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Dos semanas pasaron desde esa noche en la que pudo saber una mínima parte de lo que había pasado con Cristiano y aun no lo había vuelto a ver, esa misma noche su marido lo dejo durmiendo y se fue, él al despertar se encontró con una señora la cual era psicóloga y seria como su niñera o acompañante hasta que el volviera de su supuesto viaje de trabajo, según palabras de Alana y aunque llama todos los días y aveces hasta tres veces por día para saber de el, jamas lo hacia con el.

Bastian se encontraba en su hamaca la cual su marido había mandado a comprar para él sentado como indio, con sus manos escondidas en las mangas de su saco, con la mirada en el sol por mas que tenga los ojos cerrados aprovechando que el día estaba hermoso, era una costumbre que había retomado ya que a él le gustaba hacer Yoga, pero por su trabajo había dejado de hacerlo mientras Lucrecia lo observaba cada tanto al estar sentado en la mesa del patio trabajando desde su computadora.

La mujer era buena, amable y debía admitir que le hacía bien hablar con ella porque esta no tenía problema en dejar todo a un lado cada vez que el quería hablarle, Lucrecia lo priorizaba y eso era lo que Bastian necesitaba, salían a caminar, pasaban tiempo leyendo juntos cada uno metido en su libro, le enseñó a tejer, a bordar, soduko, mientras Alana le enseñaba cocina y repostería después de que el se lo pida y Cristiano de el ok.

También debía contar con el entrenamiento de Chano, su amigo y el encargado de mantener a sus hombres en forma y todo eso le servía para mantenerse entretenido porque cada vez que este se concentraba en tratar de recordar terminaba llorando de la frustración al no recordar nada, se bajó de la hamaca y camino tranquilo dentro de la casa cuando comenzó a sentir un poco de frío.

Todo bien mi príncipe?...- sonrio mirando a la Lucrecia a unos pasos de mi la cual me miraba sobre sus anteojos, solo asintió en su dirección sin dejar de caminar.

Una vez dentro caminó hasta su sillón junto al ventanal que da a su patio trasero, colocó su cabeza contra el vidrio y cerró los ojos para disfrutar del calor que el vidrio le brindaba al darle el sol todo el día de frente, a los pocos minutos sintió que su pulso se acelero pero lo ignoró hasta que sintió el ruido de la puerta siendo abierta.

Al ver a Cristiano entrar se quedó observándolo hasta que él sintió su mirada y la conectó con la suya, se quedaron mirando un momento, ambos observando lo hermoso que estaba el otro, aunque Bastian estaba aun con su pijama y un saco celeste tres talles más del que debería usar para Cristiano estaba genial y adorable.

A eso debía agregar que desde que está encerrado son muy pocas las veces que se plancha el cabello causando que se le formen los bucles quedando aún más adorable, en cambio Cristiano  se veía genial dentro de ese tapado, con esa polera negra y su nuevo peinado.

Cris...- me sonrió de costado.

Hola Bas....- contesto abrazándome cuando corrí a sus brazos.

Te extrañe mucho....- no contesto solo beso mi pelo.

Yo también, ¿como has estado?...- corre un poco mi cabeza para mirarme a los ojos.

Bien, pero eso ya lo sabes.... - sonrio cuando el lo hace.

Cris bienvenido, ¿como estuvo el vuelo?...- Alana aparece detrás de nosotros.

Bien gracias.... ¿Lucrecia?..

Genial, está en el patio, ¿necesita que le diga algo?...

Si, dile que volví y que tiene el fin de semana libre, que cualquier cosa la llamo...- con Alana lo miramos sorprendidos pero no dijimos nada.

Ya se lo comunico y en unos minutos comenzaré con la cena...- asintió y ella se fue.

Cris...- este no dijo nada, solo me tomó del trasero para que enrede mis piernas en su cintura aferrándome a su cuello.

Bastian, ¿confías en mí?...

Más que en mí mismo...- contesto sin dudarlo, me sonrió mostrándome por primera vez su sonrisa antes de besarme, haciéndome sentir en la gloria ante la idea de poder tocar esos labios que tanto anhele besar todo este tiempo.

Bastian no fue consciente de lo que sucedía hasta que su espalda tocó el colchón y este se separó de sus labios para comenzar a besar su cuello causando no solo que Bastian se estremezca ante todo lo que le estaba haciendo sentir, sino que lágrimas de felicidad comiencen a caer por sus hermosos ojos sin poder controlarlo, Cristiano no fue consciente de lo que pasaba por estar besando su pecho hasta que el cuerpo de este se movió a causa del llanto.

Bastian que ocurre? si tú no quier...- le tape la boca para que no continúe hablando.

No es eso...- continúe llorando mientras Cris solo me observaba secando inútilmente mis ojos.

Ven aquí....

Lo tomó de las manos mirando disimuladamente sus muñecas para ver si había seguido con los pellizcos aunque Lucrecia le había dicho que no y sintió paz en su pecho al comprobar con sus propios ojos que era verdad, se acomodó de forma tal que la cabeza de Bastian quedó sobre su pecho y comenzó a acariciar su pelo hasta que se calmó y seguido de eso se durmió.

Aprovechando el momento le envío un mensaje a Lucrecia preguntando si aún estaba en la casa y como está dijo que sí le pidió que lo espere un momento, guardó el celular en su bolsillo después de recibir un ok, movió a su esposo para poder levantarse tratando de no despertarlo, lo tapó y salió para hablar con Lucrecia así después la podía liberar ya que había arreglado su agenda para no salir de casa en todo el fin de semana. 

Pasadas las once de la noche Cristiano subió mucho más tranquilo después de haber hablado con Lucrecia y que le diga que Bastian había dejado de lesionarse, de llorar y de que ahora hablaba más, por secreto profesional no podía decirle exactamente lo que hablaba con él, pero sí pudo decirle que todas las conversaciones giraban en torno a él y a lo que había pasado y no recordaba.

También le dijo que sea lo que sea que haya pasado el estaba muy arrepentido y que jamás se perdonará el haberlo lastimado dejándolo mucho más tranquilo, pero aún le seguía preocupando el tema de las pesadillas que solía tener con él y todas con malos escenarios, estaba por abrir la puerta cuando escuchó el llanto de Bastian cosa que lo preocupó porque lo había dejado dormido.

Bastian, que ocurre?...- este estaba sentado en el medio de la cama abrazando sus piernas y su cabeza escondida entre ellas, al escucharlo levantó la mirada.

Cris...- me aferro a su cintura cuando llega junto a la cama.

- sea lo que sea que pasó lo siento mucho pero por favor no me vuelvas a dejar... no me odies, no quiero escuchar más que me odias, ya no lo aguanto...

Escuchar eso y sentir no solo la desesperación en su voz si no en su agarre le formó un nudo en la garganta difícil de tragar, lo abrazó y lo tuvo entre sus brazos hasta que se calmó.

Mi amor imposible...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora