VII

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Aquel crepúsculo pinta el cieloSobre las luces de la gran cuidadPersigo las huellas de su cuerpoAusentes en el mar

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Aquel crepúsculo pinta el cielo
Sobre las luces de la gran cuidad
Persigo las huellas de su cuerpo
Ausentes en el mar.
Cómo tal recuerdo en un puerto
Tabaco en sus manos, un gélido beso
Se esfumó su aroma en el viento.

La juventud luce como el filo de una daga
Su amor me cautivó y apuñaló mi corazón
Cuál herida el frío invierno abraza
Bajo el crepúsculo de la gran cuidad.

Lo veo andar en lo lejano
Mis pasos corren, ansiosos por recibir tal abrazo
Que deja lo que perdimos atrás.
Lo encuentro cerca del puerto
Mirada fija en ningún punto
Tan distante y encantador ese misterio que emana su rostro
Como tal recuerdo yace perdido en las olas del mar.

Llamo por su nombre
Aquella expresión cambia al verme Afligida, por volver a dónde todo empezó;
Pasos lentos se acercan, sintiéndome prisionera de su cuerpo
Un frío recorre mis adentros cuando está a pocos metros.

Nuestros ojos colisionan entre sí, buscando algo sin motivo alguno
El humo exhala de sus labios ásperos
Un gesto sin emoción es lo que recibo
Ansío su abrazo, pero no me es correspondido
Sigue su camino, como si nunca hubiera conocido a la extraña
Que alguna vez lo amó hasta el infinito.

La noche se asoma
Las luces apagan la bruma de la oscuridad.
Mi hombre se fué sin más
Dejando a mi tonta alma en soledad
Una vez más, bajo el crepúsculo de la gran cuidad.

Antología de un corazón roto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora