SEIS

400 61 5
                                    

Doce semanas.

Un trimestre había pasado desde que el pequeño embrión se encontraba en el vientre de BeomGyu, haciendose notar apenas con un pequeño bulto, y aunque lo hacía muy feliz admitía que estaba irritado, los dolores no se iban por nada del mundo y él quería llorar, su cuerpo no había tenido paz por semanas.

TaeHyun miraba al omega refunfuñando y moviendose impaciente por la cama, trataba de ser comprensivo con su esposito, pues aunque el no podria en si entender lo que estaba pasando, quería hacer lo posible para que ya no se sintiera de esa forma, por lo que ese día estaba libre de trabajo, se había apresurado en realizar la última corrección de su majestuoso trabajo y lo había enviado impecable, esperando por su impresión, publicación y masiva distribución.

Ese día solo sobraba estar junto al menor, aunque este estuviera de mal humor, lloriqueando, quejándose o diciendo mas pendejadas de lo normal quería hacerlo sentirse mejor, solo que no tenía idea de como.

—Tyunnie, los pezones me van a explotar —lloriqueó abrazando a la almohada, sus ojitos achocolatados estaban cristalizados.

El alfa, quien se encontraba masajeando su adolorida espalda baja, frunció el ceño ante la oración que salió de la boca de su omega, creía que era la primera vez en escuchar esas palabras juntas.

—¿Que tal si usas lo que te trajo Kai? Ya sabes para sacar la leche y...—antes de terminar de hablar BeomGyu sollozó y TaeHyun suspiró— ¿que puedo hacer por ti entonces?

—Quiero un hot dog con mucha mostaza —dijo utilizando un puchero y unos lindos ojitos de perrito regañado.

—¿seguro? Tu odias la mostaza —preguntó deteniendo sus masajes— puedo preparar uno aquí.

El omega pensó por unos minutos, tenía al alfa a su disposición dispuesto a darle cualquier comida que quisiera, desperdiciar la oportunidad sería una tremenda estupidez.

—Sip —respondió, pues su estómago reclamaba por lo que había pedido y no sabía el por que.

TaeHyun asintió, caminando fuera de la habitación.

—Tae —llamó la atención del alfa— te amo.
 
Su lindo esposo asintió, en su cara se veía la satisfacción al escuchar esas dos palabras.

—Lo sé, Gyu —dijo dejando la habitación finalmente.

Al llegar escaneó la cocina con su mirada, no sabiendo como empezar, ¿cómo es que se cocinan los hot dogs?  Se encogió de hombros tomando el pan de la alacena, el orden de los factores no altera el producto ¿verdad?, ¿o era solo en matemáticas que servía?

Se dispuso a trabajar arduamente ,y luego de un humo extraño, varios sonidos de utensilios callendo y un cambio de ropa, volvió a la habitación con el antojo del embarazado.

Gyu miraba su teléfono con poco interés, seguramente aburrido, la almohada ahora estaba entre sus piernas y la sabana azulada lo cubría, su cara se iluminó al mirar a su esposo.

—¡hyung! Te ganaste un espacio en mi corazón —respondió tendiendo sus manos para recibir el deseado pedido.

TaeHyuncurvó su labio inferior hacía afuera ante la declaración.

—Pensé que ya lo tenía.

El menor no se preocupó en responder, dando un mordisco al pan, pero pocos minutos después frunció el ceño disgustado.

—¿Que pasó? ¿quedó tan mal? —preguntó desanimado.

BeomGyu negó varias veces.

—Es que tiene mostaza, no me gusta la mostaza, hyung.

TaeHyun presionó sus labios en una línea recta.

calmate TaeHyun, es tu esposo, al que amas , no puedes gritarle y hacerlo llorar.

Gyu sonrió timido y TaeHyun sólo chasqueo la lengua, debía amarlo mucho para rehacer el pedido del menor, mucho mucho.

Un sueter gigante con el aroma de TaeHyun podía ser una de las mejores medicinas, y él nisiquiera estaba al tanto ellos antes de colacarselo, a TaeHyun de por si le gustaba grandres sueteres y a Gyu le encantaba como de veían en el alfa, pero le e...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un sueter gigante con el aroma de TaeHyun podía ser una de las mejores medicinas, y él nisiquiera estaba al tanto ellos antes de colacarselo, a TaeHyun de por si le gustaba grandres sueteres y a Gyu le encantaba como de veían en el alfa, pero le encantaba más utilizarlos él, el aroma de su esposo lo relajaba en demasía y eso era lo que necesitaba en esos momentos que se sentía tan mal.

TaeHyun por su parte tenía su cabeza recostada sobre su pecho, casi dormido y con sus piernas entrelazadas mientras ambos estaban sobre el sofá, el alfa no lo diría pero amaba mimar a su esposo y también amaba ser mimado por él, cuándo Gyu acariciaba su cabello y dejaba besitos por su cara se sentía muy bien, pero jamás lo admitiría delante del omega.

Sus ojos estaban casi cerrados, el aroma de BeomGyu tenía un toco más dulzón las últimas semanas, pero era tan adictivo y adormecedor que quería estar encima del menor todo el día, aunque sabía que dentro de poco ya no podría estarlo más, pues su pancita crecería y le sería imposible no lastimar a su bebé y esposo con esa acción, cosa que por su puesto no quería, así que aprovechaba ahora que podía hacerlo.

—Tus dolores se han prolongado mucho y me preocupa, debemos hablarlo con tu doctor en la próxima cita —habló con preocupación el pelinegro, Gyu por su parte respondió dejando caricias en su suave cabello—. Me recuerda que vi un anuncio sobre yoga prenatal, deberias asistir, según es muy beneficiosos para ti y el bebé.

—Creo que también lo vi, quería hablarte de eso, quizás me sentiré mejor luego de practicar yoga —dijo efusivo el omega mirando hacía abajo para conectar sus miradas.

—También lo creo, no me gusta verte así, adolorido—respondió el mayor cerrando sus ojos nuevamente.

BeomGyu en cambio tomo su cara para dejar un beso en sus labios, uno mas largo que un simple piquito, dónde ambos movieron sus labios con comodidad, acostumbrados a los labios del otro, y como siempre confirmando que el zoológico en sus estómagos aún existía, volviéndose loco con el mínimo toque, sintiendose igual de enamorados que cuando eran adolescentes.

—Te amo —susurró el mayor al separarse.

—Tengo hambre —dijo BeomGyu casi al mismo tiempo que el alfa.

TaeHyun asintió estirandose en el sofá emitiendo un sonido agudo mientras lo hacía, uno de pura flojera.

—¡Si! Saldremos al fin, quiero una hamburguesa, umn no mejor dos —el omega se levantó del sofá y estuvo pensativo—. O una hamburguesa gigante y una coca-cola de esas que raspan ,ya sabes lo que digo, quizás un cupcake de red velvet...

—Bueno bueno, pero primero abrígate que aun no salimos de casa y ya estás pidiendo todo el menú.

BeomGyu asintió yendo por su abrigo con rapidéz, colocandose una bufanda y su gorrito rosado.

TaeHyun por su parte pensaba en que se llevaría su propio iman de niños, pues con el embarazo y ese aroma muchos niños estarían encantados, caminando al rededor del omega o abrazandose a su vientre, ya les había pasado y ese era la verdadera razón por la que ya no invitaba a comer en la calle al menor.

—¡Listo hyung! Vamonos ya.

El alfa hizo caso , como lo había dicho muchas veces, haría lo posible para hacer feliz a ese chico, aunque lo esté consintiendo demás.

daebak.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora