A mí también me gustas.

ღ Chapitre 4 ღ

Reggie

Pateo una esquina del armario con toda la fuerza que tengo, lo cual -obviamente- fue mala idea, pues ahora no solo estoy furioso, sino que además, me duele el pie. Se preguntarán por qué estoy enojado, y la respuesta es fácil: Oliver. Mi supuestamente jodido mejor amigo. Se le ocurió la maravillosa idea de salir con Sana, sin siquiera preguntarme si podía hacerlo.

No tiene por qué hacerlo, no eres su papá.

Escucho la voz de mi subconsciente reclamarme y sé que tiene razón. ¡Pero, no lo puedo evitar! Sana ha sido mi amiga desde que, literalmente, era una niñita, y con las cosas que le pasaron en la infancia... desarrollé ese instinto de padre sobreprotector, no tiene nada de malo. Además, cuando le propuse a Oliver salir los tres juntos, para poderlo supervisar, me dijo que "querían privacidad", ¡¿Por qué querían privacidad?!

De repente, escucho el sonido de las llaves, indicando que Oliver — a.k.a. "El traidor" — ha regresado. Reviso la hora en mi celular, y me doy cuenta de que casi son las 11 de la noche. Como he estado ignorando a Oliver, finjo que estoy haciendo tarea de sociología, lo cual es obviamente actuado, pues hace horas que la terminé.

— Buenas noches — me saluda el muy imbécil con una sonrisa en el rostro. Yo guardo silencio y finjo que no hay nadie más que yo, ah, y un traidor.

— Bien, supongo que no quieres saber cómo me fue — claro que no quiero saber nada pedazo de sorongo... Bueno sí, aunque Sana prometió contarme, así que seguiré ignorándote.

— Oh, ¿Estás enojado? — pregunta ahora cambiando su tono de voz a uno más dulce — ¿Me dejarás sin sexo como castigo? — intenta bromear, pero sigo sin hacerle caso.

— ¡Joder, Reggie! ¿De verdad te vas a enojar solo porque salí con Sana? — Bueno, era raro escuchar a Oliver decir groserías, normalmente es muy correcto, así que lo miré, haciendo una mueca de obviedad y decidí responderle.

— No es el hecho de que salgas con ella, es que no me lo consultaste — le dije de forma tranquila, aunque por dentro estaba gritando un par de insultos.

— Reginald, entiendo que los amigos se cuentan esas cosas, pero no eres su papá para que yo tenga que preguntarte si puedo o no salir con ella, ¿Lo entiendes? — me dice ahora de forma tranquila, mientras saca una soda de la nevera.

— En primer lugar, no empieces a hablarme como si fuera tu jodido paciente, ¿De acuerdo?. Lo que yo entiendo, es que eres un egoísta y aprovechado — genial, hora de usar mi arma secreta — cuando yo comencé a salir con Danielle, fuiste el primero en enterarse, incluso antes que Sana. — cosa que era cierto, pues, de alguna forma no quería que Sana se enterara de que tenía novia, aunque se lo confesé solo dos días después que a Oliver.

— Reggie no, no empieces con eso. Esto es muy diferente, yo... ¡Sabía que esto sucedería! Por eso no quería decir nada, ¡Maldición! — mi amigo ya comenzaba a enfadarse en serio.

— Espera un jodido minuto. ¿Me estás diciendo... que planeabas salir con MI mejor amiga, a mis espaldas? — pregunté entre la sorpresa y la furia. Él pareció darse cuenta de que la había cagado, pues abrió los ojos sorprendido.

— Yo... — dudó un segundo, pero luego frunció el ceño y me miró, decidido — sabía que te pondrías así, siempre estás sobre ella Reggie, la acaparas todo el jodido tiempo. Incluso tardaste cinco años en presentármela — oh, claro y qusiera aclarar que mi plan era que ni siquiera se conocieran.

— Entonces me ibas a mentir — no fue una pregunta, fue una afirmación, una con la que me sentí algo herido.

— Y prefería mil veces eso a que termináramos peleando por una chica, pero al parecer no funcionó. Nunca ha sido así antes Reggie, ¿Qué demonios pasa contigo? — dice Oliver y en mi imaginación ya se está recreando una escena donde yo le parto la cara, pero obviamente no soy así.

— Cuida tus palabras, amigo — le digo en forma de advertencia — No es "una chica", estamos hablando de Sana, ¿Okey? — dije eso mientras me dirigía hacia mi habitación — Buenas noches — es lo último que digo y no espero respuesta de parte de Oliver.

— ¡Hey! No. Espera Reggie — dice cerca de mi puerta pero lo ignoro — Sabes que no quería que sonara así, no soy esa clase de chico — y lo sé, pero por ahora ya no quiero seguir discutiéndo con él, así que no respondo.

Cuando Oliver se cansó, después de unos 20 minutos de intentar hablarme, supuse que ya se había ido a dormir, así que tomé mi teléfono con la esperanza de recibir alguna llamada o mensaje de Sana; Oliver llegó hace apróximadamente 30 minutos así que ya debería haberme llamado. Reviso su última conexión y fue a las 6: 15 p.m. Probablente ni siquiera ha tocado su celular desde que regresó, así que decido llamarle yo.

Una llamada, dos llamadas, seis llamadas, doce llamadas... que no me responda me hace sentir algo triste y enojado al mismo tiempo. Siempre nos contamos todo, ¿Por qué no me llamó? Se supone que lo haría. Me acuesto sobre mi cama observando el techo y ahí, cuando mi mente se queda en blanco, es cuando comienzo a pensar y cuestionarme a mí mismo: ¿Por qué hago esto? ¿Por qué me molesta tanto que Oliver y Sana salgan? Yo sé que Oliver sería incapaz de lastimar a una hormiga, ¡Es mi mejor amigo! Entonces... ¿Por qué?. Sigo penasando en eso y en algún punto de la madrugada me quedo dormido.

—¡Reggie! — escucho que alguien me llama en medio de mi sueño, pero no logro identificar de quien se trata — ¡Me voy al gym, te espero en 15! — oh, sí, es Oliver, el traidor, por si lo olvidaron. Lentamente me despierto y me estiro un poco, ya saben, por aquello de los calambres. Al tomar mi celular me doy cuenta de que, en efecto, ya se me hizo tarde, así que simplemente me lavo los dientes y el rostro y me pongo mi ropa deportiva. Salgo de mi habitación cinco minutos depués, intentando ponerme una zapatilla mientras camino, realmente tengo que explotar todas mis habilidades motrices cuando se me hace tarde. En la otra mano llevo mi celular, Sana sigue sin llamarme, bien, el outfit de hoy será: molestia. Al pasar por el comedor, me doy cuenta de que Oliver me dejó una botella de proteína lista, no tengo que explicar para qué la necesito, ¿No? Digo, estoy de camino al gym, duh. Tal vez después todo no sea tan imbécil, tal vez solo quiere ser amigo de Sana. Bien, tal vez, solo tal vez, exageré un poquito anoche, pero es porque me preocupa el corazón de mi amiga, nunca la han lastimado y no quiero que quien lo haga sea mi mejor amigo, no lo perdonaría nunca.

De camino al gimnasio me cruzo con Aiden, un amigo de Sana y no puedo evitar preguntarle si la vió.

— Aiden, ¿Has visto a Sana? — voy tarde, no me juzguen por ser directo.

— ¡Hola Reginald! — me responde con evidente sarcasmo — yo estoy bien, voy de camino al trabajo, así que no puedo determe a conversar — iba en bicicleta, literalmente me puse en su camino para preguntarle.

— Ayer fue a un cita con Oliver — sí, lo estoy ignorando, sólo quiero que me diga si vio o no a Sana — se supone que me llamaría para contarme los detalles, pero no me ha llamado, ni se ha concetado hoy, ¿La has visto? — Aiden suelta un suspiro antes de responder.

— No, Reggie, no he visto a Sana, ayer fue al café con Oliver, sí, pero mi turno terminaba a las diez y cuando salí ellos seguían ahí, es todo lo que sé — estaba a punto de responderle cuando alguien me interrumpió.

— ¿Acaso me estás espiando, Reggie? — oh, no. Esa es Sana. Me doy la vuelta y la observo con una sonrisa, la cual se desvanece cuando veo que está evidentemente enojada, su amiga Johanna, está con ella y me observa con la misma expresión. Ahora mi pregunta es: ¿Cuál sería una respuesta que no me haga terminar con el cuello roto?

¡Holis crayolis! Gente, esto ser irá actualizando rápido porque, como podéis ver, no tiene la gran producción, así que ya he escrito algunos capítulos.

Si a alguien le molesta el comportamiento de mis personajes, recordad que esto es una historia llena de clichés, una especie de comedia romántica, así que si no os gustan esas cosas, os sugiero que busquéis otra cosa para leer.

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> Para mis lectores nuevos, quiero aclarar que tengo problemas de la vista como astigmatismo y dislexia. Intento que los errores sean mínimos, pero casi siempre hay un fallo, así que de antemano ofrezco una disculpa y pido paciencia.

¡Nos leemos después! Besos llenos de baba, byes.