamás que Paul haría algo así.
-¿Que? Pero, ¿Estas segura de que fue Paul el que la besó?¿No crees que la idiota de Ashley sólo quiso interponerse en lo suyo?- le dije algo obvia, era normal que Ashley hiciera ese tipo de cosas, cosas de puta.
-Pues, Paul y yo quedamos en ir a un restaurante y... -sollozo- Cuando llegó me mandó un mensaje y... al salir estaba Ashley besándolo y... y él no se alejaba, me senti muy mal y sólo le azote la puerta en la puta cara.- empezó a llorar y sólo la abracé. Es muy raro que de algún abrazo. Sólo he abrazado a Leah pero a nadie más.
-Tranquila, ya veras que todo se arreglará. La puta de Ashley se ira a la isla Putense y Paul seguramente vendrá a pedir disculpas, se casaran y tendran miles de hijos ¿si?- dije divertida y rió.
-Si, ojalá. Bueno, ¿A ti como te fue con tu academia de baile?- preguntó sentándose mejor en el sofá mirándome atente. Ni siquiera quería hablar de eso.
Le conté todo a Leah, absolutamente todo. Nunca le había contado a alguien sobre mi noche obscura y lluviosa, pero lo hice y me sentí mejor. Ella, como toda mejor amiga decía que quería arrancarle loa dedos por haberme hecho tal cosa, pero ya estaba en el pasado y era algo que no se podía borrar, hiciera lo que hiciera, siempre recordaría a la única persona que podía ayudarme y no lo hizo. Le hablé sobre la situación en el edificio, mi idea de que lo nuestro sólo seria profesional y mi gran arrepentimiento por haber firmado el contrato sin preguntar lo mas importante. Leah me dijo que era probablemente una idiota, pero que las cosas pasaban por algo. Eso si me dejó pensando.
Después de eso, decidimos ver una película. El nombre era raro, pero no importaba porque, me estaba muriendo de sueño. Al día siguiente tendría que trabajar con Michael. Y eso no era bueno.
Desperté por la voz de Leah alzada, estaba molesta por algo. Siempre usaba ese tono cuando algo no le parecía bien. Demonios, tal vez Paul le llamo y Leah estaba demasiado enojada con él.
Me levanté y aún tenia el vestido de la noche anterior. Fui a darme una ducha y a ponerme algo para estar en casa ya que trabajaría hasta las 5:00pm y me quedaba mucho tiempo.
Leah me contó de su discusión con Paul, le dijo un montón de cosas hirientes pero al gin quedaron en que se verían mas tarde porque Paul quería hablar con ella. Bueno, al menos no cortaron o lo que sea que fueron. Y, después de una larga platica de amiga-dolida, amiga-consejera fuimos a almorzar a un restaurante cercano. Leah hacia olvidar mi trabajo, con sus idioteces solo existiamos mi mejor amiga y yo.
Ella fue la única que me ayudó. Cuando eramos mas niñas.
