Lucifer La Revelación

Capítulo 9

Capítulo dedicado a alexbi0817 por ser el primer comentario y estar al pendiente de las actualizaciones. Muchas gracias a tod@s por el apoyo.

Hace tres días de la primera prueba de Lux, desde entonces no la he vuelto a ver, al parecer sigue enojada, ella no es capaz de entender lo que le espera.
Yen reafirmó mis sospechas, al final no es humana, porque sería imposible que pudiera curarse sola. Lo que todavía no consigo entender es porque ahora, la noche de la cena fue incapaz de sanar por si sola, tuve que ayudarle, ¿porque ahora?

Creo que es tiempo de volverla a ver y que se enfrente a una nueva prueba, esta va ser más sencilla, solo necesito tenerla cerca para comprobar algo.

La mando a buscar con mi secretaria y algunos minutos después esta me informa que la heredera asegura no tener tiempo para verme.

Decido usar algunas de las ventajas de ser el dueño del hotel y tomando la copia de la llave de su habitación y entro.

Me recibe un aroma dulce, a flores ,  jazmín en específico, sin poder evitarlo lo sigo hasta el baño y ahí estaba ella. La reencarnación del pecado, mi pecado hecho a medida.

Recuerdo la primera vez que la vi, luego de su creación, insípida apagada, nadando en mares de lágrimas porque su compañero no le hacía caso, me compadecí de ella y ese fue mi mayor error, la hice hermosa, la amolde a mi gusto, a mi medida, acaricie su cuerpo y alma para que encajara perfecto con la mía.

Mirándola ahora en la bañera, su voluptuosa boca ligeramente abierta, ojos cerrados adornados por esas largas pestañas y su cuerpo, alabadas sean mis manos por dar esa forma tan endiabladamente sexi.

Desde donde estoy la espuma no me permite verla bien, así que doy algunos pasos y me acerco a la bañera. Ella sigue dormida y el bulto en mis pantalones me recuerda lo mucho que me atrae.

Me pongo de rodilla a su lado y susurró en su oído palabras que enciendan su deseo. Le produzco un sueño erótico, y sus manos viajan a su entre pierna, se acaricia con delicadeza, masajea y juega con su clítoris, muerde su labio inferior y dice algo que no soy capaz de descifrar, me muero por saber, por entrar a su cabeza, por saber que sueña, quiero ser yo el causante de que su cuerpo se retuerza de placer o dolor, no aguantó más escuchándola gemir, necesito tocarla.

Mis manos obtienen voluntad propia y se deslizan dentro del agua, entre sus piernas. Realizó el mismo movimiento que vi a ella hacer.
—Umm, así — gime. — Más — exige y yo obedezco, introduzco un dedo, arriesgándome a que despierte.

Mi miembro exige atención y mientras con dos dedos la penetro y el pulgar acaricia su clítoris mi mano izquierda libera mi polla, masajeo mi miembro para liberar un poco la presión. La penetro al compás de mis movimientos.

Ella gime y para mí es la sinfonía perfecta, me muero por penetrarla y que grite mi nombre.

Basta – grita una voz en mi cabeza. — No puedes volver a caer, recuerda que ella está aquí para destruirte, no se lo puedes permitir.

Me percato que mi conciencia tiene razón, salgo del baño y tomó algunos segundos ordenando a mi pene tomé calma. Cuando me encuentro más sereno voy otra vez al baño, está vez me detengo en la puerta y trató de no fijar mi vista en su cuerpo mientras aún se autosatisface. Carraspeo mi garganta para que note mi presencia.

— Esto era en lo que estabas tan ocupada que no tenía tiempo de ir a verme.

Abre los ojos asustada, sus mejillas están ligeramente sonrojadas.