Capítulo 5: La bestia con un corazón roto

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Pasaron los días y Megumi seguía como si nunca hubiera visto a Sukuna desnudo, lo único malo era que Ryomen si se lo recordaba cada vez que podía haciéndole comentarios indecentes respecto a eso, aún así Fushiguro hacía oídos sordos y se mentalizaba de que solo estaba ahí para cuidar de esos polluelos sacados del inframundo.

Y hoy día viernes los niños no tenían clases por fumigación, al parecer encontraron ratas dentro de las aulas, además de que se enteraron de que Yuji y Gojo alimentaban y cuidaban de algunas de las ratas, Megumi al enterarse de aquello le entró un repelús enorme.

—Aún no puedo creer que hayan hecho eso ¿Acaso no saben cuantos virus y bacterias tienen esas cosas? —Le reclamó Nobara a su hermano

—Tú también estás llena de virus y bacterias y aún así papá te deja quedarte en casa —Dijo sacándole la lengua

Mientras que Megumi observaba en silencio la divertida pelea de ambos niños.

—Ah pues...Te recuerdo que tu aún te sigues orinando en la cama solo porque le tienes miedo al muñeco de Santa Claus que está en el ático de casa

—Ah sí, y yo te recuerdo que tú aún te puchas el dedo cuando duermes, niñita de papi —Yuji cruzó sus brazos esperando ser atacado otra vez para así contraatacar aún peor

Nobara carraspeo tu garganta para luego decir—Yo te recuerdo que en tu jodido diario secreto escribiste que te gustaba Gojo, así que sí no te callas, lo llamaré y se lo diré

—No te atreverías, bruja —Clamó Yuji muy enojado, se supone que nadie debía saber su más íntimo secreto, pero se equivocó, más aún sabiendo lo chusma que solía ser su hermana

—Bueno ya, se acabó, fue muy divertido y todo verlos discutir, pero fue suficiente —Intentó Megumi tranquilizar el ambiente —Además Nobara no deberías leer y meterte en cosas que no son tuyas, y tú Yuji tampoco deberías de ser tan malo  y cruel con tu hermana —Terminó por regañarlos

—Perdón —Dijeron al unísono ambos

Antes de que Megumi pudiera seguir hablando se escuchó el timbre de la casa sonar, cosa que le pareció extraño a los tres, pues nunca esperaban a nadie y Sukuna tiene llaves de su propia casa para entrar.

—Iré yo, ustedes no se muevan de aquí —Ordenó y salió de la sala para dirigirse a la entrada del hogar Ryomen-Kugisaki-Itadori—¿Quién es?—Preguntó sin abrir la puerta, puesto que desconfiaba de cualquier cosa

—Soy el vendedor de consoladores anales —Se escuchó por el otro lado, de inmediato supo de quién era esa voz suave y calmada

—¿Inumaki? — Interrogó dudoso

—Y sí tonto ¿Quién más podría ser? —Resopló pesadamente

Fushiguro abrió de golpe la puerta, encontrándose con su amigo, le sorprendía que estuviera ahí, pues nunca le había dicho la dirección del lugar donde cumplía su trabajo como niñero.

—¿Cómo es que sabes dónde trabajo? —Lo cuestiono, pero su amigo simplemente lo ignoro pasando a su lado adentrándose a la casa

—Bonita casa, es muy grande, ya veo porque te paga tanto —Decía el peli blanco observando cada esquina de aquel lugar —Debe ser millonario

—Responde a mi pregunta — Megumi se poso delante de su amigo para evitar que siga avanzando por toda la casa

—Aish... Te seguí hasta aquí, como casi siempre estoy solo en casa quería venir y hacerte compañía junto con esos mocosos ¿Feliz? —Terminó por explicarse

—Gumi ¿Quién es el señor con cara de mudo? —Interrogó Nobara que venía saliendo de sala junto a Yuji, ambos estaban curiosos por saber quién era ese chico que invadía el espacio personal de su Gumi

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2022 ⏰

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