† Capítulo Cuatro †

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Faith:

Mis pupilas se dirigieron al hombre parado tímidamente delante de mí mientras me cruzaba de brazos. Vi sus mocasines negros, unos pantalones de vestir también negros, unos tirantes y una camisa azul. Luego vi su cabello y al final su rostro. Labios gruesos, mentón partido, nariz fina, ojos castaños (que estaban posados en mí) y cabello rizado pero...

Oh, Oh... era esa persona, justo el tenía que ser.

¿Que hacía el aquí?¿Acaso tenia que trabajar con él a partir de mañana?¿El es bailarín?¿Acaso podrá recordar esa noche fría y lluviosa?

Conecté mi mirada con la de sus ojos castaños y una corriente estuvo presente de mis pies hasta la cabeza, como si hubiera electricidad entre las miradas.

-Faith, él es Michael, tu nuevo compañero de trabajo.- Habló Joe sonriendo, desentrelaze mis brazos y estrechamos las manos como si hubiera sido un encuentro común que aunque no lo era, estaba conociendo al enemigo.

Él era el único que podía ayudarme. Y no lo hizo.

-Un gusto, Faith.- Me dijo mirando mis ojos, estoy casi segura de que se acordaba de mí, porque estaba actuando extraño. Estreche su mano algo tensa, no quería nada que ver con él pero ya era muy tarde para reclamar ya estaba firmado el contrato.

Hice un suspiro, mire a Joe que estaba sonriendo y hablando animadamente con Frank. No quise ver al tal Michael, me resultaba demasiado tener que trabajar con él mañana tras mañana hasta el fin de mi vida.

Giré mis talones y me dirigí a lo que vine. Ver y revisar el edificio. Me dediqué a observar los cuadros que estaban colgados en la pared de la recepción. Esto si que era algo hermoso.

-Faith, Frank nos mostrará el edificio.- me habló Joe, interrumpiendo mis pensamientos sobre, el que ahora seria mi peor pesadilla.

Seguí a Joe de nuevo hasta el pequeño grupo de Frank, Michael y otra mujer que no se que demonios hace aquí porque, se supone que trabajaré con Michael... ojalá ella no se agregue ya que parecía ser su novia o así.

Frank nos llevó a la cafetería de la academia, era de paredes blancas, muy espaciosa. Tenia una barra color rojo para cocinar y pedir comida, las mesas eran blanco con rojo. Había un olor a café y pan recién horneado (si, como el día que tuve que conocer a Michael, me da cosa decir su nombre... bueno, también pensarlo.)

Caminamos hacia lo que sería el gran salón para enseñar baile a esos inútiles (sólo acepte por dinero) que, también era demasiado grande, en medio había una gran pista de baile y a los costados unos espejos bastante grandes donde podías verte bailar.

Mientras veía el gran escenario me puse a recordar para que enseñariamos baile.

"El artista necesita bailarines, su mánager decidió hacer esto para conseguir muchachos que puedan aparecer, esto te beneficia a ti y a Michael"

Eso me había dicho Joe un día antes de esto, lo que no sabia era quien era Michael, y ni quería saber. Entonces hacia esto para ayudar a Michael. (¡Dios! Ojala el tiempo regresara para ya no verlo jamás.)

Finalmente terminamos por ver el exterior, era muy bonito con jardines verdes, sólo para una estúpida clase de baile. La verdad me había gustado, pero tendría que encontrarme con Michael cuatro veces a la semana. Eso sí iba a ser difícil.

La verdad, ya no quería verlo jamás.


"Red Destiny"- Michael JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora