Aquel hombre de traje negro, posa al centro del escenario
Con oro en sus manos y brillo en sus ojos
Su obra había comenzado.Las miradas eran fijas en aquel extraño de cautivadora sonrisa
Era todo un enigma, misterio, deseo y poder.
Pero tal belleza que refleja su rostro
Llevaba un precio oscuro ante un crimen cruel.Tal ser, fué mi amado una vez
Era peligro
Insaciable, denso y oscuro
Que llenó sus manos de sangre, ahora bañadas en oro puro.Quién no conoce su propia alma está condenado a la miseria.
Él toma su copa de vino con cautela,
Pretendiendo que nadie sabe el remordimiento de su conciencia.
De los desconocidos doma su pureza,
Jugando con ella a su antojo.
El mundo está a sus pies, pero, ¿cuál es el costo?Es cruel fingir ser bueno
Yo una vez lo amé y quemó mi corazón en su piel
Con marcas de recuerdos amargos;
Lo amo más de lo que debería
Pero ahora, solo soy la sombra de su pasado.Si ya lo tiene todo, ¿Por qué mi corazón se rompe al verlo brillar?
Aquel hombre, se despide del lugar
Con una sonrisa de victoria
Cierra la puerta, dejando al aire su aroma a rosas
En una fracción de segundos, todo se derrumba.
Un estruendo ruido aterra el lugar,
Nacido de la voz de aquel hombre - mi hombre- de fortuna y belleza;
Quién ocultaba en su traje los secretos más perversos
En sus labios carmesí las mentiras más despiadadas
Porque su vida le fue arrebatada.
Y su obra yace terminada.
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Antología de un corazón roto ©
Poetry«Pues nadie sabe hasta qué infierno se puede hundir su alma sombría.» - Oscar Wilde. * | Recolección de poemas que he escrito a lo largo de mi vida.