Capitulo 4: Malentendidos

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Las semanas transcurrieron y comencé a adaptarme a la vida escolar de St. Elena, el otoño había llegado a la ciudad y las hojas caían de los árboles haciendo lucir un tanto agradable el campus; los amigos de Rox aceptaron bien a Alec en su grupo quien consiguió meterme en el equipo de soccer lo cual agradecí mucho. Había pasado un rato que Tara no me molestaba pero sabía que esperaría la oportunidad precisa, esa chica era un verdadero reto: había escuchado que ella y Rox han tenido peleas por el trato que la rubia le daba a los de fuera, tenía un caracter fuerte mi amiga.

Entre todo eso, ese misterioso chico a quien veía diariamente en clase de Humanidades y poco tiempo en la cafetería sin duda era muy reservado la mayor parte del tiempo, excepto cuando lo veía charlando junto a una chica de cabello castaño claro, deduje que podría tratarse de su novia o tal vez de su hermana; hemos tenido encuentros en los pasillos brevemente cuando camina con la otra chica quien me fulmina con la mirada, tal parece que no le gustaba aquello que sucedía. Por lo que más quieras Dios, ya no más enemigas... con la odiosa de Tara tengo suficiente.

Una noche que iba de regreso a mi habitación luego del entrenamiento me encontré con la chica de cabello castaño, me detuve en seco y nos miramos por un largo rato hasta que ella habló.

- No se quien eres, pero no quiero que estés cerca de él.

- ¿Disculpa?, No se de que me hablas.

- Aléjate de mi amigo sí no quieres tener problemas.

- Ni siquiera he hablado con él, así que no he hecho nada malo. No soy de esas chicas que tontea con el novio de otra.

- ¿Quién hablaba de novio? -dijo soprendida- Blake es mi mejor amigo desde la escuela primaria, pero no es mi novio ni nada.

- Sí no es nada tuyo, entonces... ¿Por qué me odias? -le pregunté.

La chica se soprendió al escuchar la pregunta, y creo que quedó sin palabras por primera vez al no tener una explicación.

- No lo se -dijo finalmente- Sonará algo absurdo, pero, sentía celos..

- ¿Celos? ¿Pero, de qué? Sí bien me acabas de decir que es tu amigo.

- Tal vez porque habla de ti varias veces durante la comida.

Me quedé sorprendida al escuchar aquello, ese chico hablaba de mi pero no entendía sobre que podía conversar... eso me puso un poco nerviosa y el hecho de que jamás hemos cruzado palabra alguna: qué raro era eso.

- ¿Ha hablado de mi? -me espanté, creo que notó mi cambio e intentó calmarme.

- No te preocupes, no ha sido nada malo; al contrario: se ha expresado muy bien de ti.

- Cómo es eso posible, sí jamás hemos hablado, no desde aquel día del pasillo.

- Creo que has llamado su atención. Finalmente se ha hecho el milagro.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Es muy reservado con todos por aquí, soy la única con la que se junta desde el primer día; todos piensan que es algo rudo pero es como todos nosotros -sonrió a medias- Lamento haberte gritado la vez anterior, no era mi intención.

- Que alegría que pudimos arreglar este malentendido. Podríamos ser amigas.

- Eso creo -se liberó de la tensión del momento- Mi nombre es Shelly, Shelly Johnson.

- Soy Hannah Williams -respondí con una sonrisa.

- Williams... ¿Tú eres la hermana del capitán de basketball, verdad?

- Sí te refieres a James, sip, es mi hermano.

- ¿Acaso también eres buena en los deportes?

- Bueno, en mi antigua escuela era la capitana del equipo femenil de soccer -alce mi bolsa- Vengo de mi entrenamiento.

- Otra atleta -rió- Bueno, yo soy la capitana de las porristas, sé que habrá un partido de basket en unos días; deberías ir a apoyar a James.

- Ahí estaré -sonreí.

Subí a mi habitación procurando no hacer demasiado ruido pues Roxanne estaba dormida luego del ensayo de esta tarde con la banda; dejé la bolsa y me metí a la ducha y una vez que salí me tiré a la cama a dormir

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Subí a mi habitación procurando no hacer demasiado ruido pues Roxanne estaba dormida luego del ensayo de esta tarde con la banda; dejé la bolsa y me metí a la ducha y una vez que salí me tiré a la cama a dormir. A la mañana siguiente desperté a las nueve pero me alegraba que fuese sábado, mi entrenamiento era a las tres de la tarde así que me metí al baño para asiarme y ponerme unos jeans y una blusa azul sin mangas con mis Nike y agarré mi cabello en una coleta, bajé las escaleras hacia el comedor de la cafetería mientras me encontré con Alec. Sonreí al verlo.

- Hola Alec.

- Hola Hannah. ¿Qué tal el entrenamiento de ayer?

- Estuvo un tanto complicado, pero creo que me acostumbraré a ello -dije caminando hacia la barra- ¿Así es el entrenador Blair de entusiasta?

- Bueno, extrañamente si, más con el equipo femenil; pero entre todo es un gran hombre.

- Apuesto que lo es -tomé una pequeña bandeja de fruta; Alec tomó un plato lleno de tostadas francesas y una dona de chocolate- ¿Qué trato les da a ustedes?

- Deja salir al duro entrenador Blair que se comporta decente con las damas -rió- Nos quiere ver muertos de cansancio.

- No se quejen tanto, Blair es mucho más suave con ustedes que con nosotros -dijo una voz.

Alcé la vista hacia un chico de cabello rubio y unos biceps bastante impresionantes, saludó de una forma extraña a Alec haciéndome dar cuenta de que se conocían bien.

- ¿A qué te refieres con eso, amigo?

- El entrenador Blair es también el entrenador de artes marciales del colegio, es un roble fuerte -me miró con complicidad- Al menos con ustedes las trata como las damiselas que son.

- Ya lo creo.

- No creo que te haya visto antes, soy Tyler.

- Eso es porque soy nueva aquí, soy Hannah.

- Tyler es mi mejor amigo desde preescolar, fue una coincidencia volvernos a encontrar en este lugar. Ahora tengo a mis dos mejores amigos -levantó la botella- Por los buenos amigos.

- Salud -levanté mi vaso brindando.

- Los veré luego a ustedes dos, le prometí a Tasha que la ayudaría con su tarea.

Luego de que Tyler se fuera, Alec me platicó cómo fue que se conocieron y cómo se hicieron como hermanos lo cual me parecía genial. Fuimos a caminar por una de las áreas verdes del colegio mientras esperaba la hora de mi entrenamiento.

 Fuimos a caminar por una de las áreas verdes del colegio mientras esperaba la hora de mi entrenamiento

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