Capítulo siete

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Y ahí se encontraba ______, en silencio mientras miraba el camino, no peleo más con el desconocido que la llevaba cargada, se dejo ser. Aunque estaba segura que si su madre se enteraba que un desconocido la cargo hasta un lugar que ella no conoce y sobre todo que ella no hizo nada para oponerse seguro le daría un infarto y estaría en menos de una hora en su casa para darle un sermón sobre no aceptar dulces de extraños y así.

Por otro lado, el pelirrojo iba callado, serio y trataba de no fijarse en las miradas de las personas curiosas, que los miraban pensando que seguro eran pareja, otros los miraban para ver si la chica se encontraba bien. A él ojí-rojo le molestaba mucho lo metiche que era la gente de la ciudad y más por la mala fama que él en algún momento se creo, por querer llamar la atención, las personas aún no habían comprendido que eso fue hace mucho tiempo, cuando él era un adolescente estúpido y que ahora ya no era más ese chico. Hay cosas que las personas no perdonan o a veces no quieren olvidar.

(...)

Después de un rato nos encontrabamos en la entrada de una linda casa, por lo visto el acosador pervertido vive muy bien -Pensé- ¿Vives aquí o piensas meterte en la casa de otra persona - dije ironicamente

-¿Quieres parar con eso? -mencionó molesto mientras rodaba los ojos.

-Tú tampoco te has ayudado mucho ¿Sabes? -contesté irritada.

-Me he disculpado varias veces contigo, entiende no te quiero hacer nada, te curaré esa herida que tienes en la frente y después de esto puedes hacer lo que quiereas ¿Ok? -sentenció enojado el chico.

El pelirrojo con mucho cuidado me bajo, busco en su bolsillo y sacó unas llaves para abrir la puerta de la casa. -Pasa, por favor -Dijo amablemente haciéndose a un lado para dejarme pasar primero.

La casa era muy bonita y acogedora, al entrar pude notar la sala, que tenía algunos mubles como; el sofá, una televisión y las cosas cotidianas que tendría una sala. El pelirrojo dejo las llaves en una mesita que tenía ahí y me pidió subir al segundo nivel, lo miré insegura -¡Que no te haré nada! Oye quizá parezca algún tipo de asaltante, pero no lo soy -Dijo defendiendose.- El ojí-rojo paso primero y detrás iba yo, aún con mucha inseguridad.

Cuando estabamos arriba pude notar que había otras dos puertas, seguramente vivian más personas ahí.

El pelirrojo se paro en frente de una puerta y la abrió. Al entrar pude ver un cuarto muy ordenado, tenía una consola para videojuegos, una patineta y una estantería que tenía muchos libros
-Perdona el desorden -Mencionó apenado. -Es solo que no esperaba que alguien viniera el día de hoy -dijo rascandosé la nuca-. Lo admito, el joven que tengo enfrente es muy guapo y si no me hubiese empujado, besado y provocado que me golpeará la frente seguro me gustaría, aunque ahora mismo ya no me quejo del beso.

-Sientate aquí, por favor -Dijo señalando su cama. -Espérame un momento -Comentó antes de dejarme sola en su habitación. Se dice que tu habitación puede decir mucho de ti y a primera impresión puedo ver que es muy ordenado y que le gusta mucho la lectura.

El pelirrojo volvió en poco tiempo, traía en su mano un botiquín de primeros auxilios, se sentó a mi lado y comenzó a sacar algunas cosas del botiquín como algodón, alcohol y un micropore. Agarró un algodón y lo mojó en el alcohol
-Oye, eso me va a arderme mucho- Me quejé. -Lo sé, pero es necesario para limpiarte la herida, no seas necia
-Respondió y poco a poco acerco el algodón a mi herida, pegue un pequño brincó por el ardor y después de unos segundos me fui acostumbrando a la pequeña molestía que me causaba.

Y ahí nos encontrabamos... Dos desconocidos, en silencio, pero no era un silencio incómodo simplemente ninguno de los dos tenía algo que comentar.

Debido a la cercanía pude notar mejor sus facciones, tenía algunas pequitas alrededor de su nariz y sus cachetes, sus labios eran rosados y carnosos, tenía unas pestañas largas y enchinadas. Realmente era un hombre muy guapo
-Si, sigues viéndome así, seré yo el que piense que eres una acosadora -Comentó burlón-. Me sorprendí cuando me dijo eso y pude sentir como mi rostro se ponía rojo por su comentario
-Perdón... -Dije sin más-.

Rrbz y tú (CANCELADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora